Clases presenciales
Teniendo en cuenta que cada país, estado, municipio, localidad, institución, área y nivel educativo, tiene sus características particulares, debido a las limitaciones, necesidades, exigencias y realidades en cada uno de esos sectores, desde la visión de un padre de familia responsable, en este artículo indicaré las razones por las cuales considero que no es conveniente regresar aún a clases presenciales en Venezuela y además creo que es insensato imponer decisiones generales sobre este delicado tema, que puedan conducir a empeorar la crisis sanitaria, por no consultar a todos los entes relacionados con las actividades docentes y especialmente con los padres y representantes, que en última instancia seremos los más afectados, si se toman decisiones erradas.
La pandemia actual llegó por sorpresa y la humanidad no estaba preparada para responder de manera adecuada en todas las dimensiones afectadas por esta crisis y particularmente, Venezuela está en una situación de minusvalía y vulnerabilidad, por la carencia de servicios públicos tan básicos como el agua y además por la falta de: medicamentos, insumos sanitarios, instalaciones adecuadas y personal suficiente en las áreas de la salud, sin considerar también que el personal: docente, administrativo y de mantenimiento para el área educativa, está en condiciones laborales y salariales muy precarias, donde sus ingresos no les alcanzan para pagar el transporte ni para alimentarse adecuadamente, problema que también sufre la mayoría de los estudiantes y sus familias.
Si se compara con el manejo irracional hecho por gobernantes poco sensatos como fueron los mandatarios de naciones tales como: Brasil, México, Inglaterra y Estados Unidos (Mr. Trump) entre otros, donde sus gobernantes resultaron contagiados con el virus, por hacerse los incrédulos, soberbios, prepotentes o chistosos, debido a su ignorancia e imprudencia, dando un mal ejemplo al irrespetar los protocolos y poner en riesgo la salud de sus ciudadanos, considero que a pesar de las carencias y limitaciones nacionales producidas por las malas praxis, en Venezuela se ha actuado hasta ahora de forma relativamente prudente y espero que no se cometa el error de caer en un relajamiento de los protocolos sanitarios, producto de presiones indebidas.
Infortunadamente a los sectores políticos y económicos no se les exige la responsabilidad profesional que es requerida para ejercer profesiones tales como la medicina o la ingeniería y esto crea una patente de corso permanente en esas áreas, donde muchos se creen infalibles, despreciando la asesoría profesional reconocida y cometiendo errores que afectan a las poblaciones, sin que sean debidamente penalizados por sus acciones.
Creo que de la prisa solo queda el cansancio e improvisar en materia de educación y salud, arriesgando a niños y jóvenes no es una decisión prudente en las condiciones actuales y solo se deberían reiniciar las clases presenciales cuando se haya vacunado a la población y se haya visto el comportamiento de la pandemia después de la vacunación, pues no debemos olvidar que los virus sufren mutaciones que podrían complicar aún más su control y por lo tanto es preferible no ser, al menos por esta vez, los conejillos de Indias y esperar los resultados obtenidos en otros, por lo que reitero que es preferible continuar con las clases a distancia, donde para mejorar las condiciones y la calidad educativa se podrían introducir algunas mejoras, como las que propondré a continuación, aunque muchos padres y docentes pueden aportar otras ideas.
En primer lugar, se debe entender que, aunque el personal docente tenga la vocación de enseñar, son seres humanos dignos y si se desea tener una educación de excelente calidad, hay que corregir el problema salarial, para que ese sector tan importante reciba una remuneración acorde con la gran responsabilidad de formar al futuro del país que es la niñez y la juventud, lo que pareciera no interesarle a funcionarios que eran “supuestos luchadores sociales de pata en el suelo” y ahora son poseedores de camionetotas y yates, mientras los docentes tienen que asistir a sus clases a pie y en chancletas.
Se debe dotar a las instituciones educativas de: agua, sanitarios, insumos de aseo, áreas de trabajo adecuadas, asesoría, soporte, computadores actualizados, cámaras, micrófonos, teléfonos y conectividad a Internet con buen ancho de banda y estabilidad, para que los profesores una vez vacunados y cumpliendo con las medidas de bioseguridad, puedan dedicarse a preparar los materiales didácticos, que harán llegar a sus alumnos remotos, usando facilidades tales como archivos Word o pdf, impresos, videos u otros medios digitales, que deberán contener las explicaciones que ellos normalmente hacían en los pizarrones y estar disponibles online en sus horarios laborales, para que cuando sea necesario reciban consultas online o visitas de padres o alumnos si hubiera dudas.
Considero que la forma en que se está llevando a cabo la educación a distancia actualmente, que consiste en que, sin explicarles las materias a los alumnos, les piden que investiguen sobre diversos temas, no es suficiente y deben entregarles materiales educativos impresos o digitalizados, con sus explicaciones sobre los diversos contenidos curriculares, tal como lo harían en un pizarrón, junto con los cuestionarios y las tareas asignadas.
Es necesario hacer una inversión para dotar a todos los docentes y estudiantes con las herramientas digitales adecuadas como son: tabletas, laptops o PC actualizados y una buena conectividad a Internet.
En caso de materias que requieran de prácticas en laboratorios, siempre que sea posible y pertinente, dichas prácticas deben ser hechas por los profesores y sus ayudantes a través de teleconferencias y los estudiantes podrán participar de manera virtual o acceder al video de la práctica posteriormente.
Por otra parte, en caso de que se impongan las clases presenciales sin estar preparados para ello, se debe ofrecer la opción de clases a distancia para aquellos que no puedan o no quieran correr riesgos y cuya decisión alternativa podría ser retirar al alumno para esperar por tiempos mejores y más seguros.
En épocas anteriores el mundo superó diferentes pandemias y en esta ocasión no va a ser diferente, pues llegará el momento en que se controle la enfermedad y se pueda regresar a una normalidad relativa sin correr riesgos, lo que implicará cambios de paradigmas y del comportamiento de los ciudadanos y esa será la ocasión adecuada para reiniciar las clases presenciales, que todos quisiéramos que ocurriera en muy corto plazo.
Los activos más valiosos para los humanos son: libertad, salud y tiempo de vida, aunque para quienes somos padres de familia, además de lo anterior, lo más importante son los hijos y por tal razón, aprovechando la cantidad de tiempo disponible durante el confinamiento, pienso que es necesario usarlo para enseñarles las artes, los oficios o las ciencias que conozcamos los padres, debido a que esos son activos muy importantes que no estorban, son más valiosos que el dinero y nadie los puede confiscar, de modo que nuestros descendientes puedan complementar su aprendizaje y sus herramientas intelectuales, para enfrentar las incertidumbres y retos del futuro.
Si usted, estimado lector, sabe de: cocina, panadería, pastelería, repostería, peluquería, albañilería, plomería, herrería, mecánica, electricidad, administración, contabilidad, economía, agricultura, ganadería, diseño, pintura, costura, música, comercio, filosofía, sociología, psicología, ingeniería, etc, no dude en enseñarles esas artes, oficios, habilidades y conocimientos a sus descendientes, porque en mi opinión, esta es una experiencia productiva y enriquecedora, que fomenta la comunicación y la unión familiar y además ayudará a preparar a sus herederos para el futuro incierto, teniendo en cuenta la recomendación del poeta romano Horacio: “Carpe diem” = “Aprovecha el día”, en la que una traducción más personal sería: “Invierte y aprovecha el tiempo que es un recurso valioso no renovable y es mejor si lo haces con tus hijos”.
Finalmente, compartiré una experiencia positiva de un familiar, quien tiene un hijo de 15 años cursando cuarto año de bachillerato y a raíz del receso por las cuarentenas, me solicitó ayuda para definir y seguir una ruta de aprendizaje en el área de sistemas de información, debido a que el joven gastaba la mayor parte de su tiempo disponible en videojuegos y en las redes sociales, con el riesgo de convertirse en una especie de hikikomore japonés.
De común acuerdo con el joven, establecimos un horario de 3:00 pm a 6:00 pm de lunes a viernes, de tal manera que desde julio de 2019 hemos tenido entrenamientos teóricos y prácticos, usando herramientas actualizadas tales como SQL Server 2019, que es un manejador de bases de datos; C# 2019, que es un lenguaje de programación con sus variantes para Windows forms y Web forms; HTML5, que es un lenguaje para desarrollar páginas web; CSS3, que es un lenguaje de estilos para páginas web, y próximamente veremos otros temas como MySQL, que es un manejador de bases de datos muy popular.
Como prácticas de laboratorio estamos desarrollando un prototipo muy básico de un sistema bancario multiplataforma, en ambiente cliente/servidor y a falta de un video beam, con un cable HDMI conectamos un laptop al TV, para facilitar la visualización de los contenidos y con otro laptop adicional, tenemos las herramientas de hardware necesarias para el aprendizaje, siendo que el software está compuesto por: Windows 10, lenguajes de programación, manejadores de bases de datos y editores, así como también podemos acceder a tutoriales y a otros materiales de consulta, pero lo más interesante es que todas esas herramientas digitales se pueden descargar de Internet e instalar gratuitamente.
Con las extensas tareas de investigación que el colegio le asigna al joven y las actividades complementarias propias de las fases relacionadas con el ciclo de vida de los sistemas, que son definición, análisis, diseño, programación, pruebas, implantación, posimplantación y mantenimiento, este muchacho ahora dedica menos tiempo a sus juegos online o las redes sociales y con mucho interés adquiere conocimientos, disciplinas y experiencias, que son la semilla para continuar aprendiendo y para generar soluciones informáticas exitosas que serán de utilidad en su futuro, “cuando las aguas regresen a los cauces” (metáfora).
Considero que este tipo de experiencia se puede replicar con cualquiera de las artes, oficios, habilidades o ciencias que conozcan los padres, como una buena práctica de la recomendación “carpe diem” y estimo que sería muy útil para la población en general, si se implantaran programas de formación y fortalecimiento de los valores en los medios de información masiva, en vez de promover novelas o programas que inciten a odio, violencia, viveza y malas artes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario