Buenos días, pitaceros. 2025 arranca con una bofetada a la dignidad venezolana: muchos venezolanos aún conservan el sabor de las hallacas navideñas y sus esperanzas de año nuevo, el gobierno exhibe como trofeo a un policía argentino prisionero, apenas en el segundo día del año, la crueldad no se fue de asueto. La "fe de vida" de Nahuel Gallo no es solo un espectáculo propagandístico más; es la confirmación de que el chavismo ha expandido su negocio de rehenes más allá de nuestras fronteras. Más de 1700 familias venezolanas, según organizaciones defensoras de derechos humanos, no pudieron brindar estas navidades. Sus mesas tuvieron una silla vacía: la del padre, madre, hijo, hija o hermano convertido en moneda de cambio por un sistema que comercia con el dolor. Las imágenes del prisionero argentino caminando bajo vigilancia en una cancha deportiva son más que una postal del autoritarismo: son el espejo de nuestra propia claudicación como sociedad. ¿Por cuánto tiempo más el país seguirá siendo una cárcel a cielo abierto? Este 2025 nos desafía, queridos lectores, a reflexionar sobre el país que somos y el que queremos ser. Merecemos más, algo distinto, otro comienzo.
¡Seguimos! |
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