¡Sí podemos!
EL NACIONAL, 4 DE MAYO 2016 - 08:37
La entusiasta demostración de voluntad desplegada la semana pasada por los venezolanos es el más contundente testimonio de que sí es posible lograr el cambio que deseamos por la vía pacífica, constitucional y democrática. 2 millones de firmas recolectadas en tiempo récord no es un milagro, es la manifestación patente de que, como escribí en mi artículo de la semana pasada, no aguantamos más las humillaciones a que diariamente nos somete el ilegítimo apátrida. Es el testimonio de que no estamos dispuestos a seguir siendo objeto de vejaciones, privaciones por parte de una pandilla de delincuentes corruptos.
Sabemos que eso no es suficiente. El régimen perverso va a intentar sabotear por cualquier medio –y los tiene todos a su alcance– para impedir que la voluntad popular prevalezca.
Ya el retardo en la entrega de las planillas para la recolección de las firmas tenía el propósito de reducir el tiempo disponible para llevar a cabo el proceso del referéndum. De ahora en adelante comenzarán a surgir las triquiñuelas y los actos de sabotaje que no excluyen el recurso a la violencia.
El ilegítimo apátrida debe haberse dado cuenta de que el pueblo no lo quiere. Él se empeña en creer lo contrario y sus bedeles incondicionales le alimentan la noción de que sigue siendo el ídolo de la mayoría.
Pero en las jornadas de recolección de firmas se vio cómo pueblo de todos los niveles acudió entusiasta a estampar su rúbrica. A pesar de estar obstinados de tanta cola que tienen que hacer para conseguir lo esencial para comer, no les importó incorporarse a las largas colas en los kioscos donde manifestarían su deseo de contribuir a hacer efectiva la revocación de ese energúmeno que tanto daño le ha hecho al país y a todos nosotros.
La MUD debe estar “mosca” porque la liebre saltará por donde menos se espera. Ya el hecho de haber designado una comisión supuestamente para revisar las firmas es un primer pitazo. ¿Qué tiene que ver el régimen con las firmas recolectadas? Eso es competencia exclusiva del CNE, pero este hace lo que le diga su titiritero.
Si se trata de designar testigos para presenciar el proceso de revisión de las firmas, está bien. La oposición tiene el mismo derecho y su presencia durante ese proceso permitiría impedir cualquier trampa que se pretenda hacer.
La oposición debe ejercer toda la presión posible para que los trámites y plazos reglamentarios se cumplan debidamente. Es en este ámbito donde el oficialismo seguramente intentará sus actos de sabotaje. Su estrategia evidente consiste en retardar esos plazos para impedir que el revocatorio se lleve a cabo este año, y en todo caso antes del 10 de enero de 2017, y de esa manera evitar la elección de un nuevo presidente que sustituya al revocado. Retardando el proceso buscarían que, revocado el presidente dentro de los dos últimos años de su mandato, no se procedería a esa elección, sino que asumiría la presidencia el “vicepresidente ejecutivo” que, como sabemos, es un acólito del ilegítimo apátrida. ¡Qué horror! Quedaríamos en lo mismo, o peor, porque sería la continuación del mismo proceso de destrucción y quiebra del país.
Es importante que todos los venezolanos demócratas cerremos filas al lado de la MUD. Incluso aquellos que mantienen una actitud crítica o pesimista respecto del desempeño de esa confederación de los partidos de la oposición. Además, ha llegado la hora de que los factores políticos aglutinados en la MUD depongan sus egoísmos y sus ambiciones particulares. Lo mismo sus líderes. No es el momento para rivalizar ni competir por liderazgos. El momento es para avanzar. Ya se dio el primer paso.
Ahora toca recoger muchas más firmas. Se necesitan siete millones y medio de firmas, que fue la cifra fraudulenta con la cual, según el CNE tramposo, fue elegido el ilegitimo apátrida. Cuando llegue el momento hay que acudir con el mismo, o mejor, con más entusiasmo que el 6 de diciembre del año pasado y que la semana pasada para dar el paso definitivo que pondrá fin a esta pesadilla que nos mantiene al borde de la alienación.
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