¡Suerte!: el delirante dictador bielorruso prohibió la inflación por decreto
Dándole la espalda a toda la evidencia empírica e histórica de la humanidad, Lukashenko se compró un ineludible fracaso. Quedará en ridículo inevitablemente y escribirá otra de las miles de páginas de fallidos controles de precios
Las sanciones de Occidente sobre Rusia y el impacto en la economía en Bielorrusia se hacen sentir. Como era de esperar, las espaldas del títere de Moscú, Alexandr Lukashenko, no fueron de lo más sólidas para enfrentar el panorama adverso, por lo que ya sufre complicaciones. Hoy en día, el dictador que se mantiene en el poder desde 1994, y se reía hasta hace poco cortando leña, burlándose del duro invierno que pasarán las democracias europeas, está preocupado por la inflación en su país. En sintonía con las excéntricas e insólitas medidas que suele implementar, Lukashenko decidió prohibir (sí, prohibir…literalmente) los aumentos de precios para «controlar» la inflación.
- Lea también: En qué acierta John Oliver (y se equivoca) sobre la inflación
- Lea también: La inflación requiere una compensación justa: ¡Reduzcan los gobiernos!
Para el dictador bielorruso, el incremento de los precios al consumidor en su país ha sido “exorbitante” en todo el territorio nacional. Poniendo manos en el asunto, pero ignorando los procesos económicos que llevan a los productos en las góndolas a estar a un precio más caro, Lukashenko envió a las agencias estatales de Bielorrusia a difundir un divertido comunicado: “A partir de hoy, queda prohibida cualquier subida de precios. ¡Prohibida!”.
En sintonía con la redundancia y la exclamación de la absurda y estéril prohibición, el dictador bielorruso aclaró también que la vigencia de su infantil decreto tiene carácter inmediato: “Empieza hoy. No a partir de mañana, sino a partir de hoy”. Esto, según Lukashenko es para que “los precios no puedan inflarse en el transcurso del día”.
“La carne, los productos lácteos, las aves de corral, son cada vez más caros. En Minsk han escaseado los huevos en los últimos días”, señaló el mandatario. Si con precios libres los productos comenzaron a escasear, será muy entretenido esperar a la reacción del dictador de Bielorrusia cuando vea el fenómeno que generará su decreto.
Con una inflación interanual de 18 %, la dictadura se puso como objetivo reducir la cifra a 6 % o 7 %, ya que considera que el aumento de precios es “escandaloso”. A pesar de su gobierno, que ejerce el poder con la más bruta mano de hierro, su decreto fracasará de la misma manera que lo hizo el edicto de Diocleciano, y todos los experimentos semejantes de los últimos 4000 años de historia. Las prohibiciones y regulaciones semejantes no han logrado imponerse, incluso con castigos como la decapitación. Al menos, cuando vea que la iniciativa no funciona, Lukashenko podrá regalarle a la historia alguna otra declaración delirante y divertida como la que emitieron sus medios estatales esta mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario