Venezuela ocupó el puesto 143 de 180 países evaluados en materia de libertad de prensa en la Clasificación Mundial de Reporteros Sin Fronteras durante 2018. En Venezuela, los periódicos desaparecieron dado el monopolio estatal sobre las divisas e importación de papel periódico, las televisoras internacionales con noticias sobre el país dejaron de verse por orden ejecutiva y el Internet, que es visto como alternativa, se encuentra entre los peores del continente latinoamericano, según el Open Technology Institute (OTI) y el Laboratorio de Datos de Internet (MLAB).
El memorial de agravios en contra de la libertad de expresión e información es extenso y sostenido en el tiempo. El chavismo no inventó la censura, pero como cualquier régimen que desea perpetuarse en el poder de manera indefinida apela a las prohibiciones, ataques, restricciones… De eso no se habla, parece ser el lema del gobierno de Nicolás Maduro.
Entre 2017 y 2018 se evidenció un cierre masivo de medios, especialmente locales e independientes. Más de 40 emisoras de radio fueron cerradas sin que hubiese un procedimiento administrativo previo, sin derecho a la defensa. Dejaron de transmitir por orden ejecutiva e inmediata de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL). Todas tenían al aire espacios de opinión en los que se ejercía la crítica pública.
La tenaza contra la prensa escrita trajo la desaparición o reajustes (en circulación, periodicidad, paginación) en unos 50 periódicos, tras establecerse un monopolio estatal en la importación de papel periódico. Para muestra: Al iniciar 2018 cerró su edición impresa El Impulso, que con 114 años era el decano de la prensa escrita venezolana, al cerrar el mismo 2018 cesó la circulación en papel de El Nacional, uno de los diarios más emblemáticos del país.
La irrupción de Juan Guaidó como referente nacional e internacional de la lucha democrática, junto a la ola de desconocimiento que recibió Maduro, hechos simultáneos en las primeras semanas del 2019, trajo consigo una nueva modalidad de censura: el cierre de programas de radio específicos en emisoras radiales de Venezuela.
En las primeras semanas de 2019, según el reporte del Instituto Prensa y Sociedad un total de 13 programas radiales de información u opinión fueron sacados del aire, por presiones directas de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones. El caso más emblemático resultó el cese de transmisiones del periodista César Miguel Rondón por el Circuito Éxitos, con alcance en todo el país. Rondón tenía tres décadas continuas con su espacio matutino. El 28 de enero confirmó su salida por presiones oficiales.
En el estado Nueva Esparta hubo una suerte de razzia el 8 de febrero. Los programas de los periodistas Norberto Mazza, Gustavo Novoa, Carolina Arias, y Carlos Lesma y Elio Sánchez desaparecieron de forma casi que simultánea. Reporte Confidencial Radio, versión radial de la página digital Reporte Confidencial que se transmitía desde hace 3 años por la estación 94.9 FM, fue uno de los espacios suspendidos.
Novoa participaba de Reporte Confidencial pero también fue suspendido de su programa “Así de Claro” con frecuencia diaria y 5 años al aire por la emisora Señal 94.9. En esta radio igual se encontraba Carlos Lesma con un programa de lunes a viernes de corte recreativo y opinión.
En Reina 96.7 estaban los programas de Norberto Mazza y Elio Sánchez igualmente con más de tres años de transmisión de lunes a viernes. La notificación a los conductores de los programas fue hecha también de manera verbal, sin dejar constancia de la razón de la decisión ni los criterios aplicados.
En el estado Sucre, también al oriente venezolano, salió del aire el espacio conducido por Carlos García a través de103.7 FM. El 13 de febrero de 2019, asimismo, funcionarios del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (SEBIN) y la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) decomisaron los equipos de transmisión de la estación Rumbera Network 106.5 FM del estado Yaracuy sin orden judicial. La agresión contra el medio de comunicación tuvo lugar luego de que CONATEL iniciara un procedimiento contra el programa que conducía Luis Parra, diputado de la Asamblea Nacional.
En el estado Falcón, el 6 de febrero se suspendió el programa radial del periodista José López a través de la emisora Vea 100.7 FM. En tanto, los programas de opinión La Verdad Radio TV y Al Final de la Tarde fueron sacados del aire por la directiva del canal local Monagas Visión, en el estado Monagas. Estos eran los únicos espacios de opinión en la televisión local. Eso ocurrió el 4 de febrero.
Ese mismo día, el programa “Hablando Claro”, un espacio de opinión y denuncia de corte comunitario conducido por el dirigente Paúl Elguezabal y producido por el periodista José Rengel, fue eliminado de la programación de Telesol en el estado Sucre.
Jorge Ramos en el Olimpo de la censura
He hecho todo este recuento para dejar constancia escrita de los nombres de periodistas locales afectados por la censura. Y eso es importante recalcarlo cuando la atención internacional se fija en Venezuela a propósito del caso de Jorge Ramos, el conocido periodista de Univisión.
Ramos llegó al Palacio de Miraflores y toda su terrible vivencia deja al desnudo que en realidad ingresó al Olimpo de la censura. El periodista ha dicho que Maduro cortó la entrevista, que estaba en pleno desarrollo, cuando él intento mostrarle un vídeo con unos jóvenes comiendo de la basura, directamente de un camión que recogía desperdicios en una calle de Caracas.
Del hambre no se habla fue el mensaje de Maduro al levantarse abruptamente y abandonar la entrevista. Ramos y su equipo vivieron una suerte de película de terror. En el propio palacio de gobierno fueron interrogados, encerrados en un cuarto a oscuras, les fueron robados (no cabe otra palabra) equipos y teléfonos móviles. Y lo más importante, esa entrevista sencillamente dejó de existir, el material fue incautado.
Por más de 20 años he estudiado el tema de la censura en Venezuela, además de revisar restricciones a la información en otros regímenes dictatoriales. Debo decir que el caso de Ramos es único, en el sentido de que fue detenido, sometido a malos tratos e interrogatorios y luego expulsado, a partir de una entrevista que tenía lugar dentro de un palacio de gobierno. Sin duda, el Olimpo de la censura.
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