México: un país donde ser periodista puede implicar una sentencia de muerte
En el Día del Periodista en México no hay nada que celebrar y mucho que lamentar bajo el Gobierno de López Obrador
En México ser periodista conlleva un enorme riesgo. Es una profesión que transita sobre la delgada línea de la sentencia de muerte.
Las agresiones, amenazas, ataques, acoso y asesinatos contra los comunicadores en este país no dan tregua.
Desde hace algunos años, México se ha convertido en el más letal de todo el mundo para ejercer el periodismo.
De acuerdo al último informe de ‘Reporteros Sin Fronteras’ en 2020 que recién terminó por lo menos 8 periodistas mexicanos fueron asesinados.
“Vemos en México, por ejemplo, que este año hay 8 periodistas asesinados, 8 periodistas que investigaban cárteles y México. Un país en paz sigue liderando la lista de los más mortíferos para los periodistas”, dijo Pauline Adés-Mevel, portavoz de Reporteros sin Fronteras.
Nada que celebrar este cuatro de enero que se conmemora el Día del Periodista. “La violencia que sufre la prensa mexicana es espantosa”, dijo el director de la oficina de ‘Reporteros sin Frontera’ en América Latina al presentar el informe hace unos días.
A esta cifra habrá que sumarle, la de los desaparecidos y la de aquellos comunicadores que han tenido que cambiar su lugar de residencia por amenazas a ellos y sus familias.
Homenaje merecen estos periodistas que se atrevieron a investigar, informar y denunciar. Porque sus plumas incisivas eran incómodas, por eso los mataron, para silenciar sus voces críticas. Todos publicaban temas de seguridad, de cárteles, de enfrentamientos o corrupción en sus estados.
Asesinados brutalmente
El 9 de diciembre en Jerez, Zacatecas, fue asesinado Jaime Daniel Castaño Zacarías, director del portal de noticias Prensa Libre MX. Lo mataron por tomar fotografías de dos personas que acababan de asesinar.
A Israel Vázquez Rangel lo acribillaron el 9 de noviembre en Salamanca, Guanajuato. Fue asesinado cuando acudió a cubrir el hallazgo de restos humanos.
Julio Valdivia, reportero del diario El Mundo de Córdoba fue encontrado decapitado en Tezonapa, Veracruz el 9 de septiembre. Cubría temas de seguridad y documentaba la violencia que se vive en el sur del país.
A Pablo Morrugares lo asesinaron el 2 de agosto en Iguala, Guerrero, junto a su escolta. Era Director del portal digital de Noticias PM de Iguala. Desde 2016 recibía amenazas.
El 16 de mayo, en Sonora fue acribillado el periodista Jorge Miguel Armenta, director de Medios Obson.
En Acapulco, Guerrero, fue asesinado Víctor Fernández del medio digital Punto x Punto Noticias. Partes de su cuerpo fueron encontradas días después de su desaparición el 2 de abril.
María Elena Ferral, fundadora del portal de noticias Quinto Poder de Veracruz fue asesinada de 8 balazos el 30 de marzo. Investigaba los secuestros y las desapariciones forzadas. Cuatro años antes ya había denunciado amenazas de políticos veracruzanos. Nadie hizo nada para evitar su asesinato.
Todos están impunes
Así, con esa crueldad fueron asesinados 8 periodistas mexicanos en 2020. Todos los casos están impunes y en todos, autoridades locales y el gobierno federal se han comprometido a esclarecer.
Pero como siempre ocurre, las autoridades lo lamentan frente a los medios y anuncian investigaciones para esclarecer los crímenes. Declaraciones, casi estudiadas, cuando la noticia es el asesinato de un periodista.
Al mismo tiempo que crecen los homicidios de periodistas, crece la impunidad.
‘Reporteros sin Frontera’ ha documentado que en los dos años de la presidencia de AMLO, han sido asesinados 19 periodistas. En cada uno de ellos hay un caso de injusticia y una inacabada carpeta de investigación.
Doble ataque a los periodistas mexicanos
Diversos organismos nacionales e internacionales han insistido al gobierno federal considerar y atender la violencia ejercida contra los periodistas.
“No hemos visto ningún avance en sus promesas de un cambio de rumbo respecto a la protección del periodismo y la persecución de los crímenes a periodistas. Al contrario, la impunidad sigue siendo la ley”, destaca ‘Reporteros sin Frontera’.
El Comité para la Protección de Periodistas lamentó la vulnerabilidad de la prensa mexicana y el nulo apoyo por parte del presidente López Obrador. No los protege y más del 99 % de los asesinatos quedan impunes.
Pero no solo no los ha apoyado. Desde el púlpito presidencial se señala, se juzga y se condena a los comunicadores que cuestionan los “otros datos” del presidente.
Quienes escriben contra él o contra su gobierno son exhibidos. Ha ocurrido con informadores como Joaquín López Doriga, Carlos Loret de Mola, Víctor Trujillo “Brozo”, Héctor de Mauleón y Pascal Beltrán del Río, por mencionar algunos.
¿Libertad de expresión?
Están con él o contra él, es la narrativa de AMLO. Incluso, en sus conferencias mañaneras se ha atrevido a presentar informes de los columnistas que en sus textos lo atacan de manera sistemática, porque sirven a intereses “oscuros”, asegura López Obrador.
AMLO insiste que en su gobierno se ejerce la libre expresión y que a nadie se le ha limitado ese derecho, pero su retórica hostil contra los medios de comunicación no cesa.
Ha llamado a los periódicos “Reforma y Universal”, pasquínes inmundos, porque no le han parecido los artículos que publican sobre corrupción o mentiras en su gobierno.
En el presupuesto de egresos para 2021, el gobierno federal apoyado por su mayoría en el Congreso eliminó recursos para el Mecanismo de Protección para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Un gobierno que bajo su bandera de austeridad deja en el desamparo a los periodistas.
El asesinato de comunicadores no ha sido prioridad en la agenda de ningún presidente de México. No les ha importado. No les interesa, así de sencillo.
Por el momento este país está condenado a ocupar los primeros lugares de letalidad para los comunicadores.
¡Nada que celebrar!
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