Secuela de la migración ilegal, es
el elevado número de niños de padres venezolanos nacidos en el exterior y que
por tal condición no tienen patria.
Un reportaje sobre los miles de
niños sin patria que Colombia sigue sin reconocer, publicado el 21 de diciembre
de 2022 por el portal Frontera Viva,
con información de La Silla Vacía, señaló
sobre esa problemática:
-Ivanna Zambrano tiene 32 años,
nació en Mérida en Venezuela y desde hace dos años es la abogada de más de 70
migrantes que ningún Estado reconoce como ciudadanos. No tienen documentos de
identificación ni un nombre registrado. La mayoría son menores de edad, hijos
de padres venezolanos que nacieron dentro de nuestras fronteras pero todavía no
tienen una patria que responda por ellos.
Y por lo tanto, “Al no tener un
nombre y no ser reconocido como parte de un Estado, hay una desprotección de
sus derechos fundamentales, no se puede vincular al sistema de salud, no puede
recibir una educación”.
Luego explicó:
-En Colombia hay cerca de 25 mil
personas sin patria, según le dijo a la Silla un vocero de la Registraduría,
que deberían poder recibir la nacionalidad colombiana por adopción porque el
país firmó y ratificó dos tratados internacionales para la erradicación de la
apatridia, incluidos en la Ley 1588 de 2012.
Sin embargo, la batalla que llevan
los padres de estos niños en contra de la burocracia colombiana es larga, lenta
y muchas veces la pierden por una fotocopia mal hecha. Los abogados que
acompañan estos procesos se enfrentan a diario a la impotencia de no poder
hacer más por quienes buscan el reconocimiento y los derechos que la ciudadanía
le aporta a sus hijos.
(En las ilegales alcabalas de la narcodictura la Guardia Nacional y otros cuerpos de exterminio, los viajeros son
vejados, robados y, en oportunidades, sus documentos de identificación, que
tanto cuesta obtener en el país, son dañados, dejándolos indocumentados)
La fuente digital indicó después:
-Zambrano lo sabe de primera mano,
no solo porque atiende a los migrantes que tocan su puerta, sino porque espera
poder registrar a su propio hijo cuando nazca en mayo del año entrante.
“Desde que estoy en embarazo”
cuenta, “me siento mucho más comprometida con buscar una solución porque sé de
todas las mamitas y papitos que hacen todo lo que está a su alcance para darle
a sus hijos una estabilidad jurídica, pero es el Estado el que les ha puesto
una barrera”.
Otro caso:
-Una madre de 40 años llegó a la
oficina de la abogada Zambrano en marzo del año pasado para que sus cuatro
hijos fueran reconocidos como apátridas, la figura que oficializa que los
menores carecen de ciudadanía. Ni los hijos, ni la mamá tenían si quiera
certificado de nacido vivo. Llegaron a Colombia sin ningún tipo de documento. Cinco migrantes sin patria en una
misma familia. Con el reconocimiento de apatridia, se activan los mecanismos
legales para poder recibir las ayudas
que envía la cooperación internacional para los migrantes en el país, y los
enfila a poder solicitar la nacionalidad colombiana.
El primer gran reto
para los hijos de migrantes es que la ley de nacionalidad dice que, para ser
colombianos por nacimiento cuando los padres son extranjeros, por lo menos uno
de ellos tiene que estar domiciliado en Colombia. Los migrantes pueden demostrar
el domicilio con una visa vigente y sus documentos de identidad venezolanos. El
lío es que muchas veces esta población no tiene documentos de identidad.
“A nosotros nos han llegado
cédulas de ciudadanía rotas o fotocopias plastificadas en donde a duras penas
se lee República Bolivariana de Venezuela, la precariedad de los documentos de
identificación empieza con los padres” dice Gracy Pelacani, profesora de
derecho que trabaja en la Clínica Jurídica para Migrantes de la Universidad de
los Andes. Desde 2018, la clínica también lleva litigios de migrantes sin
patria y debe construir “procesos creativos” con fotocopias o cédulas rotas.
La defensora Zambrano agregó a lo
anterior:
-Hay momentos en que yo también les
jalo las orejas… porque en algunos casos también hay negligencia de ellos. Una
joven me contó que no había recogido el acta de nacimiento de su hijo en
Venezuela porque se demoraba una semana la gestión. El niño fue reconocido como
apátrida y quedó bajo el cuidado del Icbf porque la madre era muy joven. Hace
poco me contó que se había devuelto a Venezuela a conseguir el documento”.
De igual modo advirtió:
-Pero la falta de documentos no
siempre es cuestión de negligencia. “A mí la Guardia venezolana me cortó todos
mis documentos cuando llegamos a la última alcabala –un retén no autorizado de
la Guardia– de las 32 que hay entre Caracas y Cúcuta. Llegué a Medellín sin
ningún tipo de identificación” cuenta una mujer venezolana que llegó a Colombia
en 2019 y pide no publicar su nombre por temor a repercusiones por hablar de
las autoridades venezolanas.
Además del domicilio y sus
documentos de identidad, los migrantes tienen que presentar un certificado de
nacido vivo a la Registraduría cuando registren a sus hijos. Este es otro reto porque los niños
no siempre nacen en un hospital que expida el certificado. Hace un par de años
acompañé un caso de un niño nacido en medio de una trocha en la entrada de
Cúcuta, por ejemplo”.
