¿Puede haber una intervención extranjera en Venezuela?
Frente a las cuatro posibles vías para una eventual intervención internacional para derrocar al régimen de Nicolás Maduro, el analista político internacional Víctor Hugo Juárez explica en entrevista con PanAm Post que hay dos que están totalmente descartadas y otra que tiene escasas probabilidades de ocurrir
José Gregorio Martínez PANAM POST 
El expresidente de Colombia, Álvaro Uribe Vélez, propuso el fin de semana la intervención extranjera como única vía para derrocar al régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. No es la primera vez que se plantea este escenario. Sin embargo, parece haber tomado fuerza en los últimos días tras la fraudulenta juramentación del dictador y el aumento a 25 millones de dólares por su captura por parte del Gobierno de Estados Unidos. Por este motivo, analizamos las probabilidades de que esto ocurra, las posibles vías para una operación de este tipo, las consecuencias y los antecedentes.
“Hay que evaluar las consecuencias diplomáticas. ¿Hasta qué punto el tema del intervencionismo es bien visto en América Latina? El tema de la soberanía es muy delicado”, advierte el analista político internacional Víctor Hugo Juárez en entrevista con PanAm Post, quien explica además que hay cuatro posibles vías: invocando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), solicitando una intervención de los cascos azules de la Organización de Naciones Unidas (ONU), mediante una acción unilateral de algún país o contratando a un ejército privado de mercenarios. En esta entrevista aclara con detalles por qué los dos primeros escenarios están totalmente descartados y las probabilidades de que ocurra el tercero son escasas.
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“Yo creo que hay un 99 % de probabilidad de que con la nueva Administración de Donald Trump eso no ocurrirá. Pero, lo que sí no descarto es una intervención desde el punto de vista privada, no una intervención a largo plazo sino una operación militar específica con unos objetivos estratégicos muy puntuales, en este caso la neutralización, el arresto o eliminación de los jerarcas del régimen de forma muy puntual, como se hizo en su momento con Osama bin Laden. Esa pudiera ser una opción. Y no es descabellado y no es casual que se haya aumentado la recompensa al mismo nivel de Osama bin Laden en el caso de Diosdado Cabello y Nicolás Maduro”.
Los intereses petroleros de Estados Unidos
El experto en análisis geopolíticos señala que una posible intervención extranjera en Venezuela de manera unilateral por parte de Estados Unidos tiene posibilidades muy escasas y no descarta que, por el contrario, Donald Trump termine cohabitando con el régimen de Maduro para no afectar el negocio de las compañías petroleras que están haciendo lobby en la Casa Blanca para que se apueste por este escenario. Cree que esta fue la razón por la cual el próximo mandatario estadounidense no recibió en su residencia en Mar-a-Lago, Florida, a Edmundo González.
“Yo creo que Donald Trump está esperando asumir el 20 (de enero), no cerrando la posibilidad a una opción militar privada, pero entendiendo también que la política exterior estadounidense se dirige a través de intereses, y Estados Unidos no va a desestabilizar un mercado petrolero que tiene a corto plazo por una intervención militar directa”.
La amenaza de invadir Puerto Rico
¿Podría haber un giro en esta postura en el Gobierno de Donald Trump? Nicolás Maduro parece estar desafiando a Washington con su reciente insinuación de invadir Puerto Rico, lo que generó de inmediato la reacción de la gobernadora de la isla, Jenniffer González, quien pidió a Trump “responder al narcorégimen de Maduro”. Sin embargo, Juárez considera que una vez se juramente en el cargo el nuevo presidente de EE. UU., el dictador venezolano bajará el tono por su propio beneficio económico y político.
“Creo que va a reactivarse a través del sector petrolero una agenda de acercamiento porque realmente la necesidad desesperada la tiene la dictadura de Maduro para lograr una estabilización de las relaciones en función del negocio petrolero (…) ya salió de la preocupación del 10 de enero, y ahorita se va a manejar con ese discurso de fuerza, pero después, posterior al 20 de enero, va a bajar un poco el discurso porque cualquier declaración que él haga que atente contra la seguridad de Estados Unidos va a tener consecuencias inimaginables, va a tener consecuencias directas, y él sabe muy bien que la Administración de Donald Trump no está jugando. La Administración de Donald Trump maneja de forma muy seria y muy eficiente las relaciones internacionales”.
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