Tomás Chitty: Del dicho al hecho
“El que mucho abarca poco aprieta” del refranero popular
El pasado año me animé a la aventura de dejar por escrito algunas reflexiones sobre distintos escenarios geopolíticos. Estuve coqueteando con distintos eventos electorales que tuvieron lugar en países claves, también busqué señalar las complejas dinámicas que mantienen a Oriente Medio en un laberinto de violencia y conflicto.
Comenzando el año que marca el primer cuarto del siglo XXI, me doy cuenta de que no hay tendencias lo suficientemente claras como para atreverse a dar alguna predicción. Viene a mi mente el planteamiento de Francis Fukuyama que estudié en la universidad y con el que se buscaba dar respuesta a los acontecimientos de finales del siglo XX. El 2025 puede convertirse en el inicio de un cambio de paradigma en el que la democracia liberal de occidente enfrente sus mayores desafíos.
Los brotes autoritarios son cada vez más frecuentes. Candidatos que lucen con todas las descripciones del caudillo son los preferidos por los votantes. Trump es el caso por excelencia y el que mayor impacto tendrá. No obstante, hay que mencionar a Milei en Argentina y a la señora Sheinbaum en México. Otros no son candidatos pues ya no necesitan elecciones. Lejos de ser un agravante, imponerse por las malas ahora es visto como un comportamiento “inteligente”.
En Europa el sistema parlamentario ha logrado que sea más difícil para las tendencias polarizantes constituirse en gobierno. Sin embargo, Francia y Alemania han visto como el viejo fantasma del nacionalismo toma nuevamente forma con otros nombres, pero con sus características habituales. Aislacionismo y fomento de identidades anacrónicas. El renacimiento del imperialismo Ruso tiene a la región en vilo.
No creo que el comportamiento antidemocrático al que hago mención sea una cuestión de derechas o izquierdas, de “woke” o “anti-woke”. Por el contrario, estás etiquetas son el caldo de cultivo perfecto para quebrantar el espíritu societario.
Fue muy fácil para Trump explotar la fragmentación social producida por años de impulso mediático a estas agendas progresistas. Es válido señalar que existen otros extremos. Elon Musk es el “rockstar” de los que se buscan identificar como conservadores en este tiempo.
El inmenso capital de E-L-O-N como le llama el presidente electo de USA, le ha permitido adular a los “hombres fuertes” y gozar de su influencia. Por supuesto, Musk tiene la principal característica de un dios monoteísta, estás con él o en su contra. El dueño de Tesla se reclama como la némesis del “Wokismo”. Sus objetivos actuales están enfocados hacia el Reino Unido, dónde ha encontrado una feroz resistencia, incluso de los sectores más virulentos.
Fukuyama fue testigo excepcional de su tiempo histórico. No obstante, sus premisas están muy lejos de concretarse. El Choque de Civilizaciones de Samuel Huntington es una tesis más cercana al 2025. El tiempo nos dirá si el autoritarismo asiático triunfará sobre la democracia liberal de occidente o si el medio oriente terminará alterando una vez más el equilibrio de fe y razón.
Por: Tomás Chitty
CONFIRMADO, 12-1-2025
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