El Papa Francisco clama por los presos
El Papa aseguró que "señalar con el dedo a quien se ha equivocado no puede ser una excusa para esconder las propias contradicciones". En ese sentido, se dirigió a los reclusos para recordarles que “ante Dios nadie puede vivir sin la certeza de encontrar el perdón
El pasado domingo, el Papa Francisco celebró el Jubileo de los Presos con una misa en la basílica de San Pedro en el Vaticano, en la ciudad de Roma en Italia, a la que asistieron mil reclusos de 12 países acompañados por familiares, capellanes y personal penitenciario. Durante el acto solemne, el sumo pontífice tildó de hipocresía que se considere la cárcel como único camino para quien se equivoca y exigió un “acto de clemencia” para reinsertar a los presos en nuestra sociedad.
Estas palabras retumban hoy más que nunca en el Gobierno de Venezuela, donde las cárceles fungen como una universidad del delito y las autoridades penitenciarias ignoran frecuentemente las recomendaciones del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) para establecer un sistema perdurable y que garantice la no reincidencia de los ex reclusos.
En este país los presos no viven, sino que sobreviven al hambre, la miseria, la insalubridad, la falta de acceso al trabajo o educación; y al “pranato” o “liderazgo negativo, que los obliga a cumplir a cabalidad los deseos de un tercero que está armado hasta los dientes. ¿Es capaz el Gobierno venezolano de cometer un acto de clemencia? Esta ha sido nuestra petición durante años, principalmente durante los últimos 17 años, pero ha faltado eficacia y voluntad política para adoptar un sistema penitenciario que garantice la reinserción de los reclusos en la sociedad que clama por un cambio.
Durante su discurso, el Papa Francisco exclamó: "A veces, una cierta hipocresía lleva a ver solo en vosotros personas que se han equivocado para las que el único camino es la cárcel. No se piensa en la posibilidad de cambiar de vida, hay poca confianza en la rehabilitación (…) Cuando uno se mueve dentro de esquemas ideológicos o absolutiza leyes de mercado que aplastan a las personas, en realidad no se hace otra cosa que estar entre las estrechas paredes de la celda del individualismo y de la autosuficiencia, privados de la verdad que genera la libertad".
En estrechas paredes de desidia y olvido conviven miles de presos en Venezuela, muchos de ellos no sobreviven al hambre y mueren de desnutrición; otros padecen tuberculosis y otras enfermedades contagiosas, y fallecen por falta de tratamiento; mientras que otros tantos caen en hechos violentos liderados por los “pranes”, quienes cometen actos de canibalismo, salen de los penales cuando les da la gana y ordenan extorsiones, homicidios y secuestros desde las cuatro paredes de su celda, que realmente son una guarida incluso para los que ya han salido en libertad.
En Venezuela resulta realmente necesario la implementación de un sistema que acabe con el “pranato” y enderece a todos aquellos que se han descarrilado en una sociedad podrida por la falta de Gobierno, que durante tantos años ha instaurado la violencia como parte del verbo cotidiano. Que daño les han hecho a tantos niños que crecieron oyendo discursos violentos y hoy permanecen en las cárceles con la convicción que ser malo es la mejor opción.
Es por esta razón que el Papa aseguró que "señalar con el dedo a quien se ha equivocado no puede ser una excusa para esconder las propias contradicciones". En ese sentido, se dirigió a los reclusos para recordarles que “ante Dios nadie puede vivir sin la certeza de encontrar el perdón. La historia pasada, aunque lo quisiéramos, no puede ser escrita de nuevo. Pero la historia que inicia hoy, y que mira al futuro, está todavía sin escribir (...) Aprendiendo de los errores del pasado, se puede abrir un nuevo capítulo de la vida".
Finalmente, el sumo pontífice instó a las autoridades penitenciarias a instaurar políticas “a favor de las condiciones de vida en las cárceles, para que se respete plenamente la dignidad humana de los detenidos". En tanto, desde el Observatorio Venezolano de Prisiones continuaremos luchando por estos derechos intrínsecos en cada ser humano desde el momento que nace y no desistiremos en alzar nuestra voz contra la ineficiencia del Estado venezolano en cuanto a las políticas penitenciarias.
