La paz vs. la guerra
Mientras la posibilidad de votar esté abierta debemos caminar por esa vía
OSCAR ARNAL | EL UNIVERSAL
martes 17 de noviembre de 2015 12:00 AM
Hace 16 años con Venezuela comenzó la América Latina a elegir gobiernos populistas, que después de varias reelecciones empezarán a cambiar, como sucederá en las presidenciales argentinas. Antiguos marxistas llegaron al poder, ahora por la vía del sufragio. Muchos de ellos como guerrilleros fueron derrotados al seguir el ejemplo de su patriarca en Cuba. Antes la mayoría de nuestros países sufrieron de regímenes militares aliados a las oligarquías, que pretendieron perpetuarse en el "Continente de las desigualdades". Sumado también a las múltiples violaciones a los derechos humanos.
La Constituyente venezolana marcó el camino para barrer los viejos poderes y líderes carismáticos impusieron gobiernos autoritarios con ascendencia popular y dinero de las materias primas. Sus altos precios fueron el soporte de un modelo estatista-rentista que no aguanta más a la baja.
De Argentina el cambio se propagará a Venezuela y seguirá Ecuador, Bolivia, Brasil y otros como castillo de naipes. Hasta en Cuba habrá cambios ya que Raúl Castro anuncia que no pasará del 2018 como presidente.
Cada situación nacional tiene sus particularidades. En Venezuela prevalece a diferencia el componente militar. Y el modelo económico ha colapsado más profundamente porque solo tuvimos al petróleo, manejado en su totalidad por un Estado que además de tratar de controlarlo todo, expropió muchos renglones y emite dinero inorgánico. Mientras en otros países, más diversificados, muchos de los "commodities" permanecieron en manos de los particulares.
El reto será transitar la vía del cambio en paz. Si en Nicaragua "los Sandinistas" que enfrentaron a "los contras" entregaron por los votos, no hay que perder las esperanzas en Venezuela. Nadie aprende en cuerpo ajeno, pero las guerras civiles que vivieron repúblicas hermanas deben servir de escarmiento para entender que la soberanía reside en el pueblo y es el pueblo el que debe expresarla mediante el sufragio. Por ello la importancia del voto. En lugares del mundo como en la Polonia comunista o en Chile con Pinochet fue posible cambiar el régimen acudiendo a las urnas. Mientras la posibilidad de votar esté abierta debemos a pesar del inmenso ventajismo caminar por esa vía, participar en masa y hacer respetar los resultados.
oscar.arnaln@gmail.com / @OscarArnal
La Constituyente venezolana marcó el camino para barrer los viejos poderes y líderes carismáticos impusieron gobiernos autoritarios con ascendencia popular y dinero de las materias primas. Sus altos precios fueron el soporte de un modelo estatista-rentista que no aguanta más a la baja.
De Argentina el cambio se propagará a Venezuela y seguirá Ecuador, Bolivia, Brasil y otros como castillo de naipes. Hasta en Cuba habrá cambios ya que Raúl Castro anuncia que no pasará del 2018 como presidente.
Cada situación nacional tiene sus particularidades. En Venezuela prevalece a diferencia el componente militar. Y el modelo económico ha colapsado más profundamente porque solo tuvimos al petróleo, manejado en su totalidad por un Estado que además de tratar de controlarlo todo, expropió muchos renglones y emite dinero inorgánico. Mientras en otros países, más diversificados, muchos de los "commodities" permanecieron en manos de los particulares.
El reto será transitar la vía del cambio en paz. Si en Nicaragua "los Sandinistas" que enfrentaron a "los contras" entregaron por los votos, no hay que perder las esperanzas en Venezuela. Nadie aprende en cuerpo ajeno, pero las guerras civiles que vivieron repúblicas hermanas deben servir de escarmiento para entender que la soberanía reside en el pueblo y es el pueblo el que debe expresarla mediante el sufragio. Por ello la importancia del voto. En lugares del mundo como en la Polonia comunista o en Chile con Pinochet fue posible cambiar el régimen acudiendo a las urnas. Mientras la posibilidad de votar esté abierta debemos a pesar del inmenso ventajismo caminar por esa vía, participar en masa y hacer respetar los resultados.
oscar.arnaln@gmail.com / @OscarArnal
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