Arlán A. Narváez-Vaz: ¿Qué es una locha?
¿De dónde vienen los dichos que incluyen la palabra locha?
Entre mis reminiscencias especiales se encuentra una moneda ya inexistente, la locha, muy asociada con mis días escolares porque lo que mi papá me daba diariamente para la merienda eran 2 lochas. Desde que tengo memoria hasta poco después de graduarme de economista, en 1972, las monedas eran de cuproníquel (la puya, con valor de 5 céntimos y la locha, con valor de 12 ½ céntimos) o de plata (el medio, con valor de 25 céntimos; el real, 50 céntimos, el bolívar, los 2 bolívares y el fuerte o cachete, de 5 bolívares).
Siempre me dio curiosidad el valor tan singular de la locha (12 ½ céntimos) y como mi papá sabía mucho de casi todo lo que le preguntara de niño, me explicaba con mucha naturalidad que era la mitad de un medio (Bs 0,25) y que el medio se llamaba así porque era medio real, de manera que una locha era un cuarto de real y por eso le decían también cuartillo… Mi pregunta siguiente quería encontrar respuesta a por qué la referencia era el real y no el bolívar completo y él pacientemente me relataba que se trataba de una costumbre que venía desde tiempos de la Colonia; pero, para tratar de de rescatar la predominancia del bolívar, me explicaba que la locha se llamaba así porque como valía un octavo de bolívar y, como anteriormente a un octavo le decían ochavo (todavía el diccionario de la RAE incluye esa palabra), a la moneda la llamaban “la ochava” y como al decirlo sonaba “lochava”, para abreviar ese nombre pasaron a llamarla simplemente locha.
Como dije antes, la locha también se le llamaba cuartillo pero solamente cuando se juntaba con un real, por ejemplo, era muy común oír decir “real y cuartillo”, es decir 62 ½ céntimos. Incidentalmente, recuerdo que en un programa de televisión del Profesor Néstor Luis Negrón, donde participé como parte del equipo del Colegio San Ignacio (junto con Carlos Pacheco y creo que con Sálvano Briceño), una de las preguntas que pesó para que le ganáramos a nuestros contrincantes fue “¿Cuántos céntimos son real y medio y cuartillo?, a lo que respondimos de inmediato: “¡87 ½ céntimos!”
A pesar de su valor tan pequeño, la locha tenía mucha aplicación y de allí han derivado expresiones que aún se usan. He aquí algunos ejemplos:
* “Pan de a locha”, ya que durante mucho tiempo así se le decía a una pieza de pan, de tamaño equivalente a media canilla, también llamado “pan francés”. Poco se ve ahora este pan en las panaderías, de hecho, las maravillas del “socialismo” prácticamente han hecho desaparecer cualquier tipo de pan, razón por la cual en las puertas de las panaderías se ven largas colas a las horas en que van a venderlo, lo que demuestra lo terriblemente vil que era lo que ellos llaman “la 4ª República” (realmente la República Civil o Democrática) porque como siempre había pan y no había que hacer cola para comprarlo, la gente no aprovechaba para socializar en ellas.
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