Biden miente al insistir con el relato de su lucha histórica contra el racismo
En el día de Martin Luther King Jr. el presidente de EEUU, Joe Biden, reiteró que él luchó contra el apartheid en Sudáfrica, pero no hay registro alguno de esto. Por el contrario, sí hay pruebas de su admiración por un reclutador del Ku Klux Klan, a quien llamaba "líder"
Cada año Estados Unidos conmemora a su gran héroe de la lucha por los derechos civiles, el Dr. Martin Luther King Jr. En su honor existe un feriado nacional que se celebra el tercer lunes de enero. Para congraciarse con su electorado, el presidente Joe Biden dio en esta oportunidad un discurso en el que aseguró haber sido parte activa de esta lucha. Pero esto no fue así. Biden miente al pretender convencer al país de que él viene de dar una lucha contra el racismo similar a la de MLK. Al contrario, en el pasado admitió que tenía como «líder» a un reclutador del Ku Klux Klan (KKK).
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«He tenido dos héroes políticos en mi vida. Cuando comencé a los 22 años en el lado este del movimiento de los derechos civiles», dijo Biden. «Y tenía dos héroes, Bobby Kennedy. Admiraba a John Kennedy, pero nunca pude imaginarlo en la mesa de mi cocina. Pero podía ver a Bobby y nada de tonterías, y el Dr. King, Dr. King», agregó.
Biden alega que luchó contra el apartheid en Sudáfrica
Joe Biden inventó un relato inexistente sobre su activismo contra el racismo. Aseguró que luchó contra el apartheid en Sudáfrica. Lleva años afirmándolo. Pero no hay registro alguno de esto. Incluso, en 2021 dijo que fue arrestado por luchar contra el apartheid en Sudáfrica, pero hasta medios con una línea editorial inclinada a la izquierda lo han desmentido. CNN informó que no hay evidencia al respecto. Y cuando Biden repitió la afirmación en enero de 2022 durante un discurso en Atlanta, PolitiFact calificó los comentarios como «falsos».
“Me enfrenté al apartheid en Sudáfrica y mucho más”, llegó a afirmar ahora Biden en su discurso.
En 2020, como informa Business Insider, Biden repitió durante semanas la historia de que fue arrestado en Sudáfrica cuando intentó reunirse con Nelson Mandela durante el apartheid. Más tarde admitió que la historia no era cierta.
No pudo pronunciar el nombre de la juez que nominó
La salud mental de Biden, el presidente más anciano en la historia de EE. UU., ha sido cuestionada al punto de ser considerado por sus detractores como no apto para ejercer la presidencia. Su supuesta lucha histórica contra el racismo se suma a una larga lista de inconsistencias. La más reciente fue la fallida referencia a la juez Ketanji Brown Jackson, que él mismo nominó, pero no logró pronunciar su nombre.
«Escucho estas palabras y cito: ‘Solo tomó una generación de segregación en la Corte Suprema de los Estados Unidos’, final de la cita. Esas son las palabras de Kaja… Kajan… Katanji Drown Jackson. Nuestra juez de la Corte Suprema, llevó solo una generación de segregación a la Corte Suprema de los Estados Unidos. Como le dije a la gente en ese momento, ella es más inteligente que ustedes».
El uso de las cuotas raciales es una herencia del Partido Demócrata posterior a la muerte de John F. Kennedy. Su sucesor, Lyndon B. Johnson, fue el ejecutor. Esto, lejos de borrar el legado racista de EE. UU., lo transformó en «discriminación positiva». Lo opuesto al sueño de Martin Luther King Jr., quien aspiraba a que las personas fueran juzgadas no por el color de su piel sino por el contenido de su carácter.
La instrumentalización de la fe
Por el contrario, Joe Biden insiste en exacerbar la tensión racial. Durante su último discurso dijo: «Puede que sea un católico practicante, pero solía ir a la misa de las 7:30 todas las mañanas en la escuela secundaria y luego en la universidad, antes de ir a la iglesia negra. No es una broma». El New York Post informó que ningún miembro de la iglesia negra local de Biden en Delaware tiene ningún recuerdo o registro de que el hoy presidente haya asistido alguna vez a esa congregación.
