Un gobierno socialista atípico
Atípico es todo lo que se aparta de lo usual. Así lo refiere el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. El gobierno que rige actualmente los destinos del país, presidido por Nicolás Maduro, es desde que estuvo al frente del mismo el extinto comandante galáctico Hugo Chávez hasta la presente fecha un gobierno atípico.
Atípico, porque Chávez empezó su gestión con el apoyo de más de 70% de la población, que lo elevó a la alta magistratura del Estado.
Atípico, porque cuando explicó el propósito de la mal llamada revolución bolivariana dijo que necesitaba tener junto a él a personas de su confianza, y que por primera vez en la historia política de nuestro país se produjo el insólito hecho de que sus íntimos colaboradores fuesen en su mayoría militares para ocupar altos cargos burocráticos.
Atípico, porque antes y ahora ha tenido tantas contradicciones y tantas rectificaciones que ha motivado la pérdida de credibilidad y de confianza del pueblo.
Atípico, porque Chávez empezó su gestión de gobierno con una plataforma de lucha que calificó de nacionalista, para de pronto, sin beneficio de inventario, adoptar una política significativamente de tinte socialista, vale decir, comunista y fascista.
Atípico, porque Chávez públicamente declaró que no era ni de izquierda ni de derecha, de lo cual hay videos que corroboran este hecho, que a posteriori derivó en lo que hoy por hoy padece el país y que ahora su sucesor e hijo putativo, Nicolás Maduro, sin recelo de ninguna naturaleza lo muestra como un gobierno radicalmente socialista.
Atípico, porque mientras Maduro proclama la estabilidad económica del gobierno, por otro lado el país padece una de las mayores crisis jamás experimentadas desde la fundación de la República, que va desde la escasez de alimentos, medicinas, inseguridad, corrupción, nepotismo, así como el deterioro e ineficiencia de los servicios públicos, médico-asistenciales y muchos otros más.
Atípico, porque es el único gobierno en el mundo que cuenta con facciosos armados, que juran defender a toda costa la mal llamada revolución bolivariana, a como dé lugar y “como sea”, términos que sin rubor alguno ya son usuales en la jerga o vocabulario de sus capitostes en todos los niveles del estamento partidista del PSUV y del gobierno.
Atípico, porque durante los 15 años que estuvo al frente de los destinos del país, Chávez y ahora Maduro han cercenado abierta y violentamente los derechos humanos y de opinión, manteniendo privados de su libertad a más de un centenar de personas, en su mayoría jóvenes estudiantes, además de Leopoldo López y Antonio Ledezma, entre otros, y demandas contra los editores de importantes diarios como El Nacional y Tal Cual.
Atípico, porque por primera vez en la historia de Venezuela, un presidente de la República, hace abiertamente proselitismo político por Venezolana de Televisión, y en cadena, además, por todas los medios radiales, televisivos e impresos con los que cuenta a lo largo y ancho del territorio nacional, es decir, con un arsenal mediático, en comparación con los pocos privados que aún subsisten.
Atípico, porque para lograr mantenerse en el poder hace uso indiscriminado del erario nacional, el cual maneja a su libre antojo y albedrío, sin la rendición de cuentas a que está obligado a presentar ante el Poder Legislativo todos los años.
Atípico, porque según Maduro, Cabello, Jaua, Arreaza y toda la pléyade de funcionarios del gobierno y del PSUV, en esta hermosa tierra de Dios “todo está en absoluta normalidad, y los pocos males que la aquejan es consecuencia de la llamada guerra económica”.
Atípico, porque, pese a que “se le pidió la renuncia, la cual aceptó”, se empeñó hasta su muerte en negar este hecho, que hasta el difunto cardenal Velasco confió en La Orchila al ex comandante del Ejército que el propio Chávez le manifestó que había renunciado.
Atípico, porque el canal del Estado VTV es utilizado desvergonzadamente para agraviar, insultar, descalificar y exponer al escarnio a ilustres personalidades en programas dizque de opinión, en los que unos vulgares filibusteros no tienen el menor sentido del respeto, consideración y educación para con la audiencia y sueltan cuando se les antoja cualquier excremento verbal, que va desde el atropello a sus víctimas hasta mentadas de madre.
Atípico, porque Maduro habla de paz y adquiere armamento, al mismo tiempo que agrede a sus adversarios con desplantes y amenazas, tal como lo hace a menudo contra Lorenzo Mendoza: “Es un pelucón ladrón”.
Atípico, porque el gobierno se rasga las vestiduras afirmando que la lucha contra el narcotráfico es intensa, mientras que en Haití son detenidos dos familiares allegados a la primera combatiente y esposa del presidente de la República, hoy juzgados por la justicia de Estados Unidos.
Atípico, porque Maduro afirma que en su gobierno se respetan los derechos humanos y por otra parte rechaza la visita solicitada por una decena de relatores para investigar distintas alegaciones de violaciones que cursan ante la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, en la que el alto comisionado, el jordano Zeid Ra’ad al Hussein, denunció la presión a la que son sometidos los jueces y fiscales venezolanos, especialmente cuando lidian con “casos políticamente sensibles”.
Atípico, porque para combatir la inseguridad se han creado cuerpos policiales como la PNB a escala nacional, y en numerosos hechos delictivos han sido sorprendidos in fraganti en varios estados del país funcionarios de este cuerpo, uniformados y con unidades de la institución policial.
Atípico, porque en su dualidad de gobierno y dirigentes del PSUV acusan de deshonestos y ladrones a miembros de partidos políticos de la oposición, mientras que el Sebin detuvo en Maracaibo por extorsión, a siete tupamaros que integran el Gran Polo Patriótico.
Atípico, porque a la clase obrera le ha manifestado que disfrutará de los beneficios que la ley establece, pero le niega las negociaciones colectivas pretendiendo reemplazarlas por laudos arbitrales.
Finalmente, este gobierno es atípico porque olvidan que el socialismo fracasó, entre otras razones, por el estrepitoso derrumbe del Muro de Berlín (1989), que construyeron los socialistas rusos, para impedir que miles de familias enteras se fuguen hacia la libertad (Berlín Occidental); que en la Plaza de Tiananmen (China socialista), el 15 de abril de 1989, estudiantes, intelectuales, trabajadores, amas de casa y pueblo protestaron contra el gigantesco gasto público (inflación), derroches de la burocracia, desempleo, pobreza, robos, autoritarismo y ausencia de libertad. Los jóvenes lucharon con palos y piedras contra tanques blindados y soldados con metralletas. El 20 de mayo, el socialismo decretó ley marcial. El 3 y 4 de junio con el Ejército Popular de Liberación (brazo armado del corrupto y represor comunismo y su pervertida revolución socialista) los atacaron violentamente a sangre y fuego con tanques de infantería, en Tiananmen (Pekín). Se masacró a la población, por el terror de los socialistas a ser derrocados. El fracaso, descrédito y la masacre en China derrumbaron el socialismo.
Son numerosos los hechos para considerar a este gobierno atípico en toda la extensión de la palabra, amén de las razones anteriormente indicadas y por muchas más que se quedan en el tintero. Lo cierto es que el actual inquilino del Palacio de Miraflores es atípico cien por ciento, y obviamente todo hace suponer que estamos en presencia de un enorme fiasco que nos llevamos todos los venezolanos, y por esta razón es difícil creer en él.
Por tanto, el voto castigo que se merece este gobierno está a la vuelta de la esquina, el próximo 6 de diciembre.
Miembro fundador del Colegio Nacional de Periodistas (CNP-122)
careduagui@gmail.com// @_toquedediana
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