Trump sella su victoria sobre los rinos con derrota de Liz Cheney en Wyoming
La congresista por Wyoming no logró ganar las primarias republicanas y eso demuestra la relevancia que mantiene el expresidente, quien apoyó a la candidata que se quedó con la nominación
Oriana Rivas PANAM POST 
La congresista Liz Cheney no logró ganar en las primarias del Partido Republicano para las elecciones de medio término. Ella es posiblemente la cara más visible de los «rinos» que decidieron apoyar el impeachment contra el expresidente Donald Trump el año pasado y eso le salió caro. Sin importar que venga de una estirpe de políticos estadounidenses, la funcionaria dejó su propia imagen por el suelo.
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La derrota de Liz Cheney se concretó cuando obtuvo 29 % de los votos frente a 66 % de Harriet Hageman, la abanderada de Donald Trump. Por ende, la derrota de la actual representante por Wyoming refuerza la relevancia que mantiene el expresidente en las filas del partido. Además, significa que el exmandatario logró sacar del juego a una de las figuras más emblemáticas de los republicanos por impulsar que fuera sometido a un juicio político.
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Aún así, la congresista remarcó la posición que la llevó a distanciarse. «Desde el 6 de enero vengo diciendo que haré lo que sea necesario para asegurar que Donald Trump nunca más esté cerca de la Oficina Oval, y lo digo en serio”, declaró luego de conocer los resultados. Algunos medios citan que posiblemente lance su candidatura presidencial.
Pero una cosa es su discurso y otra la que reflejan la urnas. Más del 92 % de los candidatos de Trump han ganado las primarias y solo dos de los 10 congresistas que votaron a favor del juicio político podrán optar por la reelección. Lo que deja claro es que el expresidente sí podría —para molestia de Cheney— aspirar de nuevo a la Casa Blanca.
Los que no se postularon
A diferencia de Liz Cheney y su derrota, hubo congresistas republicanos que sí reconocieron lo que podía pasar de lanzarse para las internas del partido. Quizás por eso no se presentaron. Cuatro de los 10 entran en este grupo.
Anthony Gonzalez, de Ohio, supo inmediatamente el rechazo que despertó luego de haber votado a favor del impeachment. «Están furiosos conmigo», declaró a mediados en enero de 2021. En paralelo, desde las filas republicanas lo tacharon de «desleal».
También está Adam Kinzinger, por Illinois, quien dijo que «aceptaba su destino» luego de votar contra Trump. En su expediente también quedará como el único republicano que estuvo a favor de una resolución que exigió al exvicepresidente Mike Pence invocar la Enmienda 25 para destituir a Trump.
Al grupo se suman Fred Upton por Michigan y John Katko de Nueva York. El primero había sido censurado durante la Convención Republicana del condado de Allegan. El segundo venía de ser elegido cuatro veces consecutivas para el Congreso por su distrito. El apoyo se esfumó.
Los que salieron derrotados
El resto de los «rinos», apodo asignado a los neoconservadores adversarios de Trump, se midieron en las urnas. La jugada tampoco les salió bien.
Peter Meijer, en Michigan, fue derrotado por John Gibbs, respaldado por el exmandatario republicano. Obtuvieron 48,3 % y 51,7 % de votos, respectivamente. Meijer venía de un altercado con el Comité de Campaña del Congreso Demócrata (DCCC, en inglés) por la difusión un anuncio contra Gibbs, tildándolo como «demasiado conservador para el oeste de Michigan». El republicano en declive aseveró que el material beneficiaría a su contrincante en las primarias.
Tom Rice, de Carolina del Sur, vio que sus aspiraciones se esfumaban cuando se dio a conocer que perdió con 24,6 % frente a 51,1% del republicano Russell Fry. Donald Trump lo celebró.
Jaime Herrera Beutler es otro con su futuro político sepultado a corto plazo, ya que Joe Kent, abanderado de Trump, lo dejó en el camino. El congresista derrotado agradeció a los electores, pero como era de esperarse, no mencionó al expresidente.
Solo dos ganadores
Los dos que lograron salir a flote fueron David Valadao (California) y Dan Newhouse (Washington). Es importante tener en cuenta que en el caso del primero no tuvo adversarios respaldados por Trump. En cuanto al segundo, este marcó cuatro puntos por encima de Lorena Culp, otra republicana.
Sin embargo, la derrota de Liz Cheney dejó una lectura política importante: Trump es quien sigue dictando las pautas dentro del Partido Republicano con la misma vehemencia que cuando era presidente.
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