Antes, concretamente el 17 de junio
de 2019, la ONG Provea, dio a conocer un informe según el cual el régimen de
Nicolás Maduro “también deja miles de niños sin patria” y destacó que mientras
no se dé solución a los problemas que obligan a los venezolanos a salir del
país, las cifras seguirán en aumento.
-Escasez de comida y medicinas,
-documentó- falta de agua y electricidad, inseguridad, y una hiperinflación que
ahoga el bolsillo de la ciudadanía es lo que queda hoy en Venezuela; una
realidad que ha obligado a más de cuatro millones de personas a huir del país
en busca de mejores condiciones de vida, según registra Acnur. De lo que poco
se habla es que esta decisión desesperada deja, en muchos casos, a los hijos de
los hijos de esta tierra en la nada. Luego explicó:
-“Apátrida” es el término que
durante muchos años la cúpula chavista usó para referirse a cualquier
adversario político. Pero hoy la palabra cae sobre los hombros de los hijos de
miles de venezolanos que nacen en otras latitudes. La situación legal de sus
padres en determinados países es lo que marca su futuro, pues en naciones como
República Dominicana o Colombia si el infante no es de padres con esa
nacionalidad, queda en el limbo. Se convierte en hijo de ninguna patria.
(Tanto en la dictadura del teniente coronel ®
Hugo Chávez, como en la narcodictadura de Nicolás Maduro, de dudosa nacionalidad
venezolana, a sus adversarios ambos siniestros personajes, considerados por
ellos enemigos externos, se les calificó de apátridas, por creerse ellos la
patria)
La Convención Sobre el Estatuto de los
Apátridas de 1954 señala que el término designa a toda persona que no sea
considerada como nacional suyo por un Estado conforme a su legislación. Aunque
la nacionalidad, así como la identidad son derechos universales, cada nación
tiene su propia vía para concederla, lo que hace vulnerables a los extranjeros
con un estatus legal irregular.
La situación que afrontan los hijos de
venezolanos radicados en otros países se compara con Gaza. Incluso algunos
especialistas aseguran que la situación es peor debido a que la crisis que se ha
expandido en el continente latinoamericano no ha sido producto de un conflicto
armado sino de políticas erradas y la persecución de un Gobierno.
Sobre esa problemática el coordinador general de la Organización No
Gubernamental Cecodap, Carlos Trapani, explicó a TalCual:
-No hay medidas que disminuyan los
factores de riesgos por los que miles de venezolanos salen de su país y por eso
los casos podrían incrementarse considerablemente.
Y agregó:
-A su juicio,
mientras las familias vean la migración como una alternativa de supervivencia y
emprendan “la aventura” de partir sin documentos, los supuestos de vulneración
incrementarán. Sobre todo porque
en Venezuela todo lo que tiene que ver con identificación está muy mal.
Luego detalló “que junto
a las defensorías del pueblo de Ecuador, Perú y Colombia visitaron la Guajira
colombiana en este primer semestre del año”, y lo que se percibió fue “todo lo
relacionado con la identidad de los niños venezolanos”.
Según Trapani, “La debacle que
sufre el territorio obliga a madres embarazadas a cruzar la frontera y en
consecuencia tener a sus hijos en Colombia”.
Y además refirió que adolescentes
también cruzan al país vecino sin su documentación y en ambos casos no se
tramita la identificación en los consulados.
(En los regímenes democráticos eran las colombianas las que venían a
parir en maternidades venezolanas y sus hijos no eran apátridas pues
automáticamente adquirían nuestra nacionalidad, por el hecho de haber nacido en
territorio de Venezuela)
Por otro lado, el Programa Venezolano
de Educación-Acción en Derechos Humanos (Provea), en su informe Crisis
migratoria venezolana y la responsabilidad de los Estados, califica la
migración de venezolanos como forzosa, pues la emergencia humanitaria compleja
que vive el país obliga a sectores de la sociedad a tomar sus maletas e irse a
como dé lugar.
Ante esto, el texto sostiene que la
atención que debe brindar la comunidad internacional debe ser para garantizar
la protección de los migrantes y en especial la de los niños.
-Quienes sean
apátridas –especificó Trapani- no solo podrían ser vejados judicialmente en
algunos países sino que están expuestos a situaciones de violencia extrema,
explotación, trata y otras formas de esclavitud moderna, “porque si no tengo
identidad yo no existo jurídicamente para los estados y difícilmente puedo ser
sujeto de derecho y merecedor de protección”, advierte Trapani, quien subraya
que estas situaciones serían de las peores en cuanto a violación de derechos
humanos que pueden existir en la humanidad.
Los venezolanos no llegan a otros
países con ánimos de hacer turismo, sino buscando las oportunidades que bajo el
régimen de Chávez y luego de Nicolás Maduro se extinguieron.
Para Carlos Trapani el éxodo desbordó
a todos los países y pasó a ser un problema regional del que a simple vista aún
no existen soluciones.
-En la medida que un niño no se
identifique, se devuelva a su país, se separe de su familia, sea víctima de
xenofobia o violencia, -aseveró- se viola el Tratado General de los Derechos
del Niño, en el que todos los países de la América Latina se comprometieron a
protegerlos, independientemente la nacionalidad que tenga. Ahí debe ser
importante la protección porque si se exponen a temas de violencia el Estado
tiene una responsabilidad por este tema.
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