Irací Hassler “negoció en persona” el precio de la clínica Sierra Bella
La inmobiliaria dueña de la clínica que pretendía comprar la alcaldesa de Santiago, Irací Hassler, forzará el cumplimiento del contrato.
A la alcaldesa comunista de Santiago, Irací Hassler, no le sirve de nada responsabilice a terceros de la negociación de la clínica Sierra Bella que le costaría al municipio diez millones de dólares, es decir, cuatro veces su valor original, cuando la inmobiliaria San Valentino, propiedad del inmueble, asegura que la edil fue la encargada de fijar los términos del contrato.
“La alcaldesa Hassler negoció en persona el precio de la clínica y fue la municipalidad quien nos buscó, ofreció la compra y tramitó cada etapa del proceso de aprobación en sus distintas instancias internas”, revela la compañía, a través de un comunicado.
Con esta divulgación pública de los entretelones de la transacción, la empresa, representada por Felipe Sánchez, pasó de proponer enmiendas junto al municipio a los aspectos señalados por la Contraloría para concretar la compraventa a una ofensiva legal ante el recule de Hassler por el escándalo de la negociación.
En malos términos
“En diez días la relación entre la Municipalidad de Santiago e Inmobiliaria San Valentino, propietaria de la ex Clínica Sierra Bella, se desmoronó por completo”, divulga La Tercera.
El plan de la inmobiliaria es presentar acciones legales “destinadas a perseguir el cumplimiento forzado de la compraventa” con el fin de proteger sus “legítimos intereses como vendedores” alegando que la Hassler negoció el precio y les comunicó que el monto a pagar representaba el costo de construir algo similar o sustituto en el mismo sector, el tiempo que esto demoraría con los costos asociados a dicha demora, la necesidad de trasladar un centro de atención familiar a las instalaciones y la entrega de nueva infraestructura y metros cuadrados de salud para la comuna.
Un problema mayor
La inmobiliaria San Valentino también considera llevar el caso a tribunales, para que se persigan responsabilidades personales. Si la empresa cumple su palabra, Hassler será el epicentro de las pesquisas porque fue ella “quien dirigió personalmente las negociaciones, en la única instancia de negociación directa” entre las partes el pasado 20 de diciembre, en una cita realizada en la municipalidad a las 15:00 horas.
“Todo contacto fuera de esa reunión se limitó al intercambio de documentación propia del proceso, entrega de información relativa a los requerimientos e insumos para la evaluación de los organismos internos municipales”, recalcaron en un comunicado.
El problema es que ese encuentro donde Hassler negoció el precio del inmueble está bajo sospechas. La reunión no aparece en los reportes de la sección de Transparencia Activa del municipio. La omisión, para el académico de la Universidad Adolfo Ibáñez, Alberto Precht, representa una “contravención a la ley de lobby debiese ser denunciada y sancionada por Contraloría al no registrar reunión con San Valentino”.
Maniobras legales sin asidero
A Hassler le toca enfrentar a San Valentino ahora como enemigo. De hecho, la inmobiliaria considera que la edil intenta tercerizar responsabilidades y “desconocer sus obligaciones” desestimando que los negocios comprometen de manera seria y de buena fe a las partes, debiendo respetarse los actos suscritos, la palabra empeñada y las obligaciones correlativas contraídas”.
La maniobra de la alcaldesa endosar a su equipo lo ocurrido después que ella negoció el precio también lo objetan. “Culpar a los tasadores contratados por la municipalidad en una operación de esta magnitud, deslindando en terceros las responsabilidades que le competen principal y personalmente a la alcaldesa Hassler como jefa superior del servicio, más aún cuando cuenta con una formación profesional y académica, la que es a lo menos suficiente para que ella hubiese observado y decidido responsablemente en esta operación y no así responsabilizar a sus asesores”.
En el despacho de Hassler hay pesadumbre. En un comunicado reconocen que “la Municipalidad lamenta la decisión de la Inmobiliaria San Valentino, toda vez que lo esperable era contar con la voluntad del vendedor de rescindir el contrato de mutuo acuerdo”.
La aflicción está lejos de acabar. Según el presidente del Consejo para la Transparencia, Francisco Leturia, “la empresa vendedora podría llevar el contrato a los tribunales y obligar a la Municipalidad de Santiago a cumplirlo por la fuerza y, además, a indemnizar perjuicios, es decir, la situación puede ser mucho peor de lo que hasta ahora sabemos y por eso es importante que se aclare lo antes posible”.
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