El cinismo ruso al poner en duda negociaciones alegando ataque ucraniano
El Kremlin dijo este viernes que el ataque presuntamente ucraniano contra un depósito de petróleo en la ciudad rusa de Bélgorod no crea buenas condiciones para la continuidad de las negociaciones de paz, cuando la invasión rusa a Ucrania, que ha dejado 1179 civiles muertos y más de 4 millones de refugiados, llega a su trigésimo séptimo día
La invasión rusa a Ucrania llega a su trigésimo séptimo día. Ciudades como Jersón, Járkov, Sumy, Irpín –a las afueras de Kiev– y Mariúpul han sido fuertemente bombardeadas por las tropas bajo el mando de Vladímir Putin. Esta última ha sufrido daños en 80 % de su infraestructura. Unos 160.000 civiles permanecen sin alimentos, agua, electricidad, calefacción o atención médica en la importante población portuaria. La Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) estima en 1179 el número de civiles asesinados –entre ellos 150 niños– y en más de cuatro millones la cifra de refugiados que ha huido a países vecinos. Y ahora el Kremlin pone en duda el avance de las negociaciones en Turquía alegando haber sufrido un ataque ucraniano a un depósito de petróleo en territorio ruso.
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El alto número de fallecidos y heridos, la destrucción y la desolación en Ucrania impiden calificar el reclamo de Moscú como un chiste, aunque el cinismo y la ironía puedan hacerlo parecer como tal. Este viernes, Rusia acusó a Ucrania de haber atacado un depósito de petróleo situado en las afueras de la ciudad rusa de Bélgorod, causando un gran incendio, según reportó la agencia EFE.
La avanzada rusa vs. ataque ucraniano
Se trataría, en tal caso, de apenas una pequeña cucharada de su propia medicina al régimen ruso, que invadió Crimea en 2014, dio reconocimiento a las autoproclamadas repúblicas de Donetsk y Lugansk, en la región ucraniana del Dombás, avanzando sobre estos territorios, y lanzó desde el pasado 24 de febrero una invasión a gran escala disfrazada bajo el eufemismo de «operación militar especial» hasta llegar a rodear Kiev y mantenerla bajo asedio constante por más de tres semanas, debiendo replegarse al no lograr el objetivo de tomar la capital. Ahora Moscú protesta ante un ataque ucraniano en su territorio, a escasos 30 kilómetros de la frontera.
«El incendio en el depósito de petróleo se produjo como consecuencia de un ataque aéreo de dos helicópteros de las Fuerzas Armadas de Ucrania que entraron al territorio ruso a baja altura. No hay víctimas», declaró el gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, citado por las agencias rusas.
El fuego se extendió a ocho tanques de combustible, cada uno de ellos con una capacidad de 2000 metros cúbicos, según los servicios de emergencia rusos.
«Existe el riesgo de que el fuego siga propagándose», dijo una fuente citada por la agencia oficial rusa TASS, que precisó que el depósito de petróleo alberga un total de 27 tanques, 14 de ellos como los afectados por el fuego.
Rusia pone en duda avance de las negociaciones
Con esta excusa, el gobierno ruso podría frenar el avance de las conversaciones que se llevan a cabo en Turquía, pues el Kremlin señaló este viernes que el ataque presuntamente ucraniano contra un depósito de combustible en Bélgorod no crea buenas condiciones para la continuidad de las negociaciones de paz.
«Naturalmente, esto no es algo que pueda percibirse como la creación de condiciones cómodas para la continuación de las negociaciones», dijo el portavoz de la Presidencia rusa, Dmitri Peskov, en una rueda de prensa.
Peskov agregó que Vladímir Putin ha sido informado sobre el incidente y pidió esperar a la valoración de los militares de ese suceso, ocurrido, de acuerdo con la versión rusa, en la madrugada de este viernes, según reseñó EFE.
El «engaño» del repliegue ruso
Los encuentros entre las partes que se llevan a cabo en Estambul coincidieron con el anuncio del repliegue ruso. Aunque el Kremlin aseguró que iniciaba una retirada de Kiev y otras ciudades ucranianas porque su objetivo era centrarse en el Dombás, el asedio a la capital y a Mariúpol durante casi un mes indica que la férrea defensa al mando del presidente Volodímir Zelenski obligó a los invasores a retroceder.
Pero esta marcha atrás de los rusos está lejos de ser una derrota. Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania desconfían de la buena fe de Rusia. El portavoz del Departamento de Defensa de Estados Unidos, John Kirby, advirtió que podría tratarse de un «engaño». El Pentágono estima que las tropas rusas solo buscan un «reposicionamiento» para lanzar un ataque aún mayor.
Mientras tanto, los enviados de Moscú y Kiev mostraban signos de estar avanzando en las negociaciones en Turquía evitando hablar de Crimea y el Dombás. Si bien Zelenski calificó como «positivas» las señas que hasta ese momento se vislumbraban como el mayor avance, también dejó claro que no hay confianza y, por lo tanto, no bajan la guardia. «No vemos ninguna razón para confiar en las palabras de ciertos representantes de un Estado que sigue luchando por nuestra destrucción”, sentenció.
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