«Mis queridos tíos,
es un verdadero placer para su benjamín ir a ofrecerles sus deseos para el nuevo año que va a empezar. No quiero intentar decir aquí todos los deseos que formulo para mis familiares queridos. Sería demasiado largo, y además con frecuencia el corazón encierra aspiraciones que la palabra es incapaz de expresar. Hay deseos que sólo Dios puede comprender, o, mejor dicho, adivinar. A él, pues, quiero confiarle los votos que eleva mi corazón por mis seres queridos. Muchas veces, cuando estoy a los pies de Nuestro Señor, siento que mi alma desborda de gratitud pensando en la gracia que él me hecho al darme unos familiares como los que tengo la dicha de tener.
No me olvido de que el dos de enero será el cumpleaños de mi querido tío. Me siento orgullosa de haber nacido el mismo día que él, y espero que no se olvide de rezar por su Teresita, que pronto va a ser una viejecita de veinte años. ¡Cómo pasa el tiempo...! (…)
Su VIEJA sobrina, que les quiere con todo el corazón».
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