SEQUEDAD
Rodulfo González
¡Cuánta tristeza,
bien mío!
¡Qué pesar y qué
dolor!
Se desvanece la flor
en el cristal del
rocío.
En el agua de tu río
ya no me puedo bañar.
¡Tú lo dejaste secar
con tu absurdo
desvarío!
Es nostálgico mi
canto.
Es incierto mi camino
Es mi carga tan
pesada.
Estrepitoso es mi
llanto.
Calamitoso es mi sino.
¡Qué vida tan
malhadada!
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