Al garete
Qué difícil entender la estructura mental de la nomenclatura chavista. Cómo les cuesta razonar que el país envío un mensaje claro y contundente el 6-D. Venezuela necesita un cambio y pronto. Perdieron la brújula y están haciendo un pésimo gobierno. La historia les dio una oportunidad al colocarlos a sus anchas en el poder, además con una nación infinitamente rica.
Se enfrascaron en un discurso hueco, que ya no tiene resonancia. Se califican de izquierda pero actúan con sordidez y se exponen ante el país con opulencia y arrogancia. El ciudadano no cree en el cuento imperial, ni en los agentes internacionales, ni en guerra económica y mucho menos en el legado del comandante. Demuestran ser obtusos y con poco respeto por la norma y la costumbre. Han violado leyes y la Constitución con tal irresponsabilidad que cuando salen a reclamar la supuesta violación del reglamento en la instalación de la Asamblea los venezolanos solo piensan en los múltiples atropellos que desde ese mismo Hemiciclo hicieron contra los diputados opositores.
Un ejemplo evidente de falta de transparencia es el más reciente llamado para que la Asamblea asuma la emergencia económica. ¡Cuidado! ¿Acaso no tenía Maduro todos los poderes para haber tomado las medidas necesarias para sacar esta economía del atolladero? ¿Por qué no escucho en su debido tiempo a tantos economistas probos de este país? O hubiese contactado al ministro de Economía del hermano Evo o de Correa que han logrado mantener sus economías con índices controlados de inflación y han mantenido un crecimiento económico importante. Destruyeron la economía con improvisación y con burócratas mediocres que mucho aprendieron de negocios turbios y poco de como se administra la riqueza de una nación. No lograron elevar los niveles de vida ni generar empleo, mientras que sí han destruido el aparato productivo. Lo que sí lograron fue más pobreza y sus consecuencias mientras que sepultaron la capacidad adquisitiva de la clase media.
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