Luisa Pernalete: Para que no se sigan yendo maestros y estudiantes
¿Cuántos chicos y chicas han dejado las aulas en estos tiempos de educación en cuarentena? ¿Cuántos docentes han renunciado o simplemente han abandonado su trabajo?
Es a eso que me refiero, no la diáspora venezolana que como se sabe, es la mayor de América Latina y de las mayores del mundo.
Empecemos por los estudiantes.
Ya para el año escolar 2018/2019, UNICEF hablaba de un millón de muchachos fuera de la escuela en el país ¡Mucho muchacho por fuera! Hoy, no sabemos, pero si sabemos que eso de educar a distancia, con todos los obstáculos que las diversas modalidades han tenido, que van desde la brecha tecnológica – no tener equipos – la falta fe conectividad y/o la malísima calidad del internet en Venezuela, uno de los más lentos del mundo, hasta la falta de electricidad, que impide que los que ven clases por televisión, o las oyen por radio, no puedan hacerlo… todo eso, unido a la falta o inadecuado acompañamiento para las tareas escolares, los errores de los docentes que creen que educar a distancia se reduce a “mandar tareas”… Todo lo cual contribuye a que los chicos abandonen estudios… En fin, no tenemos datos de cuántos estudiantes realmente están siendo atendidos y cuánto están aprendiendo, pues de eso trata, de aprender, de formarse como ciudadanos, como personas, de tener presente y futuro.
¿Qué podemos hacer para que no sigan abandonando?
Hay varios factores que ayudarían. Uno es no romper el lazo afectivo. Ayuda mucho que los alumnos se sientan y se sepan importantes para sus profesores. Ayuda también que las clases sean creativas e interesantes. Ayudaría mucho partir de los intereses de los chicos, eso los engancha… Ayuda ser divertido, echar chistes en medio de una clase o ponerlos por escrito en las guías… Ayudaría mucho que los alumnos se pudieran ver, aunque fuera de vez en cuando, con sus profesores y con sus compañeros… Una amiga me decía que su pequeña hija fue un día a su colegio esta semana, vio a un grupito de sus amiguitas y llegó feliz… Hay expertos que insisten en la vuelta a clases, presencial o semipresencial – combinar actividades “en vivo” y a distancia – Hay que pensarlo… La escuela protege a los estudiantes. La escuela reduce desigualdades. Verse también refuerza los lazos afectivos, claro, garantizando los protocolos de prevención para evitar contagios. Hay que dar todas las vueltas necesarias para que los alumnos se queden en el sistema escolar. En escuelas de Fe y Alegría, cuando no se tienen noticias de algún alumno por un tiempo, se averigua con los amigos, se va a las casas a ver qué pasa… Recuerdo un colegio nuestro, ubicado en Puerto Cabello, en el que los docentes hicieron unos carteles con mensajes bonitos para sus alumnos, se tomaron fotos, los pusieron en las redes… Mensajes tales como “Nos hacen falta, queremos verles…” Fue muy significativo para los estudiantes…
¿Qué más se le ocurre a usted que se pueda hacer para no se sigan yendo? Compartan.
¿Y que decimos de los educadores?
No hay comentarios:
Publicar un comentario