“La crisis debe hacernos sinceramente solidarios”
Ana Karina Fuentes, hija de una paciente con cáncer, creó donamed.com.ve, una página web para buscar y donar medicamentos
1 DE MAYO 2016 - 12:01 AM
Ana Karina Fuentes dedica seis horas de cada días a la administración de la página y las redes de donamed.com.ve, una plataforma que creó junto con su novio, Juan Pablo García, luego de tener como experiencia el diagnóstico y tratamiento de cáncer de páncreas de su madre.
Ella es diseñadora de páginas web y él es programador. Y lo que empezó como una iniciativa pequeña en julio de 2015 ya tiene 8.669 usuarios registrados, 655 donaciones disponibles y 1.310 entregadas. Con un nombre, correo y ciudad, empieza la búsqueda de la medicina que se necesite.
—¿Cuál fue el impulso para trabajar en la plataforma?
—Debido a la quimioterapia mi mamá requería muchas medicinas y en ese momento había escasez, pero no tan acentuada como en este momento. Pedíamos ayuda por Twitter. Mi papá pensó que sería bueno que existiera una página en la que se pudieran gestionar las donaciones y así uno no pierde el tiempo contactando a alguien que ya no tiene el medicamento. Mi mamá estaba viva, me ayudó con el diseño del logo y la elección de los colores, pero falleció en junio de 2015. Teníamos planificado sacar una aplicación para mediados de año, pero tenía errores y la convertimos en una página web.
—¿Cómo es la dinámica de la donación?
—Cada persona publica el medicamento o insumo médico a donar. Los datos de contacto no aparecen, sino que son enviados únicamente a la persona que solicita la donación.
—¿Qué es lo que más busca la gente?
—Todas las quimioterapias, antidepresivos, anticonvulsivos, antihipertensivos.
—¿Solo se hacen donaciones? ¿Se permite la venta?
—Las palabras “lo vendo”, “está en venta”, “truequeo”, “lo cambio” están en un filtro. Cuando alguien las escribe, no se publica. Si algún usuario intenta vender o cambiar el producto, puede ser denunciado en la página y lo bloqueamos
—¿Piden récipe médico?
—Algunos donadores sí para evitar el bachaqueo.
—¿Participan en la entrega del medicamento?
—Solo somos el puente de comunicación. A muchos les gusta ver a quién están ayudando.
—¿Se dan abasto ustedes dos? ¿Necesitan apoyo?
—Decidimos pedir colaboraciones económicas porque el servidor que alojaba la página en Venezuela, que pagábamos nosotros en bolívares, colapsó por la cantidad de visitas. Lo pasamos a uno internacional, tenemos 6 meses cubiertos, pero necesitamos pagar el resto. Son 15 dólares mensuales. Pensamos contratar a alguien que nos ayude a responderle a todos los que nos escriben; son 500 menciones diarias.
—¿Lanzarán finalmente la aplicación?
—Cotizamos la programación de una aplicación y son 4.000.000 de bolívares. Por ahora no se puede.
—¿Cuál debe ser el aprendizaje tras la crisis de salud?
—Nos dicen que somos de gran ayuda porque la crisis de medicinas es horrible. Sí hay una crisis terrible, pero el aprendizaje no es que por la crisis nos toca donar. No hay que tener el agua hasta el cuello para ayudar al vecino. La crisis nos tiene que enseñar a ser una sociedad sinceramente solidaria.
Ayuda internacional. La agrupación de pacientes Codevida ha recibido medicamentos de la Asociación Civil Venezolanos en España con ayuda de Envíos Venezuela. “Hemos solucionado emergencias. Entregamos 80 frascos de ácido valproico a Neurocirugía del hospital J. M. de los Ríos”, dice Francisco Valencia, presidente de Codevida. En Alemania, México y Estados Unidos quieren ayudar, pero los costos del envío son muy altos. “Pedimos que se establezca un corredor humanitario para que esos medicamentos lleguen al país en buen estado”.
El dato. Tras la denuncia que hizo El Nacional de la falta de fórmulas lácteas para los niños del J. M. de los Ríos, Ana Isabel Otero creó una red de donación de leches formuladas y complementos de alimentación que ha llenado 5.000 teteros de 300 niños del Hospital de Niños, el Domingo Luciani, el Luis Salazar Domínguez de Guarenas, el Jesús María Casal de Acarigua y el Central Universitario de Barquisimeto. Los aportes los canalizan a través @compartex1vida en Twitter, @comparteporunavida en Instagram o comparteporunavida@gmail.com.
