El pañuelo blanco de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo ya no es un símbolo respetable
En las escuelas argentinas se utilizó una canción que homenajea a lo que fue un símbolo incuestionable, pero que cayó en la deshonra de la politiquería e incluso la corrupción.
Debió ser un símbolo inapelable. Algo absolutamente incuestionable, más allá de todo. Sin embargo, el pañuelo blanco de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo cayó en la degradación política del kirchnerismo. Sus máximas referentes, Hebe de Bonafini y Estela de Carlotto, decidieron mancillar algo que debió unir a todos los argentinos. Lo cambiaron por la cercanía al gobierno y al poder, pero también por beneficios económicos. La culpa no es de los que las critican. La culpa es de ellas.
En la tarde del 24 de marzo, en el “feriado de la memoria” por el golpe de Estado de 1976, el periodista Eduardo Feimnann comentó desde su programa algo que ya se venía comentando dede el día de ayer: en las escuelas, muchas maestras estaban enseñando una canción referida al pañuelo blanco de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. El conductor cuestionó la iniciativa como una inaceptable intervención político ideológica en las aulas de los niños estudiantes. Lógicamente, el kirchnerismo lo trató de negacionista y cuestionó su actitud, asociándola a una reivindicación del Terrorismo de Estado.
Lo cierto es que nadie medianamente decente puede cuestionar el derecho de un grupo de mujeres a las que les desaparecieron sus hijos. Más allá de la vinculación o no a las organizaciones guerrilleras, la desaparición de un familiar y la falta de información al respecto es algo inadmisible y trágico. Las mujeres que salieron con los pañuelos en la cabeza a dar vueltas por la Plaza de Mayo durante la dictadura hoy tendrían que ser un símbolo para todos los argentinos. Sin embargo, no fue así.
Tanto Hebe de Bonafini (Madres) como Estela de Carlotto (Abuelas) decidieron entregarle el pañuelo blanco a Néstor y Cristina Kirchner, convirtiéndose en embajadoras permanentes de un proceso político partidario. Los dislates de Bonafini son conocidos por todo el mundo a esta altura. Además de defender posiciones indefendibles (celebró y brindó por el atentado a las Torres Gemelas) su organización terminó vinculada a la corrupción kirchnerista. Su organización terminó recibiendo fortunas del Estado para la construcción de viviendas sociales, que incluso no se terminaban. Murió impune, con la protección de un espacio político que la usaba como un símbolo, a pesar que ya estaba bastante devaluado.
Carlotto, que durante mucho tiempo cuidó las formas –a diferencia de Bonafini- desafortunadamente también terminó funcionando como un apéndice político del kirchnerato. Recientemente, sin aclarar ni argumentar absolutamente nada, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo dijo que Mauricio Macri debería estar preso. ¿Por qué? Porque se le ocurre a ella, claro.
Una vez más, las supuestas organizaciones de los derechos humanos le regalaron el acto conmemorativo al kirchnerismo. En la Plaza de Mayo, este 24 de marzo de 2023, una de las principales consignas fue “por una democracia sin proscripciones”, haciendo relación a la situación de la condenada por corrupción Cristina Fernández de Kirchner, que todavía podría participar de las elecciones de este año. Esto hicieron con el símbolo Hebe, Carlotto, Madres y Abuelas. La culpa no es de los que lo señalan. La culpa es de ellas.
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