Gisèle Pelicot, la mujer que este año sacudió la conciencia frente a la violencia sexual
"Que la vergüenza cambie de bando". Es la frase contra la violencia sexual que se extendió por Francia en torno al mediático caso de Gisèle Pelicot. Víctima de violación con sumisión química durante cerca de diez años a manos de su entonces marido y otro medio centenar de hombres, Pelicot se erigió en 2024 como símbolo de valor y dignidad ante las agresiones sexuales y la violencia de género.
La francesa Gisèle Pelicot se convirtió en 2024 en un símbolo feminista contra la violencia sexual en todo el mundo.
Víctima de un caso extremo de violencia de género, Pelicot decidió alzar la voz y hablar públicamente, defendiendo que "la vergüenza debe cambiar de bando". Y así lo reafirmó en todas las audiencias del juicio que empezó el 2 de septiembre en el Tribunal de Aviñón, en el sureste de Francia, y cuyo veredicto finalmente se conoció el 19 de diciembre.
Durante cerca de diez años -entre 2011 y 2020-, Dominique Pelicot, padre y abuelo, violó a su esposa, Gisèle Pelicot, tras drogarla para dejarla inconsciente. Además, reclutó a decenas de hombres en internet para que también la violaran, mientras él los grababa.
Los 51 hombres que se sentaron en el banquillo de los acusados fueron hallados culpables, con condenas de entre 3 y 20 años de prisión, esta última es la pena máxima y le fue impuesta a Dominique Pelicot.
El debate sobre la dignidad y el consentimiento
"Ella aceptó en este juicio, no sin dudarlo mucho, mostrar los vídeos y las fotos de las violaciones de las que fue víctima. Eso porque consideró que la vergüenza ya no tiene que estar del lado de la víctima, sino del agresor", explica Erika Olavarrría, la corresponsal de France 24 en Francia que siguió todo el juicio en Aviñón.
Y es que Gisèle Pelicot no solo insistió en que se mostraran públicamente en la corte los videos grabados por su marido, sino que se sentó en la sala frente al menos 50 de los hombres que la violaron mientras ella estaba inconsciente.
En esas audiencias se expuso también a preguntas de la defensa, que intentaban restar responsabilidad de los acusados o apuntaban a un "consentimiento". Un asunto frente al que Pelicot reconoció que se sintió "humillada".
"Nunca consideramos o estimamos que la señora Pelicot consentía, era cómplice o estaba informada de los planes maquiavélicos de su marido (...) Nuestras preguntas incomodaron porque, sobre todo, los abogados de la señora Pelicot las consideraron un maltrato en los alegatos", explicó a France 24 la abogada Charlotte Donat, defensora de uno de los coacusados en el proceso.
"La vergüenza debe cambiar de bando"
Lo cierto es que, por el camino, la mujer de 72 años encumbró la lucha "para que la vergüenza cambie de bando" y que ninguna víctima sienta que lo mejor es callar.
"Este juicio ha sido una prueba muy difícil (...), pienso en las víctimas no reconocidas cuyas historias a menudo permanecen en la sombra. Quiero que sepan que compartimos la misma lucha", afirmó Pelicot al final del juicio.
El jueves 19 de diciembre, Gisèle Pelicot abandonó el tribunal mientras los policías le hacían espacio entre centenares de personas que lanzaban gritos de apoyo y la aplaudían con pancartas de agradecimiento.
"La señora Pelicot es verdaderamente admirable. Es un ejemplo para todas las mujeres que quieren presentar una denuncia, pero no lo han hecho. De hecho, habrá un antes y un después de la señora Pelicot", dijo a France 24 Ghislaine Sainte Catherine, una de las mujeres que asistió a las afueras del tribunal.
"Esta es una concentración condensada de todo el dolor, las palabras no dichas y la injusticia. Esta mujer abrió las compuertas de algo por fin, por fin nos escuchan y por fin nadie puede decir eso no es verdad", indicó, por su parte, Malika Djelluli, otra de las asistentes.
Con EFE y AFP
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