Una mano para los #RostrosDeLaCrisis
Catherine Artahona, madre de niño con hidrocefalia:
La chica de 15 años de edad recibió en donación la válvula que necesitaba su bebé para drenar el líquido de la cabeza. La ayuda se extiende a otros niños del Servicio de Neurocirugía del J. M. de los Ríos. “Estoy demasiado agradecida. Mi hijo es chiquito y yo iba a hacer todo lo posible para que él saliera de esto. Uno se asusta porque la hidrocefalia es una condición que puede dejar secuelas”. Las donaciones las recibió de fundaciones y de venezolanos en Chile y Estados Unidos.
Natacha Suárez, trasplantada de riñón:
Natacha temía perder su riñón nuevo por la falta de medicamentos. Recibió Prograf del hijo de un trasplantado. “Tengo tratamiento para 6 meses. Nos dio también unas cajas que se vencieron, pero que podemos tomar y las repartiremos en Codevida. Gente que no conozco me trajo medicinas a la puerta de mi casa”. Aún espera que llegue Myfortic al IVSS. Ayudará a Moisés Rivas, otro #RostroDeLaCrisis a hacerse los exámenes de laboratorio que requiere.
Ana Marín, madre de mujer con epilepsia:
“Una trabajadora de la Sudeban me donó topiramato para un mes, y una señora de Puerto Ordaz me mandó Valcote con su hermana”, cuenta Marín, madre de una mujer de 30 años con epilepsia. “Agradezco la solidaridad. Pocas veces se consiguen personas que están dispuestas a ayudar sin conocerme y sin esperar nada. Aun cuando la crisis es tan fuerte, no se ha perdido la solidaridad”. Marín leyó los más de 40 comentarios que recibió en Instagram.
Hildren Guerrero, paciente con lupus:
“Me llamó una amiga de la universidad que vive en Arabia y me puso en contacto con una fisiatra. Fui a la consulta y me dijo que necesito rehabilitación urgentemente. También unos familiares de Puerto Rico están averiguando cómo mandarme medicamentos”, cuenta la mujer. Dos venezolanos, desconocidos, le ofrecieron Plaquinol y se lo darán en los próximos días. Aún necesita dinero para los exámenes de laboratorio y Cymbalta. “Nunca pensé que una entrevista causaría esa reacción”.
Zaida Zambrano, madre de diabética:
La mamá de Samantha, niña diabética, recibió dos cajas de insulina NovoRapid y está en contacto con una persona que le dará tiras reactivas para medir la glicemia. “He solucionado. Eso es una ayuda no solo para la niña, sino también económica”. El problema para esta familia sigue siendo la comida. “Estoy dándole puras verduras, no consigo nada más. Voy a tener que pedir ayuda por Youtube, por donde sea. Lo bueno es que quedan personas de buen corazón que ayudan a los humildes”.
Después de dar su testimonio a El Nacional, pacientes recibieron donaciones de particulares.
Ana Karina Fuentes dedica seis horas de cada días a la administración de la página y las redes de donamed.com.ve, una plataforma que creó junto con su novio, Juan Pablo García, luego de tener como experiencia el diagnóstico y tratamiento de cáncer de páncreas de su madre.
Ella es diseñadora de páginas web y él es programador. Y lo que empezó como una iniciativa pequeña en julio de 2015 ya tiene 8.669 usuarios registrados, 655 donaciones disponibles y 1.310 entregadas. Con un nombre, correo y ciudad, empieza la búsqueda de la medicina que se necesite.
—¿Cuál fue el impulso para trabajar en la plataforma?
—Debido a la quimioterapia mi mamá requería muchas medicinas y en ese momento había escasez, pero no tan acentuada como en este momento. Pedíamos ayuda por Twitter. Mi papá pensó que sería bueno que existiera una página en la que se pudieran gestionar las donaciones y así uno no pierde el tiempo contactando a alguien que ya no tiene el medicamento. Mi mamá estaba viva, me ayudó con el diseño del logo y la elección de los colores, pero falleció en junio de 2015. Teníamos planificado sacar una aplicación para mediados de año, pero tenía errores y la convertimos en una página web.
