¿Qué está ocurriendo en el Senado que podría significar el principio del fin de CFK?
Un grupo de legisladores del Frente de Todos amenaza con crear un bloque propio, lo que terminaría de partir el capital político de Cristina Kirchner en la Cámara Alta.
En las últimas elecciones, el peronismo, por primera vez en democracia desde 1983, perdió el quórum propio en la Cámara de Senadores. Hasta el momento, todos los legisladores de la Cámara Alta de la coalición justicialista-kirchnerista del Frente de Todos conformaban un interbloque único, es decir, contaban con el capital político para promover o frenar cualquier iniciativa. Sin embargo, a la pérdida de senadores del espacio producto del revés electoral en la mayor parte de las provincias, se le agrega un nuevo dolor de cabeza (y muy serio) a Cristina Fernández de Kirchner: un pequeño grupo de ellos pretende armar un bloque independiente.
Aunque nada ha sido confirmado abiertamente, y aseguran por lo bajo que continuarán respondiendo a la titularidad formal del espacio de José Mayans (ya que la jefa es la que preside la Cámara), lo cierto es que cuatro senadores pretenden formar un bloque propio. Esto convertiría al Frente de Todos a un interbloque, con al menos dos espacios diferenciados. La vicepresidente debe estar muy preocupada, ya que, además de perder el quórum, deberá asegurar los votos de un espacio independiente, que podría tener el tupé de mostrar, valga la redundancia, independencia.
Hablamos de Carlos Espínola, de Corrientes; Edgardo Kueider, de Entre Ríos; Sergio Leavy de Salta y Guillermo Snopeck de Jujuy. Como si esto fuera poco para la expresidente, por estas horas corren rumores en el Congreso que el espacio podría sumar a otros dos díscolos más. En el interior del país, no son pocos los sectores peronistas que consideran que CFK ya esté “herida de muerte”. Incluso ponen en duda la sustentabilidad del sobreseimiento en las causas de lavado, que podrían ser revertidos en cualquier momento, incluso con el juicio político a los magistrados que votaron semejante mamarracho.
El margen de independencia de estos cuatro senadores tiene mucho que ver con que no tienen gobernadores kirchneristas a los que les tengan que rendir cuentas por sus candidaturas. Corrientes y Jujuy están bajo gestiones radicales de Juntos por el Cambio. En Entre Ríos, el gobernador peronista, Gustavo Bordet, no se caracteriza por tener una excelente relación con el kirchnerismo. El caso de Salta también tiene sus bemoles: Gustavo Sáenz tampoco tiene una relación lineal con CFK y, como si fuera poco, está enfrentado políticamente al senador Leavy.
Aunque la cuestión todavía no cuenta con demasiada relevancia en Argentina, esta historia podría desencadenar tranquilamente en un final abrupto del poderío de la mujer que centralizó la escena política en Argentina los últimos años.
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