Entre cruces y estrellas de palma celebraron el Domingo de Ramos
Entre palmas convertidas en cruces, estrellas, flores o simplemente en crudo, fue celebrada la misa de Domingo de Ramos en la Iglesia San Juan Bautista de La Ermita, en San Cristóbal, con la que se inició la Semana Santa a través del recuerdo de la entrada triunfar de Jesús a Jerusalén y Bendición de los Ramos.
La feligresía se congregó a las 9 de la mañana en la Plaza José Antonio Páez para ir en la tradicional procesión hasta el templo parroquial, con las hojas de las palmeras alzadas, como en la época que fue recibido el hijo de Dios en la tierra Santa.
Niños, jóvenes, abuelos y adultos acudieron a la ceremonia, definida como sagrada dentro de la religión católica, para celebrar el triunfo anticipado de la resurrección de Jesús que corresponde según el calendario litúrgico al próximo domingo.
Los fieles sentados en los bancos del templo o de pie, en una de sus esquinas, porque los asientos no alcanzaron para todos, oraron y cataron alabanzas mientras esperaban con devoción la bendición de los ramos, los cuales adornaran los hogares tachirenses durante todo el año.
Antes de la esperada bendición, el párroco relató a la feligresía que la costumbre de colocar en las casas las cruces de palmas benditas, “proviene de nuestros abuelos y abuelas, quienes acostumbraban ir el Domingo de Ramos a bendecirlas para luego hacer la Cruz y colocarlas en algún lugar de la casa”.
La cruz de palma bendita es utilizada como protección contra males que provienen de la brujería. La feligresía suele brindarle más valor espiritual por ser bendecida el Domingo de Ramos, además que son más económicas que las de madera o hierro.
Después de derramar el agua bendita sobre las hojas de palmera, el párroco invitó a los fieles a la Catedral de San Cristóbal este lunes, donde se congregarán representantes de distintas parroquias para atender confesiones durante todo el día.
A pesar que la iglesia acostumbra a regalar las palmas, no faltaron en las afueras del templo quienes ofrecían cruces, estrellas y tejidos de palmas que eran vendidos en 50 bolívares, y algunos las dejaban en 40 bolívares. (Yuliana Ruiz)
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