Me too? Qué va…, por Marisa Iturriza
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Bueno, nosotros no. Como eso del –en muchos casos razonable– «Me too» acusador que ya como que va de paso, no caeremos en la quejadera nativa de que «la cosa» no se arregló ni tiene visos de arreglarse, de que cada día la moneda se devalúa más y más y la comida y todo, salud, medicina, transporte, seguridad, agua, electricidad, gas, educación, cultura, comunicación, recreación, futuro, etc. es más caro para la mayoría sujeta al salario no mínimo si no ínfimo, del cual –no se sabe en qué cabeza cabe– dependen los trabajadores, educadores, personal público, médico, técnicos y profesionales diversos, pensionados, etc.
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Esa que ante las carencias cotidianas debe asombrarse al ver la demolición de zonas urbanas aceptables para no se sabe con qué criterio (excepto especulativo quizás) ser sustituidas por lujosas edificaciones imponentes casi totalmente vacías, tan alejadas del ciudadano como los autos último modelo a los cuales no les falta la gasolina que escasea para quienes tienen que hacer cola para comprar la que «antes de» no, más la proliferación de «bodegones» y nuevos restaurantes «in» supercaros, accesibles solo para Nomenklatura, Neoligarquía, Enchufados & Cía.
Me too? Qué va… No nos quejaremos ante la emigración de miles de ciudadanos que salen del país con el anhelo de vivir, de vivir mejor, porque:
Este 6 de enero, como cada año,
se conmemora el viaje que como ellos
–pero guiados por una estrella deslumbrante–
emprendieron los 3 Reyes Magos hacia Belén
para conocer a un Niño que nacido
en un pueblo sometido al yugo romano,
brindó a la humanidad ese mensaje
de esperanza y libertad
vigente en todo buen corazón.
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