Eleonora Requena: "Un poeta debe ser arriesgado"
La autora presentó su poemario "Nido de tordo", de Editorial Kalathos
"Para que exista el deseo tiene que existir la ausencia", asegura CORTESÍA
DULCE MARÍA RAMOS | ESPECIAL PARA EL UNIVERSAL
martes 22 de diciembre de 2015 12:00 AM
A veces Tordo. O Esther. Y otras tantas veces era Edith. La poeta venezolana Eleonora Requena solía firmar así los versos que publicaba siete años atrás en el blog Miel de abajo. Versos que ahora recoge en el poemario Nido de tordo, publicado por la Editorial Kalathos.
"En ese blog publiqué algunos de los poemas que se encuentran en la segunda parte del libro, pero a la par, en privado, iba escribiendo unos textos en tono de narraciones. Cuando cerré el blog y empecé a ver los textos fuera de ese contexto virtual, vi que esos poemas y narraciones formaban parte de un mismo libro", dice Requena, quien agrega que por ese entonces leyó Estrategias del deseo, de Cristina Rossi, y algunos poetas de un tono más mítico como María Victoria Atencia.
-¿No es común el uso de seudónimos en sus poemarios?
-Es la primera vez que uso seudónimos. Hay algo de pudor allí, que busca enmascararse con el uso de otros nombres. Una necesidad de resguardo.
-En uno de los textos de la primera parte se puede leer: "Leí el latido de un corazón que sabe cuál es el factor de su sangre, rh femenino". ¿Cómo se define ese rh?
-Es inherente por ser mujer. Pero el asunto del género en la poesía es importante. Las poetas anteriores a mi generación fueron las primeras que se atrevieron a asumir el género, asumir los temas propios de las mujeres, a nombrarse, a usar el pronombre femenino. De mis libros anteriores, solo enMandados había asumido, de forma consciente, la voz femenina, porque en él planteé el tema de la maternidad. En el caso de Nido de tordo es el tema amoroso desde lo femenino.
-Si bien los poemas giran alrededor del amor, existe una especie de erotismo sutil.
-Hay un interés por traducir el erotismo en un lenguaje singular.
-Menciona reiteradamente la palabra "ausencia", ¿ese erotismo nace por esa no presencia?
-Sí, está planteado el asunto de la imposibilidad. En realidad, para que exista el deseo tiene que existir la ausencia.
-En sus talleres de poesía, Luis Alberto Crespo siempre mencionaba que un poeta debe tener una idea fija a la hora de escribir. En su caso, ¿cree en esa teoría?
-Yo no creo en una idea fija. En todo caso, no hay ideas, hay algo que lo acompaña a uno a lo largo de la vida, que es un ritmo particular, un tono. Un poeta no debe caer en los espacios cómodos del decir. El poeta debe ponerse en lugares arriesgados, peligrosos, para que salga un buen poema.
-¿La poesía sirve para exorcizar los demonios?
-La poesía no sirve para nada, pero a veces uno consigue ciertos alivios, ciertos drenajes. Aquello que decía Santa Teresa: "Toda alma necesita un desaguadero".
-En su libro hay una frase contundente: "El país me tiene rota". ¿Eleonora Requena se siente así?
-Sí, estamos rotos, tratando de reconstruirnos desde lo íntimo. Yo creo que así el país se caiga a pedazos, tienes que tratar de mantener el ánimo y seguir haciendo lo que uno hace.
Requena lamenta que la crisis económica no permita a los escritores venezolanos la posibilidad de asistir a las ferias o eventos literarios en el exterior, aunque reconoce que la labor titánica de las editoriales y las iniciativas como los jamming poéticos, han permitido a la gente acercarse al género.
También destaca los trabajos de poetas como Yolanda Panti, Harry Almeda e Igor Barreto, por retratar la actual realidad del país.
