La entrega de un país
24.07.2017 05:20 AM Qué hubiera pasado si los partidos políticos con mayoría en el parlamento, no hubieran entregado la presidencia del Congreso a Chávez?
Desde Barcelona.- Cuando Chávez intentó obtener el poder a través de aquel golpe de Estado en febrero de 1992, ocupaba yo el cargo de Director de Educación en el entonces gabinete de ilustre médico y político Ovidio González.
Sobre eso fijamos posición en los medios de comunicación y muy especialmente en la columna que manteníamos y aún mantenemos en la página de opinión del diario El TIEMPO, el más completo del oriente del país. Intentona fallida gracias a la actuación de la Guardia Nacional, Cicpc y Disip.
Sin embargo la complicidad de altos oficiales en el golpe, por acción u omisión de empresarios y de unos cuantos líderes, también por acción u omisión, nos permitió avizorar que comunicacionalmente el golpe había logrado sus objetivos, lo que se confirma unos seis años más tarde con el arribo a Miraflores del Teniente Coronel golpista mediante elecciones. Sin embargo es menester precisar que Chávez obtiene el triunfo pero no la mayoría en el Congreso Nacional, del cual formé parte por unos meses, ya que el Constituyente de 1999, eliminó en su primera decisión al parlamento y dejó encargado de los asuntos legislativos al congresillo, con funciones meramente administrativas y específicamente para aprobar los trámites presupuestarios del Poder Ejecutivo.
Allí comenzó nuestra desgracia y la pérdida de la institucionalidad y la democracia. La oposición acobardada, los cálculos políticos y económicos de los principales partidos de oposición, la entrega de los poderes públicos impúdicamente al nuevo inquilino (con pretensiones absolutistas) de Miraflores le facilitaron el trabajo de diseñar una dictadura electoral hasta donde le fuera posible, lo que logró de una manera sorprendentemente fácil y rápido.
Nada se puede hacer al respecto, lo pasado ya pasó, pero si queda la experiencia de los errores cometidos para no volver a cometerlos.
Qué hubiera pasado si los partidos políticos con mayoría en el parlamento, no hubieran entregado la presidencia del Congreso a Chávez? Que si el CNE, entonces CSE, no le hubiera servido en bandeja de plata todas las solicitudes al nuevo Presidente? y que hubiera sucedido si la Presidente del TSJ en aquel momento le hubiera contestado a Chávez que robar era un delito?
El miedo y los cálculos crematísticos paralizó a la dirigencia opositora y al país se lo llevó la barbarie, la corrupción, la ignorancia y la maldad. Ahora, las consecuencias hacen casi imposible la vida en sociedad. Estamos a punto de desaparecer como Estado y como nación. Muy a pesar de que la gran mayoría, en más del 80% me atrevo a asegurar, es contraria a la dictadura declarada en su fase superior por el chavismo.
Es duro el camino de vuelta a la democracia. El poder de las armas de la Guardia Nacional, verdadero poder detrás del civil que ocupa el palacio de misia Jacinta, junto a la patota llamada colectivos, mantiene a raya las aspiraciones democráticas asesinando a los jóvenes estudiantes, única fuerza que desde un principio decidió enfrentar la dictadura que ya mostraba sus garras e intenciones. Hoy nadie sabe a ciencia cierta cuáles serán los resultados de esta lucha, no a corto plazo. Lo que sí sabemos es que el disfraz desapareció.
Ya la bestia no puede seguir engañando. La dictadura se distingue en todo su horror y la oposición cada vez es más numerosa y más decidida. Se pierde el miedo y las cartas están echadas. O nos hundimos en el tremedal o todo vuelve a ser Altamira, como en la novela insigne de Gallegos “Doña Bárbara.” En Dios confiamos
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