lunes, 20 de febrero de 2023

Rodolfo Izaguirre: ¡Todo árbol es sagrado y mi vida también lo es!

 

Rodolfo Izaguirre: ¡Todo árbol es sagrado y mi vida también lo es!

 

 

Mucho antes de que los seres humanos inventaran el alfabeto, escribió el jardinero, filósofo y antropólogo español Santiago Beruete en su hermoso libro Verdolatría. La naturaleza nos enseña a ser humanos, los árboles ya practicaban su propia escritura. La trama de ese relato, pródigo en detalles, puede leerse en los surcos de su tronco mucho tiempo después de que el recuerdo de los acontecimientos que los inspiraron se haya disipado. Algunos de los ejemplares más longevos del planeta ya existían hace 5.000 años, afirma Beruete, cuando los primeros escribas sumerios y egipcios garabateaban con sus punzones signos e ideogramas en sus tablillas.

Verdolatría es un fascinante libro que ha reafirmado la vida de mi amiga Tita Beaufrand y entre millares de sabias verdades y reflexiones dice que los árboles son los organismos vivos mas grandes, longevos y con mas biomasa del planeta, con independencia de la variedad a la que pertenezcan. Las secoyas gigantes de la familia de las cupresáceas son los más altos del mundo. Cuarenta de ellos se elevan majestuosamente por encima de los cien metros de altura y siguen creciendo mientras escribo estas líneas. Otro miembro de esa especie conocido popularmente como el General Sherman pasa por ser el más pesado y voluminoso, el que acumula más metros cúbicos de madera a juzgar por el grosor de su tronco y su colosal copa. Y entre los más viejos se encuentra un pino bautizado como Matusalén, de las Montañas Blancas de California al que se le atribuyen 4.841 años de antigüedad; un ciprés mas conocido como Zoroastrian Sarv de la provincia de Yartz en Irán con una edad estimada de al menos 4.000 años; el tejo que crece en un pequeño cementerio parroquial junto a la iglesia de St. Digan en Llangernyw Gale, que supera de largo los 3.000 años; el Castaño de los Cien Caballos localizado en las laderas del monte Etna en Sicilia, el más anciano de su especie con una edad comprendida entre los 2.000 y los 4.000 años; o el olivo de Vouves en la isla de Creta, asimismo de más de 3.000 años de vida, entre otros muchos árboles milenarios repartidos por los 5 continentes.

Los años que me vieron correr primero por las caminerías del Parque del Este y luego a campo traviesa, me obligaban a acelerar mi trotecillo sexagenario o septuagenario -pero siempre elegante- cuando miraba a Salvador Garmendia capitaneando al «Ateneo que camina», como llamaban en el parque al grupo de amigos y pedagogos que se le unieron. Pasaba a un lado veloz y los saludaba alegremente: «¡Esos intelectuales!» y al dejar de verlos, recuperaba la ancianidad de mis pasos. En la tarde, en la sala de mi casa, Salvador decía que en el «Ateneo que camina» se comentaba que me estaba preparando para el Maratón de Nueva York. «A veces, agregaba Salvador, se nos une Manuel Caballero con ropa y zapatos deportivos comprados a última hora y echa los mismos malos chistes de siempre, pero acezando».

 

El hecho es que el «Ateneo que camina» me vio abrazar a los viejos árboles que encontraba en mis correrías y al abrazarme a ellos sentía que se asentaba en mí el vigor que los mantenía vivos y vibraba y recorría por todo mi cuerpo la misteriosa presencia del tiempo y ahora mientras leo con avidez a Santiago Beruete vuelvo a sentir al tiempo devolviéndose en mi memoria. Sí, siento correr por mis venas el tiempo vivido por el árbol de mayor edad, un tiempo marcado en las rugosidades de su corteza, y en sus círculos interiores la savia que navega en su tronco y se reparte entre sus ramas y desde entonces cada árbol que veo y toco es un ser vivo y sagrado porque también yo lo soy. Se lo dije a Salvador cuando me vio a los ojos con mirada de lástima porque sabía que le quedaba poco tiempo y me confesó que ya no podía disfrutar más la compañía de sus amigos del «Ateneo que camina». «¡Abrázate a un árbol, le dije, y seguirás viviendo!».

