El hombre nuclear
Ha muerto el que sugirió a Nikita Jruschov que hoy no estuviéramos vivos
LAS TUNAS, Cuba.- Fidel Castro ha muerto. Con él ha desaparecido el último líder de la Guerra Fría. El caudillo por quien la Unión Soviética instaló cohetes nucleares a sólo 90 millas de los Estados Unidos.
Ha muerto el que sugirió que hoy no estuviéramos vivos. No estuviéramos vivos porque millones de seres humanos hubiéramos muerto quemados por el fuego nuclear en lugares tan distantes y a la vez tan dispares como lo son Washington y Moscú, La Habana y Estambul.
El 26 de octubre de 1962, en el punto más crítico de la Crisis de los Misiles, Fidel Castro sugirió a Nikita Jruschov, llegado el caso, el empleo de las armas de destrucción masiva contra la nación estadounidense diciendo:
“Si los imperialistas invaden a Cuba (…) la Unión Soviética no debe permitir jamás las circunstancias en las cuales los imperialistas pudieran descargar contra ella el primer golpe nuclear (…) invadir a Cuba, ése sería el momento de eliminar para siempre semejante peligro, en acto de la más legítima defensa, por dura y terrible que fuese la solución, porque no habrá otra.”
Respondiendo a Fidel Castro acerca de lo que bien podía conducir a la tercera guerra mundial, Nikita Jruschov dijo:
“Usted nos propuso que fuéramos nosotros los primeros en asestar el golpe nuclear. (…) Usted, desde luego, comprende a qué llevaría esto. Esto no sería un simple golpe sino el inicio de la guerra mundial termonuclear.
“Evidentemente, en tal caso, los Estados Unidos sufrirían enormes pérdidas, pero la Unión Soviética y todo el campo socialista también sufrirían mucho.
“En lo que se refiere a Cuba, al pueblo cubano, es difícil incluso decir en general con qué eso podría terminar para él. En primer término, en el fuego de la guerra se quemaría Cuba.”
No. No sólo ha muerto Fidel Castro, el que valiéndose de una dictadura para promover una revolución, él mismo se convirtió en dictador: en el dictador más prolongado que tuviera Cuba. El que pudo hacer desaparecer no sólo a Cuba bajo el fuego nuclear, sino también importantes territorios de Estados Unidos, la Unión Soviética, y a decenas de países aliados de estas superpotencias, que de no haber sus líderes obrado con la debida serenidad, en el caso de la Unión Soviética, a sugerencia de Fidel Castro, hubiera disparado el primer misil, a causa del cual, hoy no estuviéramos haciendo la historia.
Esa fue la tentativa de genocidio de Fidel Castro de la cual gracias a Nikita Jruschov y el presidente Kennedy millones de personas de gran parte del mundo nos salvamos. Pero los cubanos si bien salvamos la mayor parte de nuestros cuerpos del fuego termonuclear, no conseguimos salvar nuestras mentes del bombardeo palabrero de Fidel Castro.
Sí. Fidel Castro ha muerto, pero en Cuba y fuera de ella, como criminal internacional que fue, tras de sí deja demasiados pensamientos atrofiados, difíciles de restaurar, unos, por dóciles ovejunos, otros, por arrogantes intolerantes, cualquiera de las dos categorías de imposible congruencia en una sociedad democrática, la que tiene Cuba por delante para ser República y dejar de ser feudo.
Sólo ha muerto Fidel Castro. En los próximos días veremos cientos de miles de cubanos desfilando delante de sus cenizas, valga decir, desfilando dentro de los cadáveres que Fidel Castro hizo de ellos, despojos que ellos llevan en sí mismos.
Sí. Nada más ha muerto Fidel Castro. Con él hubo tanto acabamiento, que una parte se va con él, pero otra queda ahí, hasta que le llegue el enterramiento definitivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario