Comenzó la carrera por la conquista de la red 6G que cambiará el mundo
China toma ventaja con la tecnología que promete hacer realidad todo lo que hasta ahora ha sido ciencia ficción pero preocupa que despliegue un sistema de vigilancia masiva con drones. EEUU conforma una alianza contra Huawei para ganarle la carrera a Pekín

Con la llegada del hombre a la Luna en 1969, Estados Unidos se colgó la medalla de la carrera espacial que disputó con la extinta Unión Soviética en el contexto de la Guerra Fría. Desde entonces, la Unión Americana se posicionó como la primera potencia mundial hasta que se dio inicio a una nueva guerra. El escenario es otro. El rival también. La batalla se ha trasladado del espacio al ciberespacio, donde China apuesta por la conquista del mundo con lo último en generación tecnológica. En el tablero geopolítico, Pekín sigue adelante en su empeño de configurar un nuevo orden mundial, y la tecnología es su arma más potente.
No conforme con liderar el mercado de la red 5G –que la mayor parte del mundo aún no experimenta–, el régimen chino ya toma ventaja con la verdadera era futurística que ha prometido por décadas el cine de ciencia ficción y que finalmente lo podrá ofrecer la tecnología 6G. Hologramas en tiempo real, carros voladores, cerebros conectados a Internet y mucho más se podrá hacer realidad con lo que se vislumbra como el clímax de la llamada cuarta revolución industrial.
Suena fascinante. Pero podría tener un costo muy alto. Si la tecnología 5G en manos de China encendió las alarmas en Estados Unidos, la desconfianza con la red 6G será proporcional al avance que promete. La tecnología de quinta generación aporta una velocidad de descarga de unos 600 Mbps, mientras que la tecnología de sexta generación permitiría alcanzar una velocidad de descarga de hasta 1 Tbps. Vale recordar que 1 TB son 1000 GB y el 5G aún no llega ni a 1 Gbps. Dicho de otra manera, el medio español Vozpópuli sostiene que el 6G ofrecería la oportunidad de descargar 2000 películas de alta calidad en un segundo.
La ventaja que toma China







China se ha tomado muy en serio lo que pudiera considerarse la nueva guerra fría. Apenas en 2019 el 5G incursiono en el ámbito comercial y al cierre de 2020 las empresas chinas –con Huawei a la cabeza– acaparaban el 70 % de todas las conexiones a redes 5G en el mundo, según reseña El Español. Pero el gigante asiático no pierde tiempo. Sin haber alcanzado una penetración masiva con el 5G, China se lanzó a la conquista del 6G. El pasado mes de noviembre, el régimen de Xi Jinping lanzó al espacio el primer satélite 6G del mundo, junto con otros 12 satélites, con el objetivo de probar las ondas de transmisión con tecnología de sexta generación.
Incluso desde agosto de 2019, Huawei ya había comenzado a explorar la tecnología 6G en su Centro de Investigación y Desarrollo ubicado en Ottawa, Canadá, tal como reportó Tech Republic. El avance no se ha detenido. En diciembre pasado, el gigante tecnológico chino firmó un acuerdo con la Universidad Politécnica de Valencia, España, para comenzar a trabajar en la sexta generación de telefonía móvil, según confirmó Vozpópuli con la firma asiática. La información difundida por este medio confirma las ansias de expansión de los chinos. “El gigante de Shenzhen se encuentra en la actualidad seleccionando universidades de todo el mundo para investigar el 6G”, agrega el medio, haciendo referencia a Huawei.
Avances observados con cautela
La velocidad 100 veces mayor a la red 4G, la menor latencia que llega a 1 milisegundo, la mayor fiabilidad y mejor conectividad desde más lugares que ofrece la quinta generación termina siendo un avance ínfimo si se compara con lo que ofrecerá la sexta generación. Comenzando por una velocidad que podría llegar a ser hasta 1000 veces mayor a la red 5G, una latencia de 0,1 milisegundos y sumando el hecho de que tendrá capacidad de transmisión bajo el agua y dimensionará las posibilidades de la Inteligencia Artificial, el 6G supondrá sin duda la configuración de un nuevo mundo. Pero probablemente no todo sea tan positivo como parece.
Las democracias están cada vez más preocupadas por lo que le depara al mundo con la tecnología en manos de regímenes autoritarios. En el marco de la guerra comercial entre China y EE. UU., el expresidente Donald Trump impuso una serie de sanciones a Huawei debido al riesgo de espionaje de la empresa líder en tecnología 5G. Si bien Huawei es una compañía privada, una base de datos filtrada muestra que miembros del PCCh se infiltran en empresas que se encuentran en territorio chino para «apoyar un desarrollo saludable de las empresas». Algunas ellas habrían sido IBM, PepsiCo y 3M, según reseña The Epoch Times.
Otros países como Japón, Australia, Suecia, Reino Unido y Eslovenia también han excluido a Huawei de sus redes 5G. Bajo la administración Trump, el Departamento de Comercio restringió a Huawei y 152 filiales –varias en Latinoamérica– el acceso a componentes y tecnología estadounidense por considerar que la empresa tiene vínculos con el Partido Comunista de China (PPCh) y, por lo tanto, “socava la seguridad nacional y los intereses de la política exterior de Estados Unidos”.
Objetivos ideológicos y la vigilancia masiva con drones
Con la tecnología 6G la preocupación aumenta. Un reciente artículo de Bloomberg sostiene que los gobiernos democráticos temen que la sexta generación pueda habilitar tecnologías como la vigilancia masiva con drones. Y agrega que en este aspecto, China ya utiliza cámaras de vigilancia, inteligencia artificial, reconocimiento facial y datos biométricos como muestras de voz y ADN para rastrear y controlar a los ciudadanos.
Citando declaraciones de Paul Timmers, asesor principal del European Policy Centre y exdirector de sociedad digital y ciberseguridad de la Comisión Europea, Bloomberg agrega que “China parece estar haciendo todo lo posible en términos de vigilancia y supresión para asegurarse de acabar con mercados futuros en EE. UU. y Europa”. En este sentido, Timmers alerta que “esto indica que no se puede confiar en que el enfoque técnico para el 6G este desvinculado de los objetivos ideológicos estatales».
La alianza contra Huawei
Estados Unidos está alerta. Washington ha visto la oportunidad de corregir los errores cometidos en el pasado que le permitieron a China avanzar más rápido con el 5G y adueñarse de más de las tres cuartas partes del mercado mundial. La estrategia apunta a la unión de las grandes empresas tecnológicas contra Huawei.
Para promover el liderazgo norteamericano en tecnología 6G, la Alianza para Soluciones de la Industria de Telecomunicaciones (ATIS, por sus siglas en inglés) lanzó en octubre pasado la Alianza Next G, que incluye a Apple, AT&T, Qualcomm, Google y Samsung, según reseña Bloomberg. Por su parte, Europa también trabaja en un proyecto 6G en el que se unen Nokia, Ericsson y Telefónica.
La carrera por el dominio tecnológico entre Estados Unidos y China en el marco de la nueva guerra fría ya comenzó. Tomará al menos una década para determinar quién se monta en el podio. En el campo tecnológico la experiencia ha mostrado que los avance de una generación a otra ocurren cada diez años aproximadamente. Considerando que el lanzamiento comercial de la red 5G ocurrió en 2020, la Unión Internacional de Telecomunicaciones espera en torno a 2030 la llegada de la tecnología 6G.
En manos de la Casa Blanca
Continuar guiando al mundo por el sendero de la libertad y la democracia dependerá en gran medida de la política exterior de la Casa Blanca. Con el expresidente Donald Trump, Washington se plantó firme ante Pekín para hacer frente a la amenaza comunista que se expande disfrazada de globalismo. Con Joe Biden el panorama cambio.
En apenas tres semanas de gobierno, el demócrata ha dejado ver su debilidad frente al régimen chino. Comenzó asomando la posibilidad de un acuerdo espacial con Pekín, posteriormente prohibió vincular al COID-19 con China, pese a haberse originado en ese país, y en una entrevista ofrecida el fin de semana a CBS News calificó al presidente chino, Xi Jinping, como un político «brillante” a pesar de la larga lista de denuncias por atentar contra la libertad y los derechos humanos.
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