—¿Cómo es la dinámica de la donación?
—Cada persona publica el medicamento o insumo médico a donar. Los datos de contacto no aparecen, sino que son enviados únicamente a la persona que solicita la donación.
—¿Qué es lo que más busca la gente?
—Todas las quimioterapias, antidepresivos, anticonvulsivos, antihipertensivos.
—¿Solo se hacen donaciones? ¿Se permite la venta?
—Las palabras “lo vendo”, “está en venta”, “truequeo”, “lo cambio” están en un filtro. Cuando alguien las escribe, no se publica. Si algún usuario intenta vender o cambiar el producto, puede ser denunciado en la página y lo bloqueamos
—¿Piden récipe médico?
—Algunos donadores sí para evitar el bachaqueo.
—¿Participan en la entrega del medicamento?
—Solo somos el puente de comunicación. A muchos les gusta ver a quién están ayudando.
—¿Se dan abasto ustedes dos? ¿Necesitan apoyo?
—Decidimos pedir colaboraciones económicas porque el servidor que alojaba la página en Venezuela, que pagábamos nosotros en bolívares, colapsó por la cantidad de visitas. Lo pasamos a uno internacional, tenemos 6 meses cubiertos, pero necesitamos pagar el resto. Son 15 dólares mensuales. Pensamos contratar a alguien que nos ayude a responderle a todos los que nos escriben; son 500 menciones diarias.
—¿Lanzarán finalmente la aplicación?
—Cotizamos la programación de una aplicación y son 4.000.000 de bolívares. Por ahora no se puede.
—¿Cuál debe ser el aprendizaje tras la crisis de salud?
—Nos dicen que somos de gran ayuda porque la crisis de medicinas es horrible. Sí hay una crisis terrible, pero el aprendizaje no es que por la crisis nos toca donar. No hay que tener el agua hasta el cuello para ayudar al vecino. La crisis nos tiene que enseñar a ser una sociedad sinceramente solidaria.
Ayuda internacional. La agrupación de pacientes Codevida ha recibido medicamentos de la Asociación Civil Venezolanos en España con ayuda de Envíos Venezuela. “Hemos solucionado emergencias. Entregamos 80 frascos de ácido valproico a Neurocirugía del hospital J. M. de los Ríos”, dice Francisco Valencia, presidente de Codevida. En Alemania, México y Estados Unidos quieren ayudar, pero los costos del envío son muy altos. “Pedimos que se establezca un corredor humanitario para que esos medicamentos lleguen al país en buen estado”.
El dato. Tras la denuncia que hizo El Nacional de la falta de fórmulas lácteas para los niños del J. M. de los Ríos, Ana Isabel Otero creó una red de donación de leches formuladas y complementos de alimentación que ha llenado 5.000 teteros de 300 niños del Hospital de Niños, el Domingo Luciani, el Luis Salazar Domínguez de Guarenas, el Jesús María Casal de Acarigua y el Central Universitario de Barquisimeto. Los aportes los canalizan a través @compartex1vida en Twitter, @comparteporunavida en Instagram o comparteporunavida@gmail.com.
Una mano para los #RostrosDeLaCrisis
Catherine Artahona, madre de niño con hidrocefalia:
La chica de 15 años de edad recibió en donación la válvula que necesitaba su bebé para drenar el líquido de la cabeza. La ayuda se extiende a otros niños del Servicio de Neurocirugía del J. M. de los Ríos. “Estoy demasiado agradecida. Mi hijo es chiquito y yo iba a hacer todo lo posible para que él saliera de esto. Uno se asusta porque la hidrocefalia es una condición que puede dejar secuelas”. Las donaciones las recibió de fundaciones y de venezolanos en Chile y Estados Unidos.
Catherine Artahona, madre de niño con hidrocefalia:
La chica de 15 años de edad recibió en donación la válvula que necesitaba su bebé para drenar el líquido de la cabeza. La ayuda se extiende a otros niños del Servicio de Neurocirugía del J. M. de los Ríos. “Estoy demasiado agradecida. Mi hijo es chiquito y yo iba a hacer todo lo posible para que él saliera de esto. Uno se asusta porque la hidrocefalia es una condición que puede dejar secuelas”. Las donaciones las recibió de fundaciones y de venezolanos en Chile y Estados Unidos.