¡Pero no lo hizo, escapó, desertó del parque. Parece que las últimas palabras que le escucharon decir mientras lo llevaban para la clínica fueron: «¡Avísenle a los Izaguirre!». Yo sigo abrazado a los árboles porque sé que son sagrados y ¡mi vida también lo es!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Etiquetas

Noticias de Venezuela Politica Noticias de Nueva Esparta Opinion Derechos Humanos en Venezuela Presos Politicos Dictadura en Venezuela Nacionales Noticias Nacionales Perseguidos Politicos DDHH Internacionales Noticias Estado Nueva Esparta Noticias Regionales Crisis Humanitaria Crisis Economica Cultura Noticias Internacionales Nicolas Maduro Estado Nueva Esparta Economia Crisis Social Turismo en Isla de Margarita IAPOENE Resolucion 008610 Chavez Manifestaciones en Tachira FILCAR 2015 Leopoldo Lopez Libertad de Prensa Maria Corina Machado SEBIN corrupcion Carnavales 2015 Maduro Movimiento Estudiantil UNIMAR Deportes Diosdado Cabello Hugo Chavez Libertad de Expresion 4 de febrero de 1992 Gobierno de los EEUU Isla de Margarita MUD OEA Turismo Fundacion UDC Lilian Tintori Inseguridad en Venezuela ONU Primero Justicia Barack Obama Estado Sucre Golpe de Estado del 4 de febrero de 1992 INEPOL Mesa de la Unidad Democratica dictadura Capriles Radonsky Cumana Defensor del Pueblo España Jony Rahal Voluntad Popular Henrique Capriles Radonski Lista Falciani Nelson Bocaranda PNB Secretario General de la OEA Swiss Leaks 12 de Febrero Colombia Cristina Fernandez Escolta de Diosdado Cabello lo acusa en Washington de narcotráfico Historia de Venezuela Jesus Chuo Torrealba Marianela Salazar Municipio Antolín del Campo CAMPO Noticias de Uruguay Pedro Leon Zapata RUNRUNES Rodriguez Torres TSJ Tarek William Saab Autorizan uso de armas mortales contra protestas en Venezuela CENCOEX Cartel de los Soles Caso HSBC Escolta denuncia a Diosdado Fidel Castro HSBC La Asuncion Manifestaciones en Caracas Municipio Mariño PODEMOS España Partido PODEMOS Sebastiana sin Secretos Teodoro Petkoff dictador historia Alberto Nisman Argentina CADIVI CNE Caricatura Chavismo Devaluacion del Bolivar Estado Merida FARC Guerra Economica Helicoide Inflacion en Venezuela Leamsy Salazar Luisa Ortega Diaz Manifestaciones en Merida Maxidevaluacion Municipio Gomez Ocho militares del anillo de seguridad de Maduro también huyeron Padrino Lopez Simon Bolivar UCAT UCV democracia 12F Alcaldia de Mariño Asamblea Nacional Blanqueo de Capitales Empresas de Maletin Estado Bolivar Farmatodo Fernando Luis Egaña Gobierno Español Golpe de Estado al Presidente Maduro Guayana HRW Hiperinflacion Human Rights Watch Indice de Miseria Investigacion Jorge Giordani Juan Carlos Monedero Juangriego Marta Colomina Megadevaluacion Ministerio Publico Ministro de la Defensa Municipio Diaz Municipio Tubores Noticias de Argentina Noticias de Colombia PDVSA Pedro Claver Cedeño Periodista Eladio Rodulfo Gonzalez Pollo Carvajal Porlamar Reporteros sin Fronteras SIMADI Tabare Vasquez UCAB UDO Universidad de Oriente Venezuela Primero en Indice de Miseria 2014 AD Accion Democratica Alberto Barrera Tyszka Andres Oppenheimer Autoritarismo BCV BID Banco Central de Venezuela CNP Carnaval de Carupano Carnaval del Mar Carnavales de El Callao Censura en Venezuela Cesar Miguel Rondon Convenio Cambiario 33 Corte IDH Cupo Viajero DECLARACION DE TBILISSI DISCURSO DE ANGOSTURA Educacion Efemerides Efemerides de Margarita Empresas Basicas Fiscal General de la Republica GNB Hugo Carvajal Iglesia Venezolana Laguna de La Restinga Monedero Municipio Marcano Nelson Mandela Noticias de Chile Operacion Jerico Oscar Arias Pedro Llorens Pensamientos de Simon Bolivar Puerto Libre RSF RSF 2015 Rodolfo Marcos Torres RupertiGate SICAD SIDOR Salvador Allende Sistema Cambiario Sistema Marginal de Divisas Tasa SIMADI Tribunal de la Haya UNES UPEL Víctimas inocentes del 4 de Febrero de 1992 William Brownfield Wilmer Ruperti