Señal de la cruz
Si la Virgen María, refugio de los pecadores, nos acoge en su refugio es para abrirnos a las gracias con las que su Hijo quiere colmarnos. Que María nos ayude a acoger al Señor consolador. Bajo la mirada de María, refugio de los pecadores. Demos gracias al Señor que no deja de consolarnos por medio de María.
Acto de contrición
Dios mío, siento mucho haberte ofendido, porque eres infinitamente bueno, infinitamente amable y el pecado te desagrada. Tomo la firme resolución, con la ayuda de vuestra Santa Gracia, de no volver a ofenderos y hacer penitencia.
Meditación de la Palabra de Dios
Lectura del libro de Isaías (66, 12-14)
¡Regocíjense con Jerusalén! ¡Exultad en ella todos los que la amáis! ¡Con ella estad llenos de alegría todos los que la habéis llorado! Entonces seréis nutridos con su leche, saciados de sus consuelos, entonces saborearéis con deleite la abundancia de su gloria. Porque el Señor declara: "He aquí, yo enviaré hacia ella la paz como un río y como un torrente desbordado, la gloria de las naciones. Seréis alimentados, llevados en brazos, y sobre sus rodillas seréis acariciados. Como un niño a quien su madre consuela, así yo os consolaré. ¡Sí, en Jerusalén seréis consolados! Veréis, vuestro corazón se alegrará y vuestros huesos revivirán como reverdece la hierba..
Extracto de los manuscritos de Laus
«Cuando la Madre de Dios se hace ver, los olores la preceden. Benita recibe tanta alegría y consuelo que no puede comer ni beber, y parece un sol, completamente diferente de lo que es. Esto fue lo que vi, y muchos otros también, no sólo una vez, sino tantas veces como ella tuvo la dicha de ver a la Santísima Virgen».
Rezar diez Avemarías
Canto
Invocación
Nuestra Señora de Laus, Refugio de los pecadores, ¡Ora por nosotros!
Oración de Laus
Señor, lleno de ternura y misericordia, eres bendito por tu Hijo Jesús que nos dio Laus, refugio de los pecadores. Eres bendito por María, nuestra madre, que vino a este refugio para visitar a los hombres y sus sufrimientos. Eres bendito por Benita Rencurel, por su testimonio y por los 54 años de escucha de la Bella Señora. Además, Señor, por intercesión de María, morada del Espíritu Santo, transforma nuestros corazones de piedra en corazones de carne. Que nosotros, siguiendo a Benita, nos dejemos transformar para vivir hoy y mañana la fidelidad al Evangelio, en la Iglesia y en el mundo. Amén.
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