LA MULTA IMPUESTA POR EL TSJ AL GOBERNADOR DEBERÍAN PAGARLA QUIENES DIERON LOS PERMISOS

(CNP 1421) El Procurador General del Estado Nueva Esparta, Antonio Fermín, opina que la multa impuesta por el TSJ al gobernador Morel Rodríguez Ávila deberían pagarla quienes le otorgaron permisos para talar los cinco árboles en Los Robles.
Y agrega: “lo absurdo e inconcebible, fue que Morel Rodríguez Avila empezó el proyecto de la iglesia una vez que la permisología le fue otorgada por los organismos correspondientes. ¿Cómo es que después de que permisaron al Gobernador y éste actuara en virtud de los permisos, se multa a Morel Rodríguez Avila, y no a quienes otorgaron los permisos?

Al respecto, dice: “llama la atención cómo el Tribunal Supremo de Justicia, con una rara celeridad sanciona al ciudadano Morel Rodríguez Ávila por la tala de cinco árboles para llevar adelante la construcción de una iglesia que la comunidad de Los Robles le venía requiriendo como gobernador. Fueron cinco árboles y no los doscientos que fueron derribados hace unos años atrás en el municipio Antolín del Campo de este mismo estado, gobernado en ese momento por un Alcalde “rojo rojito”, sin que se haya proferido una decisión como la que aquí se ha dictado”.
A su modo de ver, “se trata de una rara celeridad porque ésta permanece ausente en el sistema de justicia venezolano. Para muestra, véase caso de la muerte de Danilo Anderson, el del “maletín”, caso de la Jueza Afiuni, el del hombre que se hurtó un paquete de galletas en un supermercado para llevárselo a sus cuatro hijos, el caso más sonado en América como es el de Mackled; lo mismo ha ocurrido con las denuncias que por enriquecimiento ilícito y corrupción se han hecho en contra de la familia Chávez Frías en Barinas; en el juicio de divorcio que interpuso Pedro Pérez contra su mujer; en la muerte o desaparición de los reclusos de El Rodeo II, y pare usted de contar, sin que el TSJ se haya pronunciado, lo que ha causado que los archivos de cualquier tribunal solo sean cementerios de expedientes esperando por sentencia. Pero, sí hubo lugar para multar a quien para construir una iglesia, cumplida la permisología debida, derribó cinco y no doscientos árboles”.
Opina el jurista que “lo extraño es que en el caso en el que se le multa a Morel Rodríguez Ávila, éste actuó siempre como Gobernador, porque fue como Gobernador que requirió de los organismos nacionales, estadales y municipales la permisología para llevar adelante el referido proyecto; sin embargo cuando se le sanciona, esa investidura de Gobernador brilló por su ausencia, la obviaron, la separaron flagrante y fraudulentamente”.
“Ya nadie duda que el núcleo central del TSJ, en lugar de la Justicia, es una clara representación de los defensores de un puesto o tal vez de los seguidores ideológicos del actual gobierno. Es aberrante que cualquier idea de equidad y de Derecho y de Justicia social se haya vuelto una auténtica quimera, como es lamentable que hoy solo podamos contar con unos jueces complacientes hasta lo empalagoso con los altos jerarcas de “la revolución”, y con preferencia y delectación a prejuzgar y a sentenciar a los que denuncian al gobierno o intentan investigarlo, con una balanza que no es de la Justicia”.
“Esta manera de administrar justicia es extraña por no decir vergonzosa. Es evidente que la sanción que se le impone a Morel Rodríguez Ávila es política.

Fuente: Boletín de Prensa de la Gobernación.