Imitando a Irene Montero: Chile debate ley de educación sexual
El gobierno de Gabriel Boric priorizará la ley de educación sexual en Chile que obligará los planteles a "abrirse" a la igualdad de género. El plan del mandatario izquierdista es lograr la sanción de la iniciativa, que promueve la incorporación de afectividad y formación sexual en los planteles reconocidos por el Estado, desde el preescolar a la educación superior, antes de finalizar el 2023.
El próximo periodo de sesiones del Congreso chileno comenzará el 11 de marzo. Sin embargo, el presidente de la nación, Gabriel Boric, desde ya prioriza la aprobación de la ley de educación sexual integral, iniciativa que sumará al país austral en la ola progresista que impulsa la ministra de Igualdad del gobierno español, Irene Montero.
El plan del mandatario izquierdista es lograr la sanción de la iniciativa, que promueve la incorporación de afectividad y formación sexual en los planteles reconocidos por el Estado, desde el preescolar a la educación superior, antes de finalizar el 2023. Así lo anunció el ministro de Educación, Marco Antonio Ávila en BioBío.
Es una promesa de Boric no sólo de campaña, sino de su primera cuenta pública presentada en junio del año pasado, en la que alardeó sobre la disposición a implementar una ley de educación sexual en Chile. Sin embargo, la disposición del mandatario levanta críticas. El concejal republicano, Matías Bellolio, asegura en Twitter que es una “ideología trastocada” con “prioridades trastocadas”, porque “los niños y jóvenes necesitan es ir a clases de forma continua, sin ser violentados e incorporar el máximo de aprendizajes”.
Por otro camino
Boric toma el polémico camino de la izquierda europea con la ley de educación sexual en Chile considerando que su normativa equivale a la Ley de Garantía Integral de la Libertad Sexual presentada por Montero con el argumento de que “todos los niños, tienen derecho a conocer que pueden amar o tener relaciones sexuales con quien les dé la gana, basadas, eso sí, en el consentimiento”.
El documento conocido como “ley del sí es sí” -recientemente aprobado- establece en el artículo siete la integración de contenidos sobre educación sexual, igualdad de género y educación afectivo-sexual dentro del sistema educativo español. Ahora, los planteles están obligados a incluir contenidos basados en la coeducación y en la pedagogía feminista.
Un asunto pendiente
Boric seguirá con el proyecto de educación sexual integral en Chile, la senda de Montero, militante del partido ultraizquierdista Podemos. De hecho, Ávila reconoce que es un «pendiente» en la agenda de La Moneda. Lo es. Desde el año pasado la bancada oficialista intenta debatir la iniciativa chilena que buscará «incorporar a los padres en los procesos formativos».
Para el ministro, “las escuelas tienen que abrirse a ello y al «resguardo del derecho a las diversidades o disidencias sexuales y la comprensión de estas nuevas categorías en el ámbito de la sexualidad». De esa manera, el gobierno de Boric pretende lograr un «cambio de paradigma».
Sin embargo, tratar de equipararse con la España bajo las administración del socialista, Pedro Sánchez parece mala idea cuando los resultados de la ley sí es sí de Montero son cuestionables cuando en lugar de proteger a las víctimas de delitos sexuales provocó la reducción de las penas de los agresores.
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