Su afirmación además es incoherente. Para un católico practicante es inadmisible asistir a un culto protestante, aunque puede participar de actividades ecuménicas y luchar juntos en temas afines como la defensa de la vida. Pero lo cierto es que Biden estaría excomulgado por su respaldo al aborto, tomando en cuenta la advertencia que le hizo la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos en abril de 2021. Si en verdad Biden fuese un católico practicante, como asegura, estuviese junto a la Iglesia luchando contra la segregación, no desde una iglesia segregada. Pues los obispos encabezaron muchas luchas por esta causa.
El reciente discurso de Biden transcurrió en la Iglesia Bautista Ebenezer, en Atlanta, donde el Dr. Martin Luther King Jr. fue ministro. El protestantismo juega un rol clave en la comunidad negra de EE. UU. Vale recordar que MLK recibió al nacer el nombre de Michael, pero le fue cambiado luego de que su padre viajó a Alemania. Allí, conoció la obra de Martin Lutero, el padre de la «reforma». Lo que no se dice es que fue un feroz «antisemita», autor de la obra «Sobre los judíos y sus mentiras«. Al disgregarse de Roma y la universalidad de la fe católica, surge el nacionalismo como figura doctrinal, con cabezas de sus propias iglesias y naciones (como la Iglesia de Inglaterra). No en vano existían publicidades en la Alemania Nazi que decían: “La lucha de Hitler y las enseñanzas de Lutero son la mejor defensa para el pueblo alemán”.
La admiración de Biden por un reclutador del KKK
No hay que olvidar que el KKK surge del seno protestante dentro del Partido Demócrata. Sus promotores fueron reconocidos por su persecución a los esclavos negros que escapaban al norte, donde eran libres. Pero poco se dice sobre cómo perseguían a los católicos, incluso quemando cruces. La retórica angloprotestante consideraba a los católicos «menos que blancos». Esta herencia provino de la persecución británica a los irlandeses que se extendió en EE. UU. (donde fueron esclavizados), a italianos y a polacos, considerados menos civilizados. Hasta la década de 1960, en Londres se podían ver carteles que decían: «Prohibido negros, perros e irlandeses».
Todo este contexto expone al presidente Joe Biden, quien miente al insistir con su relato de que él encabezó una lucha histórica contra el racismo, pues cuando falleció el senador Robert C. Byrd, en junio de 2010, Biden, como vicepresidente de Barack Obama, ofreció un discurso en el que destacó que nunca llamó «senador» a Byrd. «Siempre lo llamé ‘líder'». Hay que recordar que Robert Byrd fue reclutador del KKK y ocupó el rango de «keagle». A pesar de ello, fue senador vitalicio hasta su fallecimiento. De esta manera, el Partido Demócrata, cuna del KKK, ahora ha volcado el racismo institucionalizado a la «discriminación positiva».
Una lucha selectiva
Otro caso que tumba el discurso de Biden sobre su supuesta lucha contra el racismo es la despreocupación por la persecución religiosa en África. Catholic News Agency destaca que EE. UU. lleva dos años seguidos (lo que tiene Biden en el poder) sin incluir a Nigeria en la lista de países que generan preocupación por persecución religiosa. El caso más reciente es el de un sacerdote que fue quemado vivo este domingo en su residencia parroquial por un grupo armado. Pero el más sangriento ocurrió en junio del año pasado en la ciudad nigeriana de Owo, al suroeste del país, donde al menos 50 personas, entre ellas varios niños, fueron asesinadas en la iglesia católica de San Francisco.
Estos lamentables sucesos demuestran cómo la fe católica le ha costado la vida a muchos fieles, pero cuando se trata de negros residentes en África no se escucha la voz de los líderes progresistas que dicen luchar contra el racismo ni de organizaciones que se han apropiado de esta bandera como Black Lives Matter.
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