Protesta y negociación
El derecho legítimo a la protesta garantizado en la Constitución, lo ejerce y lo seguirá ejerciendo el pueblo venezolano con libertad y sin miedo, pues es la única garantía de que el gobierno pueda volver al carril de la Constitución
El imparable escalamiento de la crisis que agobia al país, ahoga el confort de un gobierno que solo ve en la represión, la única manera de sostener el poder; poder al que, en todos estos años la cúpula que gobierna, se ha aferrado y lo continua haciendo, sobre la impune antijuridicidad del TSJ, la timorata y claudicante Defensoría del Pueblo y un CNE que funciona como ancla electoral del gobierno. Solo la Asamblea Nacional legitimada con un masivo voto popular y recientemente la Fiscalía General de la República, han mantenido una postura irreverente de defensa de la constitución, junto a más del 80% de los venezolanos que procuran un cambio de gobierno de manera pacífica y electoral.
Los jóvenes venezolanos llenos de ímpetu y deseos de labrarse un mejor futuro, se han lanzado a la calle a protestar de manera pacífica y continua, obteniendo como respuesta la insensatez represiva del gobierno que con ello, ha logrado empinar aún más la protesta y producir un ciclo interminable de violencia que ha conducido a la muerte de más de 40 jóvenes, a quienes truncaron repentinamente sus esperanzas. Pero las calles no solo la han tomado los jóvenes, sin dudas los más activos, sino también el resto de los venezolanos que no están dispuestos a entregarle a los nimbos que gobiernan, la posibilidad de violentar la constitución para perpetuarse en el poder y configurar un nuevo estado represivo que acabe con la poca libertad que aún se mantiene. Hoy, la oposición a la constituyente impulsada por el presidente, ha logrado unificar el rechazo de la gran mayoría de los venezolanos, chavistas y no chavistas, a la vez que los ha unificado en torno a la Constitución vigente desde 1999.
El gobierno antidemocrático que ejerce el poder procura insuflar temor desatando una represión desproporcionada, habilitando írritamente tribunales militares para condenar con impunidad y utilizando los poderes del estado hasta donde le alcance, para mediatizar la esperanza de cambio que fluye en cada venezolano. Se equivoca el gobierno. El derecho legítimo a la protesta garantizado en la Constitución, lo ejerce y lo seguirá ejerciendo el pueblo venezolano con libertad y sin miedo, pues es la única garantía de que el gobierno pueda volver al carril de la Constitución.
La calle garantiza, pero la negociación viabiliza una salida constitucional, pacífica, democrática y electoral al cambio. Incluso si el gobierno quisiera, unilateralmente puede apegarse a la Constitución y facilitar la convocatoria a elecciones de Gobernadores, Alcaldes y Presidente de la República mediante un cronograma en donde especifique las fecha de su realización. Es el mejor abreboca para negociar el restablecimiento institucional del país y lograr los equilibrios necesarios para emprender el cambio democrático que todos los venezolanos desean. Protesta y negociación.
(ljm1802@hotmail.com y @luisjosemart)
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