En memoria de Don Abelardo Riera

Imposible desconocer las declaraciones de los contrarios a la posibilidad de avanzar por el camino electoral, aunque solo encuentre argumentos que mi colega Trino Márquez llama de lógica circular. En resumen, como el poder es ilegítimo, cualquier acción emprendida por negociación, acuerdo o lograda -porque al régimen no le queda otro remedio- es ilegítima. Por ende, todo lo que sobreviene es ilegítimo. Un circuito que atrapa y anula cualquier intento de romper la armadura de hierro de la dictadura.

Declaran que nadie puede contra el poder de las mafias dueñas del régimen, niegan la posibilidad de derrotarlas por el control que ejercen en todos los terrenos, territorial, militar, judicial. Mucho menos, confiar en un CNE, no importa quién lo integre, que cambie las decisiones del ilegítimo. Imposible impedir la propagación de la guerra híbrida, ni tampoco liberar los presos o cualquier otro tema que sea imprescindible negociar. Al final repiten que se trata sólo de una búsqueda de una fachada electoral por parte del régimen.

Cuando se intenta buscar las soluciones o sus propuestas, curiosamente hablan de que la oposición no necesita unirse sino solo ser fuerte. Me he devanado los sesos preguntándome cómo se puede ser fuerte en medio de la desunión. Me viene a la mente el reciente caso boliviano que logró avanzar hacia una transición, sacando a Evo del poder y luego fue derrotada por el profundo divisionismo entre Mesa, Camacho y otros, conducta que confundió la participación del pueblo boliviano en el proceso electoral. Los resultados así lo muestran: Arce, candidato del partido MAS de Evo Morales, 54%; Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, 31,5%; Luis Fernando Camacho, de Creemos, con 14,1% más otros de 5%. Por supuesto, Evo volvió y hoy vemos cómo avanza en el camino represivo y en la judicialización de la política que inició el chavismo. Hay decretos cada día para callar gente, amenazar, asustar y toda la parafernalia propia del castro chavismo. Jeanine Áñez será condenada a 30 años de prisión por supuesta traición a la patria.

Confieso que no logré comprender cómo una oposición dividida puede ser fuerte. Otro tema difícil de entender es plantear que el problema de Venezuela no es político. Si el centro de las decisiones de nuestra crisis viene de quienes concentran el poder “político”, controlan las fuerzas armadas, los medios de comunicación, el presupuesto nacional, la represión del Estado, ¿cómo este caos no es de origen político? Alegan que es un tema existencial. Humildemente, creo que la existencia de los ciudadanos está actualmente sometida a un grupo minoritario que ejerce un poder sin límites, defienden el control del Estado a todo riesgo. Los venezolanos existimos o padecemos bajo el yugo político de un régimen para quien no existe la ciudadanía, la propiedad privada, la rendición de cuentas al ciudadano, la libertad económica y mucho menos el Estado de Derecho.

La solución la perciben como emanación de una coalición, que no será de países, ni de organizaciones, sino de individuos. Me pregunto ¿será alguna policía del mundo quien nos salvará? Serán otros seres o individualidades, distintas a las personalidades, intelectuales, artistas, políticos del mundo que han declarado en favor del cambio político, sin ejércitos, desarmados, apoyando con sus ideas.

Somos conscientes del avance del socialismo en América Latina, intenta extenderse como ocurre en Perú, Bolivia, Nicaragua, México, Argentina y Colombia, por ello la defensa de la democracia se convierte en un tema central. Hemos aprendido que los extremistas de izquierda han logrado compactar una metodología al estilo gramsciano, no requieren guerrilleros en la Sierra Maestra, se trata de la guerra de ideas, de la desmoralización de quienes defienden la democracia, la tenacidad en inducir valores que pregonan el exterminio de todos aquellos que representan la libertad, los defensores de la justicia y no de la venganza. El segundo paso es la violencia desatada, destructiva, ciega que se lleva por delante todo lo que representa la tradición, cultura e historia, tal como vemos hoy en Colombia y hace muy poco tiempo en Ecuador y Chile. Al final, si triunfan van a una Asamblea Constituyente en búsqueda de una Constitución socialista, caso Chile.

Frente a estas diatribas sobre la validez electoral me sumo al ideario de nuestra distinguida escritora maracucha Milagros Socorro, tan vieja como yo, quien no quiere quedarse mano sobre mano sin hacer nada, respaldando el dicho de que vale más errar por hacer mal que por no hacer. Opuesta a la lucha de clases, la solución final de los izquierdistas, al exterminio del contrario. Particularmente creo que el mentado pueblo chavista es una ficción, si existiera sería una cultura distinta, un pueblo sectario, vengador, de enemistades. Una realidad que no vemos en los barrios y comunidades, ni siquiera en los consejos comunales. Quienes creyeron las mentiras de Chávez hoy reconocen el engaño, el fraude de las misiones, saben que es mucho mejor trabajar en empresas que ofrezcan trabajo decente que esperar una bolsa CLAP. Recuerdo al honorable empresario caroreño Abelardo Riera, recién marchado, a quien sus antiguos trabajadores de una propiedad robada por el régimen le solicitaban con insistencia que volviera, que recuperara la finca, porque habían perdido el salario, los beneficios, el sentido de la vida  y todo lo que otorgaba este gran empresario.

Milagros pregona que ninguna misteriosa policía del mundo vendrá a salvarnos. Al final, entrelineas declara que cree en el perdón, en el olvido, no quiere sentir que su vida pueda tener como norte el ajusticiamiento de los contrarios por muy ruines que se hayan mostrado.

En fin, entre la declaración venida desde la política, me quedo con esta escritora de mi querido Maracaibo, que no teme mostrar su humanidad y su posición contraria a cualquier extremismo, venga de donde venga.

Cierro con la frase de Francisco Suniaga: ”La mayoría de los venezolanos espera que la película tenga otro libreto, una película como las que nos gustan a todos, aquella donde el muchacho se queda con la muchacha. ¿Será posible, Virgen del Valle?”. Modestamente creo que para lograrlo si tenemos que unirnos y arriesgar votando contra todos los impedimentos y conjuros.