La nueva ola de privatización en Venezuela a la que Chávez se oponía
Con el anuncio de que a partir del lunes se ofertará hasta 10 % de las acciones de las empresas estatales en las bolsas de valores del país, Maduro no solo admite que las compañías en manos del Estado son improductivas sino que además contradice al Chávez que en 2007 dijo "aquí no se privatiza más nada"
El socialismo bolivariano llegó a su fin. Nicolás Maduro reconoció el fracaso de la política estatista de su mentor Hugo Chávez, incurriendo además en lo que podría calificar como una traición para el chavismo. Con el anuncio de que a partir del lunes ofertará acciones de las empresas estatales en las bolsas de valores del país –lo que no es otra cosa que la puesta en marcha de un nuevo proceso de privatización– el heredero de la “revolución” admite que las compañías en manos del Estado no son productivas.
“Vamos a sacar (a la venta) entre 5 % a 10 % de las acciones de varias empresas públicas para la inversión nacional, fundamentalmente, o internacional”, anunció Maduro este miércoles en la noche a través del canal estatal VTV.
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Aunque no ofreció detalles sobre el método para acceder a estas acciones, sí adelantó cuales compañías participarán en esta oferta de privatización en Venezuela. “Usted podrá convertirse en inversionista de CANTV (Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela), de Movilnet (empresa de telefonía móvil nacionalizada), de la petroquímica, de todas las empresas mixtas del petróleo, de las empresas del gas, de las empresas de Guayana (corporaciones mineras y siderúrgicas)”.
«Aquí no se privatiza más nada», aseguraba Chávez
Los socialistas, en su necesidad de incentivar la lucha de clases y presentarse como los defensores de la clase obrera frente al empresario capitalista explotador, han satanizado las privatizaciones, y Venezuela no ha sido la excepción. Leyendo el artículo 303 de la Constitución frente a la Asamblea Nacional, Hugo Chávez calificó de “privatización” las excepciones que allí se establecen, para así justificar la reforma planteada que fue rechazada en referendo en 2007. “Esto hay que cerrarlo. Esto hay que modificarlo. Ni filial ni nada. Aquí no se privatiza más nada”.
Pero en un arrebato de sinceridad y tardía sensatez, Maduro admitió este miércoles que necesita de los inversionistas. “Necesitamos capital para el desarrollo de todas las empresas públicas. Necesitamos tecnología. Necesitamos nuevos mercados”. ¿Quién se hubiese imaginado a Nicolás Maduro hablando de capital y mercados?
La Bolsa de Valores de Caracas no tardó en reaccionar. En un comunicado publicado en su página web, la junta directiva calificó como “muy positivo” el anuncio y recordó que “el fortalecimiento del mercado de valores ha sido una petición de larga data, que contribuye en generar riqueza y desarrollo al país”.
Buscando inversionistas para sobrevivir
El coqueteo con el sector privado no es nuevo. Y tal parece que a las bases chavistas fieles a las ideas del fallecido dictador no les ha caído bien este giro. En un artículo publicado en 2019 en el portal La izquierda socialista, titulado Venezuela: privatizar es traicionar, se criticaba el anuncio de Maduro sobre la “reactivación en conjunto con la empresa privada” de la granja porcina José Leonardo Chirinos, ubicada en el estado Lara. Pero dentro de su ceguera marxista, el columnista de nombre Leander Pérez, escribió una gran verdad: “La mayor demostración de este vínculo entre la burocracia y la burguesía, no es otro que el flagelo de la corrupción que carcome nuestra sociedad y que se agrava producto del asqueroso modelo rentista que el gobierno insiste en salvaguardar”.
Desde el año pasado se conoció la intención del régimen de Nicolás Maduro de devolver empresas expropiadas por Hugo Chávez. El emblemático centro comercial Sambil La Candelaria, arrebatado a sus dueños hace 14 años, ha sido el caso más concreto.
Pero esto no quiere decir que la dictadura chavista –hoy dirigida por Maduro– esté tomando el camino correcto por el bienestar de la población. Esto solo demuestra que luego de la destrucción de la industria petrolera el régimen se quedó sin financiamiento y busca sobrevivir invocando ahora el mercado y el capital en un intento por imitar el modelo chino. Y –contra su voluntad– ha tenido que reconocer el fracaso del socialismo poniendo en marcha un nuevo proceso de privatización en Venezuela, esa privatización tan satanizada que Chávez aseguraba que “no volverá”. Pero este es solo el comienzo. Maduro promete una «ampliación del paquete accionario».
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