Coordinador OVP
El Papa aseguró que "señalar con el dedo a quien se ha equivocado no puede ser una excusa para esconder las propias contradicciones". En ese sentido, se dirigió a los reclusos para recordarles que “ante Dios nadie puede vivir sin la certeza de encontrar el perdón
El pasado domingo, el Papa Francisco celebró el Jubileo de los Presos con una misa en la basílica de San Pedro en el Vaticano, en la ciudad de Roma en Italia, a la que asistieron mil reclusos de 12 países acompañados por familiares, capellanes y personal penitenciario. Durante el acto solemne, el sumo pontífice tildó de hipocresía que se considere la cárcel como único camino para quien se equivoca y exigió un “acto de clemencia” para reinsertar a los presos en nuestra sociedad.
Estas palabras retumban hoy más que nunca en el Gobierno de Venezuela, donde las cárceles fungen como una universidad del delito y las autoridades penitenciarias ignoran frecuentemente las recomendaciones del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP) para establecer un sistema perdurable y que garantice la no reincidencia de los ex reclusos.
En este país los presos no viven, sino que sobreviven al hambre, la miseria, la insalubridad, la falta de acceso al trabajo o educación; y al “pranato” o “liderazgo negativo, que los obliga a cumplir a cabalidad los deseos de un tercero que está armado hasta los dientes. ¿Es capaz el Gobierno venezolano de cometer un acto de clemencia? Esta ha sido nuestra petición durante años, principalmente durante los últimos 17 años, pero ha faltado eficacia y voluntad política para adoptar un sistema penitenciario que garantice la reinserción de los reclusos en la sociedad que clama por un cambio.
Durante su discurso, el Papa Francisco exclamó: "A veces, una cierta hipocresía lleva a ver solo en vosotros personas que se han equivocado para las que el único camino es la cárcel. No se piensa en la posibilidad de cambiar de vida, hay poca confianza en la rehabilitación (…) Cuando uno se mueve dentro de esquemas ideológicos o absolutiza leyes de mercado que aplastan a las personas, en realidad no se hace otra cosa que estar entre las estrechas paredes de la celda del individualismo y de la autosuficiencia, privados de la verdad que genera la libertad".
En estrechas paredes de desidia y olvido conviven miles de presos en Venezuela, muchos de ellos no sobreviven al hambre y mueren de desnutrición; otros padecen tuberculosis y otras enfermedades contagiosas, y fallecen por falta de tratamiento; mientras que otros tantos caen en hechos violentos liderados por los “pranes”, quienes cometen actos de canibalismo, salen de los penales cuando les da la gana y ordenan extorsiones, homicidios y secuestros desde las cuatro paredes de su celda, que realmente son una guarida incluso para los que ya han salido en libertad.
En Venezuela resulta realmente necesario la implementación de un sistema que acabe con el “pranato” y enderece a todos aquellos que se han descarrilado en una sociedad podrida por la falta de Gobierno, que durante tantos años ha instaurado la violencia como parte del verbo cotidiano. Que daño les han hecho a tantos niños que crecieron oyendo discursos violentos y hoy permanecen en las cárceles con la convicción que ser malo es la mejor opción.
Es por esta razón que el Papa aseguró que "señalar con el dedo a quien se ha equivocado no puede ser una excusa para esconder las propias contradicciones". En ese sentido, se dirigió a los reclusos para recordarles que “ante Dios nadie puede vivir sin la certeza de encontrar el perdón. La historia pasada, aunque lo quisiéramos, no puede ser escrita de nuevo. Pero la historia que inicia hoy, y que mira al futuro, está todavía sin escribir (...) Aprendiendo de los errores del pasado, se puede abrir un nuevo capítulo de la vida".
Finalmente, el sumo pontífice instó a las autoridades penitenciarias a instaurar políticas “a favor de las condiciones de vida en las cárceles, para que se respete plenamente la dignidad humana de los detenidos". En tanto, desde el Observatorio Venezolano de Prisiones continuaremos luchando por estos derechos intrínsecos en cada ser humano desde el momento que nace y no desistiremos en alzar nuestra voz contra la ineficiencia del Estado venezolano en cuanto a las políticas penitenciarias.
Coordinador OVP
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