La ridícula relación entre Xi Jinping y la censura a la película Winnie the Pooh en Hong Kong
"Winnie the Pooh: sangre y miel" no se proyectará en las salas de cine hongkonesas por "razones técnicas". Pero los verdaderos motivos parten de una visita del dictador chino a EEUU en 2013, que lo convirtió en meme por las comparaciones con el personaje de caricaturas
El estreno de la película enfocada en una versión terrorífica de Winnie the Pooh quedó cancelado en Hong Kong. Las autoridades del territorio, controlado por el régimen comunista chino, decidieron que no se proyectará en las salas de cine por supuestas «razones técnicas». Sin embargo, detrás de la endeble excusa hay mucho más.
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La distribuidora de Winnie the Pooh: sangre y miel en Hong Kong, VII Pillars Entertainment, hizo el anuncio en un comunicado y sumó disculpas por «la decepción y las molestias». Y aunque superficialmente puede parecer una decisión aislada, en realidad no lo es por dos factores: las comparaciones del personaje principal con Xi Jinping y la ley de censura cinematográfica aprobada en 2021.
Cuando el mandatario chino visitó Estados Unidos en 2013 dio un paseo con su entonces homólogo Barack Obama. En ese momento internet hizo lo suyo. Entre los usuarios se hizo viral la comparación del Xi Jinping con el famoso oso de caricatura, acompañado de su fiel amigo Tigger. Ambos presidentes anunciaron ese año «un nuevo modelo» de relaciones bilaterales que sugirió cierta complicidad. Ese fue el punto de partida para que Winnie the Pooh se convirtiera en el meme predilecto para burlarse del dictador chino.
Ya para 2015, Xi Jinping apareció en un desfile militar que en el internet chino se representó con un juguete del famoso oso. Según la empresa de análisis político Global Risk Insights, la imagen de la comparación se convirtió en la más censurada del año. Entonces, el Partido Comunista Chino (PCCh), basado en el absurdo argumento, censura la película que no es del Winnie the Pooh original, sino una versión distinta donde el personaje se presenta como un asesino.
Desde Los Simpson hasta Winnie the Pooh
Ante el riesgo de que Winnie the Pooh: sangre y miel se convierta en otro motivo de memes virales, en el territorio hongkonés quisieron adelantarse. El régimen chino se encargó de tener un marco «legal» que protege este tipo de censura, ya que en 2021 aprobó una ley para regular contenidos que «respaldan, apoyan, glorifican, alientan e incitan actividades que puedan poner en peligro la seguridad nacional».
En aras de proteger «la seguridad nacional», Pekín inclusive suspendió hace dos años la transmisión de los premios Oscar. Además, en 2020 aprobó una ambigua normativa que garantizaba la persecución a opositores, la misma que previamente había originado las mayores protestas desde 1997 de parte de ciudadanos que exigían su anulación.
Puede que Hong Kong tenga su propia moneda o identidad cultural, pero el sistema político está sometido al PCCh y este no permite disidencias, protestas, ni referencias que remotamente puedan usarse contra Xi Jinping. A quien le suene descabellado este tipo censura, puede leer cómo en febrero pasado Disney+ retiró en dicho territorio otro capítulo de Los Simpson. En el episodio, Marge Simpson observa imágenes de la Gran Muralla china mientras se escucha: «Contemplad las maravillas de China. Minas de bitcoin y campos de trabajos forzados donde los niños fabrican teléfonos inteligentes».
Temas legales
Ahora bien, por fuera de las comparaciones con Xi Jinping, la entrada en escena de la nueva película rompió por completo la imagen infantil del personaje. En la nueva versión, Winnie the Pooh viste con ropa de leñador, usa un hacha y en lugar de miel, toma sangre. Le acompañan un par de amigos, entre los que está Piglet, el cerdito.
Fue un proyecto de bajo presupuesto que tomó el cineasta británico Rhys Frake-Waterfield, antes electricista. Cuando vio que el primer libro de A. A. Milne lanzado en 1926 llegó al límite de los derechos de autor en EE. UU. (con vigencia de 95 años), decidió «retorcer la historia en una dirección diferente». Disney tenía la potestad legal del título, hasta que se venció ese período. Eso sí, el director debió evitar sellos de dicha empresa como la camiseta roja o la expresión «oh, molesta» («oh, bother», en inglés).
El recibimiento ha estado dividido. Algunos aplauden la versión sangrienta y otros reclaman por dañar un símbolo de su infancia. Los planes de Waterfield no solo van por crear una secuela, sino darle el mismo giro a tramas como Bambi y Peter Pan, pero esos derechos de autor todavía no están vencidos. Mientras eso llega, Winnie the Pooh: sangre y miel está haciendo de las suyas en las salas de cine y en la matriz de opinión contra el régimen chino.
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