Elon Musk podría arruinar la fiesta de Bukele con el bitcoin en El Salvador
El presidente salvadoreño consiguió que la Asamblea de mayoría oficialista aprobara la Ley Bitcoin en tiempo récord, olvidando factores que le pueden jugar en contra como la volatilidad de la criptomoneda y su cuestionado carácter democrático
El país más pequeño de la América continental se lanza a una aventura incierta. De la mano de su polémico presidente, Nayib Bukele, El Salvador permitirá que el bitcoin se use como moneda de curso legal, desafiando tanto el temor de las grandes potencias de que la nación centroamericana se convierta en un paraíso fiscal que propicie el lavado de dinero y la evasión de impuestos como al poderoso Elon Musk, el hombre que manipula con tan solo un tuit la volatilidad de las criptomonedas, y cuya fortuna personal es seis veces mayor que el PIB de El Salvador.
Solo tres días necesitó el Congreso de amplía mayoría oficialista para complacer sin mucho debate al caprichoso mandatario milenial. Apenas el sábado hizo Bukele el sorpresivo anuncio en su cuenta de Twitter de que pediría al parlamento convertir el bitcoin en moneda de curso legal y ya el martes el trabajo estaba hecho.
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Con la aprobación de la Ley Bitcoin –que entrará en vigor en 90 días– El Salvador hace historia al convertirse en el primer país del mundo en darle curso legal a una criptodivisa, prometiendo revolucionar tanto el sistema financiero de la pequeña nación centroamericana como el panorama regulatorio global del bitcoin por un posible efecto dominó, en caso de resultar exitoso el experimento de Bukele.
¿Podrán convivir el dólar y el bitcóin?
Son pocos los detalles que ofrece la nueva norma sobre su implementación. Tan solo precisa que a partir de su entrada en vigencia, cualquier persona, natural o jurídica, podrá usar el bitcoin para cualquier transacción y “todo agente económico deberá aceptar bitcoin como forma de pago”, siendo la limitación tecnológica la única excepción.
El Gobierno de Nayib Bukele descarta que el objetivo sea desdolarizar la economía salvadoreña, que adoptó el dólar estadounidense como moneda de curso legal desde hace 20 años. Fue el 30 de noviembre de 2000 cuando la Asamblea Legislativa aprobó el Decreto 201 que daba vida a la Ley de Integración Monetaria. Con el llamado “madrugón”, El Salvador amaneció con los precios marcados en dólares y colones salvadoreños. La promesa era mantener ambas monedas, pero el colón prácticamente desapareció.
“Así se hizo cuando se introdujo el dólar, que se dijo que iban a convivir los precios en dólar y en colón salvadoreño. Y al final, como vemos hoy, el colón no funciona”, dijo a BBC Mundo desde El Salvador el economista César Villalona.
De acuerdo con el texto aprobado, salarios, pensiones y pagos de impuestos podrán hacerse en bitcoin, tomando en consideración que se establece que “todas las obligaciones en dinero expresadas en dólares, existentes con anterioridad a la vigencia de la presente ley, podrán ser pagadas en bitcoin”.
En tan solo tres meses los salvadoreños comenzarán a ver los precios marcados tanto en bitcoin como en dólares en todos los establecimientos. Para sortear las limitaciones de carácter tecnológico, Bukele prometió la construcción de una infraestructura satelital para solucionar la falta de conectividad en zonas rurales. La ley también establece que “el Estado promoverá la capacitación y mecanismos necesarios para que la población pueda acceder a transacciones en bitcoin”.
¿Qué puede salir mal?
Todo parece perfecto. El Gobierno de Bukele garantiza que no habrá impuestos sobre las ganancias de capital en bitcoin o en cualquier moneda de curso legal –y así se plasma en el artículo 5 de la ley–, también ofrece residencia permanente inmediata para quienes inviertan con esta criptomoneda en la economía salvadoreña, y además destaca que El Salvador es uno de los pocos países del mundo sin impuestos a la propiedad. Estos, y otros incentivos como la venta de propiedades frente a la playa, promocionó el presidente salvadoreño en su cuenta de Twitter como estrategia para que su ensayo tenga éxito.