Natacha Suárez, trasplantada de riñón:
Natacha temía perder su riñón nuevo por la falta de medicamentos. Recibió Prograf del hijo de un trasplantado. “Tengo tratamiento para 6 meses. Nos dio también unas cajas que se vencieron, pero que podemos tomar y las repartiremos en Codevida. Gente que no conozco me trajo medicinas a la puerta de mi casa”. Aún espera que llegue Myfortic al IVSS. Ayudará a Moisés Rivas, otro #RostroDeLaCrisis a hacerse los exámenes de laboratorio que requiere.
Natacha temía perder su riñón nuevo por la falta de medicamentos. Recibió Prograf del hijo de un trasplantado. “Tengo tratamiento para 6 meses. Nos dio también unas cajas que se vencieron, pero que podemos tomar y las repartiremos en Codevida. Gente que no conozco me trajo medicinas a la puerta de mi casa”. Aún espera que llegue Myfortic al IVSS. Ayudará a Moisés Rivas, otro #RostroDeLaCrisis a hacerse los exámenes de laboratorio que requiere.
Ana Marín, madre de mujer con epilepsia:
“Una trabajadora de la Sudeban me donó topiramato para un mes, y una señora de Puerto Ordaz me mandó Valcote con su hermana”, cuenta Marín, madre de una mujer de 30 años con epilepsia. “Agradezco la solidaridad. Pocas veces se consiguen personas que están dispuestas a ayudar sin conocerme y sin esperar nada. Aun cuando la crisis es tan fuerte, no se ha perdido la solidaridad”. Marín leyó los más de 40 comentarios que recibió en Instagram.
“Una trabajadora de la Sudeban me donó topiramato para un mes, y una señora de Puerto Ordaz me mandó Valcote con su hermana”, cuenta Marín, madre de una mujer de 30 años con epilepsia. “Agradezco la solidaridad. Pocas veces se consiguen personas que están dispuestas a ayudar sin conocerme y sin esperar nada. Aun cuando la crisis es tan fuerte, no se ha perdido la solidaridad”. Marín leyó los más de 40 comentarios que recibió en Instagram.
Hildren Guerrero, paciente con lupus:
“Me llamó una amiga de la universidad que vive en Arabia y me puso en contacto con una fisiatra. Fui a la consulta y me dijo que necesito rehabilitación urgentemente. También unos familiares de Puerto Rico están averiguando cómo mandarme medicamentos”, cuenta la mujer. Dos venezolanos, desconocidos, le ofrecieron Plaquinol y se lo darán en los próximos días. Aún necesita dinero para los exámenes de laboratorio y Cymbalta. “Nunca pensé que una entrevista causaría esa reacción”.
“Me llamó una amiga de la universidad que vive en Arabia y me puso en contacto con una fisiatra. Fui a la consulta y me dijo que necesito rehabilitación urgentemente. También unos familiares de Puerto Rico están averiguando cómo mandarme medicamentos”, cuenta la mujer. Dos venezolanos, desconocidos, le ofrecieron Plaquinol y se lo darán en los próximos días. Aún necesita dinero para los exámenes de laboratorio y Cymbalta. “Nunca pensé que una entrevista causaría esa reacción”.
Zaida Zambrano, madre de diabética:
La mamá de Samantha, niña diabética, recibió dos cajas de insulina NovoRapid y está en contacto con una persona que le dará tiras reactivas para medir la glicemia. “He solucionado. Eso es una ayuda no solo para la niña, sino también económica”. El problema para esta familia sigue siendo la comida. “Estoy dándole puras verduras, no consigo nada más. Voy a tener que pedir ayuda por Youtube, por donde sea. Lo bueno es que quedan personas de buen corazón que ayudan a los humildes”.
Después de dar su testimonio a El Nacional, pacientes recibieron donaciones de particulares.
La mamá de Samantha, niña diabética, recibió dos cajas de insulina NovoRapid y está en contacto con una persona que le dará tiras reactivas para medir la glicemia. “He solucionado. Eso es una ayuda no solo para la niña, sino también económica”. El problema para esta familia sigue siendo la comida. “Estoy dándole puras verduras, no consigo nada más. Voy a tener que pedir ayuda por Youtube, por donde sea. Lo bueno es que quedan personas de buen corazón que ayudan a los humildes”.
Después de dar su testimonio a El Nacional, pacientes recibieron donaciones de particulares.
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