Publicado el: 27 Junio, 2017 EL-INFORME.COM
Por Edward Rodríguez
Hablar del tema militar en Venezuela es similar a tener en las manos una caja negra con códigos secretos que nadie se atreve a abrir, pero que necesaria e impostergablemente hay que destapar.
Hoy tenemos diversidad de opiniones encontradas dentro y fuera de los cuarteles, razón suficiente para abordar la situación aún y cuando cause roncha de lado y lado.
El uniforme militar ha marcado la historia venezolana desde Simón Bolívar, todo el siglo XX y lo que va del siglo XXI también, eso hay que tenerlo claro para descifrar los códigos secretos de la “caja negra”.
Para los andinos el uniforme militar parece que nos los inyectan en el tetero, lo digo de manera anecdótica, pues en mi caso particular, al terminar bachillerato opté por la Academia Militar, después de presentar la prueba, me di cuenta que lo mío es el periodismo; pero siempre he respetado a la institución castrense.
Me remonto a los años previos del fracasado golpe de Estado del 4 de febrero de 1992. Mi padre, de pensamiento de izquierda, venido de abajo y luchador social; cuando conversaba con sus amigos siempre decía “aquí falta un golpe de Estado, los militares tienen que actuar, la corrupción no se aguanta; entre adecos y copeyanos acabaron con este país”. Eso era lo que se escuchaba reiteradamente fuera de Miraflores, es decir, en los barrios y en la clase media. Chávez lo supo interpretar y vino el golpe.
Con aquella fallida insurgencia militar, salió el “por ahora” y luego el discurso de Rafael Caldera que lo hizo presidente por segunda vez.
Ahora bien, la responsabilidad del militar va más allá de la identificación con un hombre, la Patria es primero y cuando decimos PATRIA, ustedes oficiales, saben mejor que nadie lo que significa esa palabra.
Están en el momento estelar, y digo esto luego de ver los resultados de la encuesta de Meganalisis, de Rubén Dario Madrid con 38 años de experiencia en el área. En ese estudio que terminó el 14 de junio, hay una pregunta interesante; pero la respuesta es más interesante todavía.
“¿Confía en las Fuerzas Armadas, las mismas que respetaron los resultados del 6-D del 2015?”. El 61.5% dijo que sí.
Qué responsabilidad tan grande tienen los militares venezolanos si, dos años después de respetar la voluntad de más de siete millos de venezolanos que eligió un Parlamento autónomo, desconocen, irrespetan y violan la soberanía del pueblo al permitir que se concrete la Constituyente, por demás inconstitucional debido a la forma en que está planteada y reglamentada.
Ese pueblo que pidió el golpe de Estado de 1992 hoy está hablando de nuevo, pero masivamente en las calles de Venezuela; ahora le pide a la Fuerza Armada Nacional que respete la Constitución, que le dé un para’o a Maduro y a su combo, pues ha sumido al país en la peor crisis de la historia y lo ha llevado a los niveles más bajos jamás imaginables.
Es el momento estelar de la FANB, como hace 196 años cuando el Ejército republicano comandado por Simón Bolívar venció al Ejército realista; victoria que marcó la Independencia de Venezuela. Es la hora de luchar al lado del pueblo venezolano para rescatar la libertad e independencia que tantas vidas nos ha costado desde aquel 24 de junio de 1821 hasta el pasado jueves 22 cuando cayó David Vallenilla (22) durante el combate que libraba por un mejor país.
Vaya reto tienen en sus manos los mayores generales Suárez Chourio y Ornelas Ferreira, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no es para ir a bailar y aplaudir en programas TV, sino para estar de la mano del pueblo.
Hay que abrir la caja negra.
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