Llegan los productos pero persisten las colas, la resistencia humana y las quejas de la gente
LA NACIÓN, Publicado el 0 Commentarios
Llegan con más frecuencia algunos productos de la cesta básica al estado. No obstante, continúan las colas en los establecimientos donde, según los mismos consumidores, tienen horas mirando la entrada del depósito esperando que salga uno de los artículos más escasos en estos momentos, como leche, arroz, papel higiénico, champú, mayonesa y mantequilla, entre otros.
La situación se percibió en uno de los supermercados, en La Ermita, donde ayer la gente comenzó a llegar a partir de la una de la mañana, según una de las señoras que dejó su residencia en Barrancas en las primeras horas del día para poder adquirir los alimentos.
–Llegamos y ya había gente en el lugar, nos reunimos y comenzamos a esperar, pero a eso de la una llegó la Policía y nos mandó a desalojar el área. Entonces decidimos esperar en la plaza La Ermita, pero transcurrido cierto tiempo, decidimos bajar y encontramos una cola que llegaba hasta el poste de la esquina, es decir, nos confiamos y lo que hicimos fue perder tiempo, contó.
Explicó la señora que la situación está muy difícil. “Yo salí a comprar lo que se pueda, aprovechando que es el último día de mis vacaciones, ya mañana debo reincorporarme al trabajo, y ahora estoy preocupada porque no sé qué voy hacer”, dijo.
Recordó que la noche del jueves fue complicada, no solo por haber perdido la cola, sino porque observó cómo dos mujeres se daban golpes por defender su cupo. “Es triste ver este tipo de escenas, y todo por hacer un mercado que tiene algunos productos más”.
Afortunadamente logró un puesto que le permitió quedar a media cuadra de la entrada, pero igual había perdido mucho tiempo; no obstante, esperaba que el dinero que llevaba le alcanzara para comprar lo necesario, de allí que al salir una señora del supermercado le preguntó ¿cuánto gastó? y le respondió 1.700 bolívares, y llevo hasta bombillos.
No solo de pan vive el hombre
Carmen Jaimes, quien se asombró al llegar y ver la cola en el supermercado, expresó: no solo de pan vive el hombre. “La virgen de Fátima se apareció en el año 1917, hace 98 años, solo restan dos para el siglo y su mensaje fue: Conviértanse, cambien sus corazones, si no cambiamos, vendrá hambre, peste y guerra. Gracias que todavía conseguimos comida, pero pueden venir peores tiempos.
Carmen Jaimes, quien se asombró al llegar y ver la cola en el supermercado, expresó: no solo de pan vive el hombre. “La virgen de Fátima se apareció en el año 1917, hace 98 años, solo restan dos para el siglo y su mensaje fue: Conviértanse, cambien sus corazones, si no cambiamos, vendrá hambre, peste y guerra. Gracias que todavía conseguimos comida, pero pueden venir peores tiempos.
“La gente no consigue ni un kilito de arroz, producto que no puede faltar en ninguna cocina y que se puede comer con lo que sea. Fui hace unos días a Trujillo y, un plátano pequeño, flaco y feo, cuesta 50 bolívares. Lo venden por unidad, gracias a Dios en el Táchira no se les ha ocurrido ofrecerlos por unidad. La situación es crítica, allá la gente se puso a sembrar hortalizas, además de maíz”, enfatizó.
“En Maturín es así o peor”, respondió otra señora que estaba en la cola. Un plátano en Oriente tiene un precio de 100 bolívares, y así están todos los demás productos”, aseguró.
“Con estas colas la gente se vuelve loca y cualquier cosa puede suceder. Se puede generar una situación de violencia; por ejemplo, que se escuchen unos tiros, la gente va a correr despavorida y a llevarse a más de uno por delante”, apuntó.
Obligatorio hacer cola
Obligatorio hacer cola
“Yo estoy haciendo una cola desde las cinco de la mañana. Es obligatorio hacerla para poder comprar por lo menos pollo, que está muy caro. Vivo en El Palmar, es un poco lejos pero igual la familia debe hacer el sacrificio, y más si dicen que van a sacar más productos. Quedé un poco lejos, pero creo que tengo chance; estoy muy pendiente porque siempre adelante la gente busca colarse y, de hacerlo, yo pierdo la oportunidad de comprar el producto escaso”, apuntó César Castro.
Cansada de esperar y de ver que la cola no corría, Carla Pinzón gritó: esto es una humillación. Hasta cuándo seguiremos haciendo cola para comprar dos o tres productos regulados. “Se suponía que este problema iba a pasar, pero nada. Prefiero irme a casa, porque veo que la madrugada no sirvió para nada”.
“Solo vine a mirar cómo es el mecanismo para comprar en este Megamercal, y veo mucha cola”, dijo Blanca Castillo, quien vive en El Palmar de la Copé. “No me imaginé que atendían por número de cédula. Me dijeron que había todo tipo de productos, pero igual no se puede entrar, es imposible”, aseveró.
Mejor vengo el próximo viernes. “Ojalá que viniera alguien de la familia y me trajera en la madrugada a fin de poder aprovechar todos los productos, sobre todo los regulados, pero como siempre, en la casa no hay nadie”.
Colas internas
Colas internas
En otro supermercado, pero de la parte alta de San Cristóbal, ayer a las siete de la mañana todo estaba tranquilo. “No habían productos regulados”; sin embargo, se veía a los clientes aguantados esperando que sacaran un producto. El momento esperado llegó. A las ocho sacaron pollo a 250 bolívares el kilo, hecho que causó cierto movimiento en el establecimiento, pero el alboroto fue peor cerca de las once de la mañana, cuando el personal mostró mayonesa y más tarde se vio el arroz, producto que causó revuelo y en cuestión de minutos la cantidad de personas se duplicó.
“Dígame, tenemos que llevar arroz, porque tiene tiempo que no aparece y ya estamos cansados de comer solo verduras. No importa, esperamos horas, así esta cola no tenga ni principio ni fin”, agregó Fátima Ramírez.
Llegó la leche
En cierto orden, porque repartieron números, se vendió leche en otro supermercado. La gente, con paciencia esperó, porque se corrió la voz que había una cantidad del artículo y alcanzaba para todos, de una por persona.
En cierto orden, porque repartieron números, se vendió leche en otro supermercado. La gente, con paciencia esperó, porque se corrió la voz que había una cantidad del artículo y alcanzaba para todos, de una por persona.
“A pesar de que hay suficiente leche, no estoy de acuerdo con esta situación que de verdad no mejora, ya está bueno. No tenemos tiempo para nada. El poco tiempo que queda libre debemos pasarlo en un supermercado, rogando que llegue uno de los tantos productos escasos. A veces debemos quedarnos cinco y hasta seis horas esperando para ver qué sacan en el supermercado. En oportunidades se tiene suerte. En otras la alegría dura hasta que se llega el turno en la caja y le dicen: se acabó el producto, no hay más.
Hay situaciones en que el producto dura solo veinte minutos en caja, como sucedió el pasado domingo. Sacaron champú y acondicionador y en menos de media hora las trabajadoras dijeron se acabó”, refirió Magaly Díaz.
Algunas de las colas más largas que se hicieron ayer en las primeras horas de la mañana, desaparecieron en poco tiempo, como el caso de la que se observó en el viaducto Nuevo, donde había champú y hojillas desechables, productos que duraron poco tiempo, de allí que la gente desistió de esperar y la mayoría se retiró.
Nancy Porras
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