Asalto a los poderes en Brasil: la excusa para Lula radicalizarse
Los seguidores del expresidente Bolsonaro parecen no haber hecho el cálculo político para prever que el único beneficiado con lo ocurrido este domingo en Brasilia iba a ser el propio Lula, quien recibió el respaldo de distintos mandatarios del mundo y aprovechó para decretar la intervención del Distrito Federal, cuando se le avizoraba un gobierno complicado con el Congreso en contra
Un episodio similar al ocurrido el 6 de enero de 2021 en el Capitolio de Estados Unidos se repitió este domingo en Brasil. Aunque las circunstancias no fueron las mismas, tanto la prensa como el nuevo gobierno y sus aliados regionales encontraron en este suceso la excusa perfecta para responsabilizar al expresidente Jair Bolsonaro. La acciones emprendida por sus simpatizantes, lejos de perjudicar a Lula, le han permitido a su complicado gobierno fortalecerse y le han dado motivos para radicalizarse.
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Con consignas como “no queremos comunismo”, simpatizantes del exmandatario que rechazan la elección de Lula tomaron las sedes de los poderes en Brasilia, tanto el Congreso como los predios del palacio presidencial de Planalto y del Supremo Tribunal Federal (STF).
Se trata de la primera protesta masiva contra el nuevo mandatario desde su toma de posesión el 1ro. de enero, pero altamente cuestionada por la similitud con el asalto al Capitolio de EE. UU. hace justamente dos años. En ese momento, los seguidores de Trump buscaban impedir la certificación de Joe Biden como presidente electo. Si bien los seguidores de Bolsonaro tomaron las calles luego de la elección reclamando un presunto fraude en los resultados, ya Lula fue juramentado desde hace una semana y Bolsonaro se encuentra fuera del país desde el 30 de diciembre.
Lula decreta intervención del Distrito Federal
Estas diferencias no impidieron que se apelara a la similitud para que Lula decretara la intervención del Distrito Federal hasta el 31 de enero, alegando fallas en la seguridad por parte del Gobierno de Brasilia, y buscara vincular a Bolsonaro con los hechos a pesar de que se encuentra fuera del país. El mandatario izquierdista aseguró que “vándalos fascistas” que invadieron el parlamento, el supremo y la presidencia fueron “estimulados” por Bolsonaro y serán “encontrados” y “castigados”.
“Vamos a descubrir a los financiadores” de lo que llamó protestas violentas con tinte golpista, dijo Lula insinuando responsabilidad del expresidente en estos sucesos, mientras la prensa atribuía a una sola voz el hecho a “bolsonaristas” o “fanáticos de Bolsonaro”.
Sin cálculo político
Lo ocurrido este domingo da un giro al panorama político en Brasil. Los seguidores del expresidente Bolsonaro parecen haber olvidado que su organización política, el Partido Liberal (PL), y sus aliados, constituyen la primera minoría en ambas cámaras del Congreso, lo que avizoraba un gobierno complicado para Lula que asomaba incluso la posibilidad de un impeachment como el que puso fin al gobierno de Dilma Rousseff.
Cabe preguntarse si los autores del lamentable episodio de este domingo en Brasilia hicieron el cálculo político para haber previsto que el único beneficiado iba a ser el propio Lula da Silva, quien ahora ha recibido el respaldo de distintos mandatarios del mundo.
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