El Estado argentino debe ser absolutamente implacable con los supuestos mapuches
Luego de que las organizaciones autodenominadas “pueblos originarios” tomaran propiedades y violentaran a sus dueños, comenzaron a ser reprimidas por las fuerzas gubernamentales. Era hora
Los medios kirchneristas no dicen nada. La noticia, de bastante relevancia en el plano nacional, brilla por su ausencia esta noche en el portal de Página/12. Sin embargo, en el sur de Argentina hay hechos que merecen ser contados. Las fuerzas de seguridad, cumpliendo su rol, desalojaron las propiedades que habían sido usurpadas por grupos autodenominados “mapuches” en Villa Mascardi (Río Negro). Las acciones de estas organizaciones, en las últimas jornadas ya eran dignas de ser calificadas como guerrilleras: violencia, casas tomadas e impunidad total.
“El Estado nos robó nuestra Mapu y por más que nos saquen, siempre vamos a volver a nuestro territorio. Les pido a los mapuches que se manifiesten”, señaló en una entrevista radial María Nahuel, representante de una supuesta “comunidad originaria” llamada Loft Winkul Mapu. Sin embargo, por el accionar de las fuerzas de Seguridad nacional, todo parece indicar que las agrupaciones delictivas no podrán recuperar las ocupaciones.
Esta mañana, luego de los violentos episodios de los últimos días, 250 efectivos del “Comando Operativo Unificado”, diseñado para frenar la avanzada mapuche, comenzaron su trabajo. La operación se propuso liberar una zona de aproximadamente 40 hectáreas, que había sido ocupada por los supuestos “pueblos originarios”. Dentro de los terrenos hay propiedad pública y varias propiedades privadas, cuyos legítimos dueños fueron violentados.
Producto del operativo, el comando detuvo a siete mujeres, que habían sido puestas en las ocupaciones por los invasores. Junto a ellas se encontraron varios menores. Esta estrategia de utilizar mujeres y niños retrotrae a las peores artimañas de las organizaciones guerrilleras en el mundo. Como corresponde, los menores serán liberados en las próximas horas. Las mujeres adultas, por ahora se niegan a declarar ante las autoridades.
Las agrupaciones que defienden el injustificado y violento accionar de los supuestos mapuches, advierten que el accionar de las fuerzas podrían causar otro hecho como el de Santiago Maldonado. Aunque la izquierda insiste con la tesis del terrorismo de Estado, lo cierto es que el joven falleció en una circunstancia que él mismo se buscó. Junto a estos grupos delictivos, Maldonado cortó una ruta en el marco de una protesta, lo que lo pone automáticamente en el lugar de delincuente y agresor, ya que se trata de un delito. Cuando la gendarmería liberó la zona (como lógicamente debía hacer), Maldonado huyó hacia el río, donde se ahogó. Esto fue confirmado por todos los peritos que participaron de su autopsia. A pesar de lo trágico del hecho, si organizaciones violentas se dedican a estas actividades hostiles, la historia puede repetirse. Claro que es responsabilidad de los agresores y no de las fuerzas de seguridad que cumplen con su obligación.
Esta tarde, el diputado liberal José Luis Espert presentó un Proyecto de Ley para declarar el Estado de Sitio en la zona de conflicto, hasta que la situación se encuentre normalizada. Varios diputados de Juntos por el Cambio apoyaron la iniciativa, que celebró también Miguel Ángel Pichetto desde sus redes sociales.
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