Otro final en Altamira con dos motos quemadas
Movilizaciones en la capital fueron reprimidas una vez más y los manifestantes no lograron llegar a la Cancillería
Caracas.- Nuevamente la oposición venezolana salió a las calles de Caracas y nuevamente fue recibida con bombas lacrimógenas. En el oeste de la ciudad, los que pudieron concentrarse, fueron recibidos con pequeños contingentes de la Guardia Nacional, que, sin mediar palabras, dispararon bombas a los manifestantes. Así pasó en Montalbán, donde los manifestantes apenas pudieron marchar unas cuadras. En el este de la ciudad la historia fue distinta.
En el este los manifestantes se concentraron sin problemas y desde distintos puntos marcharon hasta la autopista, en donde se vieron las caras para continuar la movilización hacia la Cancillería de Venezuela. Pero como en cada convocatoria, a la macha la esperaban con bombas lacrimógenas, perdigones y tanquetas tipo ballena que en esta ocasión eran seis, preparadas para descargar su chorro de agua a los manifestantes. Además había otras tres tipo rinoceronte y unos cuantos funcionarios motorizados de la Guardia Nacional prestos para reprimir.
Detonaron la primera bomba, que atravesó el cielo dejando su marca de gas. “¡Cuidado, cuidado! ¡Cuidado arriba! ¡Miren al cielo, cuidado!”, gritaron varias voces que se unieron en un sólo mensaje. Cayó la primera bomba, luego la segunda, luego la tercera. Después fue el chorro de agua, los asfixiados, el que avanzaba llevando malox, los que retrocedían y los que cayeron.
Para los que estaban atrás, la imagen era la de una nube de gas que era atravesada por un chorro de agua que se llevaba por el medio lo que encontrara a su paso. Para los de adelante, era la cara picosa, la dificultad de respirar, un despelote de personas que chocaban entre sí y gritos que se confundían en el aire mientras los funcionarios de la guardia continuaban en su avance en contra de los manifestantes.
Nadie se quedaba solo. Retrocedían: los más prudentes viendo al cielo, los más urgidos, corriendo, y uno que otro iba chocando con las personas sin poder ver el camino por el que iba. En algún punto, a los de atrás les picó la cara igual que a los de adelante, pues una cuadrilla motorizada de la Guardia Nacional llegó por Chacao, se montó por el distribuidor Ciempiés y de ahí disparó bombas a quienes ya retrocedían.
Para completar la zozobra, desde la base aérea militar La Carlota también dispararon bombas lacrimógenas a la manifestación, lo que terminó de desmembrarla. En Altamira y Las Mercedes se reunieron nuevamente los opositores, y allí intentaron permanecer a pesar de la represión. En Altamira los manifestantes atravesaron un camión para impedirle el paso a la Guardia, que pese a ellos, intentó pasar y terminó retrocediendo ante la avalancha de personas que se les fue encima.
En medio de la confusión del escape, los guardias dejaron dos motos en el suelo. Estas fueron tomadas como trofeos del día e incendiadas por los manifestantes. La alegría entonces fue general, y sin que bastara con eso, los manifestantes lanzaron botellas y piedras a las motos que se incendiaban.
“Así vas a quedar tú, Maduro”, gritó uno de los jóvenes encapuchados que estaba en el lugar. Y aquel grito lo repitió una y otra vez hasta que fue apagado por nuevas detonaciones de la Guardia Nacional, que, en la distancia, veía cómo se quemaban las dos motos.
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