Cuba y Venezuela: pobres por decreto
El chavismo y el castrismo son como ‘Thelma y Louise’
MIAMI, Estados Unidos.- El chavismo y el castrismo son como Thelma y Louise: están empeñados en huir hacia delante aunque lo que les espera es un precipicio. La gran diferencia es que las dos heroínas del famoso filme de Ridley Scott se embarcan en un viaje a ninguna parte en busca de la libertad, mientras que Nicolás Maduro en Venezuela y Raúl Castro en Cuba sencillamente ganan tiempo para atornillar sus regímenes despóticos.
Haciendo oídos sordos al clamor de una consulta popular que votó masivamente contra su plan de reescribir la Constitución, Maduro llevará adelante su Constituyente a pesar de estar completamente deslegitimada. Para él y su entorno de lo que se trata es de perpetuarse en el poder y aniquilar lo que queda de la sociedad civil en Venezuela.
En cuanto a su aliado –algún día habrá que escribir el libro definitivo sobre la codependencia del chavismo y el castrismo–, Raúl Castro se prepara para su jubilación oficial en febrero de 2018. El hermano menor de Fidel vigilará el destino de los cubanos desde su retiro dorado como una suerte de Reina Madre mientras sus delfines gestionan un continuismo que permita el status quo. A su manera, lo que pretende Raúl es morir sin sobresaltos, ahorrándose un final a lo Erich Honecker en la extinta Alemania comunista. A fin de cuentas, los Castro tienen una prole numerosa que vive de las prebendas de una dinastía familiar que lleva en el poder casi seis décadas. Tamaño patrimonio hay que preservarlo, aunque sea en cuentas ocultas en Suiza.
Artículo publicado originalmente en El Nuevo Herald
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