Alberto Fernández, el leproso
El presidente argentino fue a la inauguración de una obra en la provincia de Mendoza. El gobernador se negó a recibirlo y no quiso ir a participar del acto.
El oficialismo no tiene muchas posibilidades de retener el poder en las elecciones de este año. Con Cristina Kirchner teniendo la imagen por el suelo, sumado a un pobrísimo desempeño en el manejo del área económica, el presidente Alberto Fernández sigue soñando con una utópica reelección. En búsqueda de ese complicado objetivo, el mandatario anda recorriendo el país inaugurando cualquier cosa. Recientemente se le ha visto presentando monumentos y hasta el techo de una estación. Pero los que lo rodean son los jefes comunales suyos, porque los de la oposición no lo pueden ni ver y ya lo tratan prácticamente de leproso. Parece que compartir un acto con él, aunque sea oficial, formal e institucional, es “un quemo”.
Lo que ocurrió ayer en la provincia de Mendoza evidencia el momento que atraviesa el mandatario y la negación de la dirigencia política a mostrarse con él. Fernández visitó este territorio junto al ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis, para la inauguración de una planta depuradora de líquidos cloacales. Sin embargo, el gobernador Rodolfo Suárez se negó a recibirlo y no le dio ni una breve reunión de protocolo. Tampoco quiso participar del acto oficial.
“Mi gratitud al gobernador que nos permitió contar con el transporte que necesitamos para llegar hasta aquí. Yo creo que hubiera sido muy bueno que participara. Quizás alguien lo confundió, porque yo no vengo aquí a hacer campaña electoral”, dijo Fernández al inicio de la presentación pública.
Aunque el presidente argentino insiste con que él “no miente”, lo cierto es que todas estas presentaciones tienen tinte electoral. Como no tiene suficientes logros para mostrar, Fernández suele atacar a Mauricio Macri, criticando la gestión pasada de Juntos por el Cambio (2015-2019). «Creo que se equivocó», indicó el mandatario luego del acto donde el gobernador brilló por su ausencia.
Consultado por la prensa, Suárez cuestionó la visita oficial y recordó que Fernández congeló una obra que la provincia estaba esperando, la que sometió a la decisión del conjunto de gobernadores. Al respecto, aseguró que la población está muy enojada y que no puede ser “tan hipócrita” de sentarse con él como si nada hubiera pasado. «El problema es la torpeza de él, que no debería venir a Mendoza y debería esperar un tiempo para visitarnos. Hasta es provocativo», recalcó.
El desaire hacia Alberto Fernández se da en el marco de un duro enfrentamiento del Poder Ejecutivo Nacional y la oposición, que ya aseguró que congelará todos los debates parlamentarios si el presidente argentino sigue con el proyecto del juicio político a la Corte Suprema de Justicia.
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