Frente a esta deslumbrante oferta, los entusiasmados con su proyecto deben preguntarse: ¿Qué puede salir mal? Sin duda, hay varios factores que no ha tomado en cuenta el mandatario que ha despertado inquietud en la comunidad internacional con su ambicioso proyecto personalista que ha dejado de lado valores democráticos.
La destitución del fiscal y los jueces de la Corte Constitucional justo en el primer día de sesiones de la nueva Asamblea –de amplía mayoría oficialista– ha sido la medida más escandalosa. Aunque pareciera que este debate forma parte de otra historia, la amarga relación con Estados Unidos y la dependencia del sistema monetario salvadoreño de Washington dice lo contrario.
¿Y cómo reaccionará Estados Unidos?
Para nadie es un secreto que en la Casa Blanca a nadie le tiembla el pulso a la hora de imponer sanciones por temas relacionados con terrorismo, lavado de dinero, narcotráfico o ruptura del orden democrático. Y por este último motivo ya hubo recientemente una dura advertencia.
“La existencia de una relación fuerte entre Estados Unidos y El Salvador dependerá de que el Gobierno de El Salvador apoye la separación de poderes y de que sostenga las normas democráticas”, advirtió la subsecretaria interina para Asuntos del Hemisferio Occidental, Julie Chung, tras la destitución del fiscal y los jueces de la Corte Constitucional. La respuesta de Bukele ha sido desafiante y arrogante.
Adicionalmente, vale recordar que El Salvador usa desde hace 20 años el dólar emitido por el Departamento del Tesoro de EE. UU. como su moneda de curso legal, y la incorporación del bitcoin para competir con el dólar estadounidense en todo el territorio salvadoreño no es precisamente una decisión que cause gracia en Washington, considerando que además el bitcoin no cuenta en la Unión Americana con una legislación tan generosa, y no hay muchas señales de que los reguladores estén dispuestos otorgarla.
Temor al lavado de dinero y evasión fiscal
En lo que respecta al temor de que El Salvador se convierta en un paraíso fiscal que propicie actividades ilícitas, perseguidas sin piedad por Estados Unidos, ya hay advertencias. El economista Ricardo Castaneda dijo a la agencia EFE que “al adoptar una moneda de este tipo se puede propiciar que el país se convierta en un paraíso para el lavado de dinero, esto sí puede provocar que otros países puedan poner a El Salvador dentro de sus listados negros».
Para el especialista la mayor preocupación recae sobre el artículo 5 de la ley, ya que establece que todos los intercambios en bitcoin no estarán sujetos a impuestos sobre las ganancias de capital. En este sentido, advierte que «si una persona o una empresa tiene sus transacciones en dólares pero las pasa todas a bitcoin, simplemente quedará exento del pago de impuesto y a partir de ahí es una forma implícita de que El Salvador se pueda convertir en una especie de paraíso».
El «interés especulativo» de «multimillonarios inestables»
Otro importante factor que hay que tomar en cuenta es la volatilidad del bitcoin. A comienzo de diciembre de 2020 aún no había superado la barrera de los 20000 dólares. En 2021 comenzó a mostrar un ascenso que parecía indetenible hasta alcanzar a mitad de abril un pico superior a los 60000 dólares, pero en mayo comenzó a caer hasta ubicarse actualmente por debajo de los 40000 dólares.
¿Cómo se explica este comportamiento similar al de una montaña rusa? El investigador en economía, Peter St. Onge, señala en un artículo publicado en el Mises Institute que “al ser el bitcoin un depósito de valor superior al dólar, goza de un enorme interés especulativo que sigue siendo vulnerable al ruido, ya sea por amenazas regulatorias o por multimillonarios inestables”.
Y en este último caso se refiere sin duda alguna a un personaje que ha acaparado este año la atención de la prensa por sus hazañas en materia financiera: el multimillonario Elon Musk. Su nombre ha tenido en los últimos meses una estrecha relación con el bitcoin, tanto por haber impulsado su valor como por haberlo derrumbado posteriormente.
Elon Musk y su enorme influencia sobre las criptomonedas
En enero, Elon Musk puso a prueba su influencia sobre el mercado de las criptomonedas con tan solo una palabra. Lo único que hizo fue cambiar la bio de su cuenta de Twitter, en la que escribió “#Bitcoin”. El efecto fue inmediato e impresionante. El valor de esta criptodivisa se incrementó más de 5000 dólares en pocas horas, pasando de 32000 a 37299 dólares.
Pero esto no parecía ser suficiente. Al mes siguiente Elon Musk siguió empujando el valor del bitcoin con el anuncio de que había invertido 1500 millones de dólares en esta criptomoneda a través de su compañía Tesla y que planeaba aceptar el bitcóin en sus operaciones comerciales. En esta oportunidad el salto fue de 20 % en dos días. Fueron casi 8400 dólares los que ganó en esta oportunidad el bitcoin, acercándose a los 50000 dólares.
En poco tiempo Musk cambió de opinión. En mayo el empresario anunció que Tesla ya no aceptaría más la criptodivisa por supuestamente dañar el medio ambiente y acto seguido decidió usar nuevamente su Twitter para sacudir el mercado. En esta ocasión agregó a una foto de una pareja en plena separación la etiqueta “#Bitcoin” acompañada de un corazón roto. La cotización que rondaba los 50000 dólares comenzó a caer hasta tocar los 36000 dólares, demostrando una vez más la influencia que tiene sobre sus casi 57 millones de seguidores.
Elon Musk, que a comienzo de año tocó la cúspide como el hombre más rico del mundo, cayó en mayo al tercer lugar tras perder 24 % de su patrimonio, según el ranking Bloomberg. Sin embargo, con los 160.600 millones de dólares que actualmente posee, su fortuna sigue siendo más de seis veces el PIB de El Salvador, que en 2020 cerró con 24638 millones de dólares. Es decir, solo Elon Musk representa la economía de seis países similares a El Salvador, y si lo desea, con tal solo mover un dedo puede derrumbar los sueños de Bukele con el bitcoin.
Limitaciones y obstáculos internos
Las oportunidades de éxito que tendría la bitcoinización de El Salvador “van a depender de qué tanto el Gobierno logré generar la infraestructura adecuada para que toda la población realmente tenga la educación financiera necesaria y tenga los medios disponibles, como computadores o celulares, para que se pueda aprovechar el sistema”, concluyó el economista Ricardo Castaneda en su declaración ofrecida a EFE.
La libertad económica que alcanzaría Bukele en El Salvador con el bitcoin y la posible sustitución de la moneda fiduciaria también debe sortear obstáculos internos. Según un estudio de 2020 del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y Microsoft, reseñado por BBC Mundo, solo 45 % de la población de El Salvador tiene acceso a internet y más de 90 % de los hogares rurales carecen de ella. Y no se puede olvidar que para adquirir y usar bitcoin se necesita tener un dispositivo electrónico con acceso a la red.
Adicionalmente, Peter St. Onge recuerda en su artículo “El Salvador abre el camino hacia la bitcoinización” que este pequeño país centroamericano es pobre y tiene un sistema financiero subdesarrollado, con 70 % de la población no bancarizada. Además, destaca que la economía salvadoreña está dominada por las remesas de los emigrantes, lo cual representa 22 % del PIB de la nación.
La oportunidad vs. las inclinaciones autoritarias
Esto último podría no ser un obstáculo. Al contrario, las remesas podrían ser el motor de este experimento, ya que es uno de los casos de uso más claros del bitcoin con la ventaja de generar comisiones mucho más bajas que el sistema tradicional de envío.
El presidente Naybi Bukele tiene una gran oportunidad con la Ley Bitcoin que requiere además de determinación, rodearse de expertos, evaluar todos los factores externos e internos, así como evitar premuras y procedimientos que pongan en tela de juicio su carácter democrático, que ya está bajo la lupa de la comunidad internacional por la larga lista de decisiones recientes que lo acercan al autoritarismo.
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