A lo largo de su vida como escritora menciona como influencias a Kavafis, Idea Vilariño y Wislawa Szymborska; también trata de leer a todos los venezolanos de su generación pero resalta la poética de Jacqueline Goldberg y Alfredo Herrera Salas. Pedirle que conceptualice la poesía es una tarea difícil y quizás comprometedora pero afirma: "Cuando uno escribe es como una esponja, por eso el poema tiene esa capacidad de amalgamar lo de adentro y lo de afuera".
"En ese blog publiqué algunos de los poemas que se encuentran en la segunda parte del libro, pero a la par, en privado, iba escribiendo unos textos en tono de narraciones. Cuando cerré el blog y empecé a ver los textos fuera de ese contexto virtual, vi que esos poemas y narraciones formaban parte de un mismo libro", dice Requena, quien agrega que por ese entonces leyó Estrategias del deseo, de Cristina Rossi, y algunos poetas de un tono más mítico como María Victoria Atencia.
-¿No es común el uso de seudónimos en sus poemarios?
-Es la primera vez que uso seudónimos. Hay algo de pudor allí, que busca enmascararse con el uso de otros nombres. Una necesidad de resguardo.
-En uno de los textos de la primera parte se puede leer: "Leí el latido de un corazón que sabe cuál es el factor de su sangre, rh femenino". ¿Cómo se define ese rh?
-Es inherente por ser mujer. Pero el asunto del género en la poesía es importante. Las poetas anteriores a mi generación fueron las primeras que se atrevieron a asumir el género, asumir los temas propios de las mujeres, a nombrarse, a usar el pronombre femenino. De mis libros anteriores, solo enMandados había asumido, de forma consciente, la voz femenina, porque en él planteé el tema de la maternidad. En el caso de Nido de tordo es el tema amoroso desde lo femenino.
-Si bien los poemas giran alrededor del amor, existe una especie de erotismo sutil.
-Hay un interés por traducir el erotismo en un lenguaje singular.
-Menciona reiteradamente la palabra "ausencia", ¿ese erotismo nace por esa no presencia?
-Sí, está planteado el asunto de la imposibilidad. En realidad, para que exista el deseo tiene que existir la ausencia.
-En sus talleres de poesía, Luis Alberto Crespo siempre mencionaba que un poeta debe tener una idea fija a la hora de escribir. En su caso, ¿cree en esa teoría?
-Yo no creo en una idea fija. En todo caso, no hay ideas, hay algo que lo acompaña a uno a lo largo de la vida, que es un ritmo particular, un tono. Un poeta no debe caer en los espacios cómodos del decir. El poeta debe ponerse en lugares arriesgados, peligrosos, para que salga un buen poema.
-¿La poesía sirve para exorcizar los demonios?
-La poesía no sirve para nada, pero a veces uno consigue ciertos alivios, ciertos drenajes. Aquello que decía Santa Teresa: "Toda alma necesita un desaguadero".
-En su libro hay una frase contundente: "El país me tiene rota". ¿Eleonora Requena se siente así?
-Sí, estamos rotos, tratando de reconstruirnos desde lo íntimo. Yo creo que así el país se caiga a pedazos, tienes que tratar de mantener el ánimo y seguir haciendo lo que uno hace.
Requena lamenta que la crisis económica no permita a los escritores venezolanos la posibilidad de asistir a las ferias o eventos literarios en el exterior, aunque reconoce que la labor titánica de las editoriales y las iniciativas como los jamming poéticos, han permitido a la gente acercarse al género.
También destaca los trabajos de poetas como Yolanda Panti, Harry Almeda e Igor Barreto, por retratar la actual realidad del país.
A lo largo de su vida como escritora menciona como influencias a Kavafis, Idea Vilariño y Wislawa Szymborska; también trata de leer a todos los venezolanos de su generación pero resalta la poética de Jacqueline Goldberg y Alfredo Herrera Salas. Pedirle que conceptualice la poesía es una tarea difícil y quizás comprometedora pero afirma: "Cuando uno escribe es como una esponja, por eso el poema tiene esa capacidad de amalgamar lo de adentro y lo de afuera".
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