Este gobierno no se está cayendo
Wolfgang U. Molina
15 Febrero, 2015
opinan los foristas
…y como nadie lo está tumbando, menos la oposición, no caerá sobre todo si logra instrumentar exitosamente tanto un mercado libre de divisas, como el aumento de la gasolina.
Mientras los economistas se distraen con la crítica formal del “Plan” de Maduro y la
A pesar de ser un inepto y presidir el gobierno más incapaz,
irresponsable y corrompido de nuestra historia, Maduro no caerá sin una acción
resuelta de la oposición y sí no comete el error de no instrumentar un mercado
cambiario con el menor número posible de restricciones (tramo SIMADI). El
aumento de precios de la gasolina ayudará en la medida en que estos se acerquen
a los de frontera, pero esto no será imprescindible.Contrariamente a la
percepción de mucha gente, fuera y dentro de Venezuela, veremos en los próximos
meses manifestarse las siguientes tendencias:
La situación mejorará progresivamente y las colas bajarán.
Dejando flotar el dólar, se quita la principal traba que mantiene postrada la
economía venezolana.
El SIMADI no será nada marginal. Será la tasa referencial
para toda la economía. Las tasas del CENCOEX y SICAD quedarán como mecanismos
de subsidios imperfectos y para permitir a boliburgueses y enchufados seguir
haciendo sus negocios millonarios.
1. Habría más abastecimiento pues las empresas podrán (a
precios altos, pero podrán) importar libremente las materias primas y demás
insumos requeridos para producir y quizás, algunos podrían pensar en exportar
para generar los dólares que necesitan ya que los costos de transformación
serán ridículos en Venezuela. Transar libremente dólares permitirá igualmente
al gobierno valerse del ahorro en divisas de los venezolanos para abastecer al
mercado. Las petroleras extranjeras venderían allí sus dólares y títulos de
inversión, incrementando la oferta de divisas y reduciendo la fuga de
capitales.
2. Los precios subirán mucho para reflejar la macro
devaluación. De eso no hay duda. Pero ya que la escasez ha hecho que se paguen
por ciertos productos y servicios precios que son verdaderos records históricos
que han marcado la memoria de los venezolanos, los consumidores percibirán una
tendencia hacia la estabilización, inclusive a niveles inferiores a los
registrados últimamente en el mercado negro.
3. Las presiones inflacionarias podrían bajar
progresivamente gracias al drenaje del exceso de liquidez que provocaría la
absorción de los bolívares que adicionalmente la población dedicará a pagar una
gasolina más cara. Los precios ajustados regularán la demanda. Las colas irán
bajando paulatinamente. El pueblo comerá y podrá sanarse, mal, pero recibirá
ese pequeño alivio como una bendición. El venezolano no exige más. Ya se ha
acostumbrado a la desdicha. Con el tiempo asimilará los nuevos precios elevados.
La economía venezolana ha mostrado ser capaz de aceptar y absorber grandes
aumentos de precios transfiriéndolos en la cadena de valor.
4. El déficit fiscal dejaría de crecer y podría reducirse
gracias a las grandes utilidades cambiarias que el gobierno (PDVSA) realizará
al vender algunos de sus dólares en el SIMADI y por la aplicación de nuevos
precios a la gasolina, cuyo consumo bajará liberando los dólares que
actualmente son dedicados a importar refinados para producir ese combustible.
5. El precio del petróleo ya rebotó. Ha detenido su
artificial caída y se enrumba hacia un precio de equilibrio que se situará en
una banda que en el mediano plazo será muy ancha (entre los 50 y 70 dólares por
barril), pero que se irá angostando en el largo plazo. La disponibilidad de
dólares mejorará moderadamente a partir de la segunda mitad de 2015.
No podrá evitar tener una altísima inflación y otro año de
crecimiento negativo, pero el chavismo evitará el colapso económico, el
desabastecimiento agudo y los saqueos generalizados, que aunados a una
oposición audaz, los habría sacado del gobierno.
El pueblo no se sublevará. Sigue atrapado entre el
miedo y el engaño. Víctima de su
miseria e ignorancia, no entiende nada de
economía y está dispuesto, como lo ha demostrado durante estos años de
chavismo, a perder la dignidad por un bollo de pan. Ante la amenaza de hambruna
no se soliviantará, sobre todo con los llamados a la calma de la oposición.
Solo intentará salvarse acudiendo, la cerviz baja, a los sistemas de subsidios
y de distribución de comida barata. El gobierno cuenta con una extraordinaria
fuerza policial y militar para la represión, persecución y aniquilamiento de
opositores que muchas veces se disfraza de hampa común. Los brotes de violencia
que ocurran, se reprimirán, pero no se conocerán, gracias al control de los
medios de comunicación.
El chavismo es favorito para ganar las elecciones. Se
inventará otro “Dakazo” a punta de subsidios y regalos. Acosta del hambre y de
las necesidades del pueblo, el gobierno está estrangulando el flujo de dólares
para acumular unos de tres a cinco mil millones que volcará en la economía
durante las últimas semanas de campaña. Así espera producir una especie de
micro burbuja de prosperidad con comida en los anaqueles, electrodomésticos y
demás dádivas. Solo cuando tenga esa disponibilidad de dólares fijará la fecha
de las elecciones. El resto del trabajo lo hará el CNE que cuenta con un margen
de “corrección” de los resultados de hasta un 10%. LOS QUE SE ABSTENGAN
APARECERAN VOTANDO CON LAS HUELLAS CAPTADAS EN LOS MERCADOS. Se ayudará con su
descomunal aparato de propaganda. Intimidará a los funcionarios públicos y
beneficiarios de los planes sociales. INHABILITARA A LIDERES OPOSITORES.
No dejará a la oposición hacer campaña limitando su acceso a los medios,
entorpeciendo sus actividades de proselitismo, mítines, desplazamientos de
candidatos, etc., mientras estimula la abstención y usa su mejor arma para
fomentar la división de las fuerzas opositoras: la acusación de intento de
golpe de estado.
Frente a una oposición vacilante y timorata, confundida y
desorientada, que no percibe la urgencia de salvar a la sociedad venezolana del
colapso y de la crisis humanitaria, el chavismo cuenta con una legión de
decididos comunistas recalcitrantes que desafían la realidad y que lucharán
hasta el final.
Incapaz de articular un programa económico mínimamente
coherente, Maduro sólo necesita llevar adelante estas dos medidas claves. Si
logra evitar el amotinamiento interno o el golpe proveniente del propio
chavismo, podrá afianzarse e imponerse sobre la facción dura de su partido que
ve en estas medidas lo evidente: el abandono de los preceptos de Chávez y un
giro hacia el capitalismo. La evolución del dólar negro, después de la
instrumentación del SIMADI, marcará el éxito o el fracaso de este intento de
Maduro por salvarse. Si es bien instrumentado (mínimo de restricciones), la
tasa se puede colocar por debajo de los 100 en tres meses o menos, Maduro se
quedará y los venezolanos estarán condenados. Esperemos que la consabida
ineptitud del gobierno no lo permita ya que con la oposición no podemos contar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario