Gustavo Coronel: Los tres crímenes ambientales de la pandilla chavista – madurista
El Sur del Orinoco, el Lago de Valencia y el Lago el Maracaibo. Pido prisión perpetua para esos criminales quien negocie impunidad para ellos se hará cómplice.
El siglo XXI trajo a Venezuela dos eventos de signos opuestos: uno, la mayor bonanza petrolera de su historia, en base a la cual entraron al país casi un millón de millones de dólares por concepto de ingresos petroleros y, dos, el mayor desastre físico y espiritual jamás experimentado por la Nación, generado por Hugo Chávez/Nicolás Maduro y sus pandillas de familiares y cómplices civiles y militares.
El fabuloso ingreso petrolero hubiese sido más que suficiente para llevar la prosperidad no solo a uno sino a diez países como Venezuela. Lo que ocurrió fue un crimen llevado a cabo de manera sistemática, caracterizado por asesinatos, robo masivo, despilfarro, incompetencia y negligencia criminal, el cual ha colocado a Venezuela en el foso social, económico y político de la región. La magnitud del crimen es tal que resulta intolerable que alguien todavía esté promoviendo negociación y acomodos con los criminales cuando lo digno, honesto y justo es exigir su enjuiciamiento y prisión de por vida para los criminales.
En este escrito deseo mencionar los tres casos más horrorosos de negligencia y agresión de tipo ambiental contra de Venezuela esencialmente llevados a cabo por la autocracia populista que ha manejado el poder político en Venezuela durante el siglo XXI.
El desastre ambiental del sur del Orinoco
La asociación SOS Orinoco, motorizada por Cristina Burelli y un grupo de extraordinarios colaboradores, ha documentado de manera sistemática, en múltiples estudios que pueden leerse en: SOS Orinoco Informes el inmenso crimen que se ha llevado a cabo en el sur del Orinoco por un bandidaje integrado por garimpeiros, guerrillas colombianas, miembros de las fuerzas armadas venezolanas y pandillas chavistas/maduristas, todos empeñados en saquear los recursos minerales de la zona. Según estas investigaciones el saqueo de la zona sur de Venezuela tiene años en desarrollo y se inició con ímpetu durante el régimen de Hugo Chávez, incrementándose exponencialmente durante el régimen de Nicolás Maduro. A medida que los inmensos ingresos petroleros se fueron dilapidando el chavismo/madurismo inventó nuevas maneras de obtener ingresos, no importa cuán ilegales: contrabando de hidrocarburos, narcotráfico, minería ilegal. Para ello Nicolás Maduro promovió una política de explotación del llamado ARCO MINERO, al sur del Orinoco, lo cual ha permitido que los minerales, en especial el oro venezolano, sea extraído ilegalmente por la pandilla madurista, en la cual figura de manera prominente su hijo Nicolasito. Así como el tirano Duvalier de Haití tuvo su Baby Doc, así Maduro tiene su Nicolasito.
El saqueo promovido por Maduro ha afectado a casi 2 millones de habitantes de la zona, incluyendo las áreas donde vive hasta un 40 % de la poblacion indígena. Según SOS Orinoco, la actividad económica que generaba la Corporación Venezolana de Guayana, CVG, (bauxita, aluminio, oro legal, maderas etc.) ha desaparecido casi completamente para dar paso a una minería ilegal, esencialmente de oro, generando un caos social que incluye tratas de niños y de mujeres y la construcción de aeropuertos ilegales que llevan los recursos extraídos a destinos internacionales para el beneficio de las pandillas. Las comunidades han sufrido enormes daños, las escuelas se encuentran desprovistas de insumos, los maestros han tenido que abandonarlas y muchos de ellos se han incorporado a la actividad minera ilegal, controlada por grupos armados irregulares. La gran cantidad de plantas de cianuración y la contaminación por mercurio de las cuencas hidrográficas han alcanzado niveles alarmantes comprobándose que la población humana y los peces de la región ya contienen niveles de mercurio que exceden en mucho los parámetros permisibles. Según SOS Orinoco hasta unas 30 toneladas de mercurio son liberadas al ambiente cada año. En paralelo se ha llevado a cabo una agresión contra las zonas forestales de reserva como Imataca, de gran valor por su biodiversidad, con pérdidas estimadas de casi 8000 kilómetros cuadrados de cobertura boscosa en los últimos 20 años.
La violencia ha crecido de manera acelerada en las zonas urbanas como Ciudad Bolívar y Ciudad Guayana y en los campamentos mineros. La salud pública está gravemente deteriorada, reapareciendo enfermedades que se creían erradicadas, tales como el sarampión y la difteria, una reaparición generada por la carencia de vacunación oportuna. La malaria presenta el mayor aumento de casos en el mundo, superando los 400.000 casos anuales desde 2017.
Los ingresos del Arco Minero son para las mafias, la Nación no percibe dinero alguno
La actividad minera ilegal tiene, según SOS Orinoco, tres componentes principales: “ a) el control del día a día de la producción, a manos de grupos de delincuencia organizada (civiles:, sindicatos, bandas; y paramilitares: guerrilla, colectivos, etc.) que aseguren, eficaz e informalmente, la llegada de los recursos a manos de los agentes políticos; b) el desconocimiento y violación de los derechos mineros previos, legalmente otorgados o adquiridos (concesiones, contratos, etc.), en aras de promover la informalidad; c) la supervisión general y comando del sistema en manos de militares activos, haciendo uso de los medios institucionales de la Fuerza Armada, quienes en definitiva distribuyen los ingresos obtenidos, sin obedecer líneas de mando con el sector político civil”.
No existen regulaciones ambientales, no hay servicios públicos, los proventos del oro ilegalmente extraído van a las manos de los jerarcas civiles y militares del régimen de Maduro. Se han generalizado el trabajo esclavo, la prostitución, el trabajo de menores y la aniquilación cultural de las poblaciones indígenas.
Dice SOS Orinoco:
El Arco Minero es la manifestación pública, arrogante y desafiante, de la voluntad que tiene un estado fallido de sobrevivir a expensas del saqueo del patrimonio de la nación venezolana.
El desastre en la cuenca del Lago de Valencia
El Lago Tacarigua o de Valencia es el segundo lago en importancia de Venezuela después del Lago de Maracaibo y es el cuerpo de agua dulce sin desagüe al mar más grande de Venezuela. Los dos problemas fundamentales que enfrenta son: (1), la incorporación de aguas negras urbanas e industriales de las poblaciones adyacentes, en su mayoría sin ningún tipo de tratamiento, y (2), su incontrolado aumento de volumen.
El desastre ambiental existente en la zona del Lago de Valencia afecta a unas cuatro millones de personas quienes viven en la cuenca, población que en muchos sentidos ha contribuido al desastre. Lo cierto es que desde la llegada del chavismo/madurismo al poder la situación ambiental en la Cuenca del lago de Valencia ha seguido deteriorándose, hasta el punto de representar una verdadera emergencia sanitaria nacional. Por ejemplo, el embalse Pao-Cachinche ya recibe agua de muy mala calidad procedente de dos de sus principales ríos tributarios, Chirgua y Paíto, los cuales arrastran desechos de viviendas, industrias, granjas y cochineras. Desde 2007 y por decreto presidencial de Hugo Chávez este embalse es receptor de unos 3200 litros de agua por segundo de pobre calidad, procedentes del lago de Valencia.
Cuando se lee un reciente informe elaborado en 2017 por el ingeniero Gianfranco Morasutti: Informe propuestas control de nivel del Lago de Valencia
es posible advertir que todos los estudios destinados a mejorar la situación del lago datan de la etapa pre-chavista. Durante el chavismo/madurismo casi nada se ha hecho.
Los problemas principales que enfrenta la cuenca del lago de Valencia, según este informe, tienen que ver con:
*Un balance hidráulico fuera de control lo cual lleva a la pérdida de tierras agrícolas, además del colapso de los sistemas de bombeo de aguas servidas de la Estación Camburito (Estado Aragua) y la Estación de Bombeo de Los Guayos (Estado Carabobo), lo cual generaría el colapso del sistema de recolección de aguas servidas de gran parte de ambos estados y llevaría “a un indescriptible problema de salud pública”;
*Contaminación de los embalses Pao-Cachinche y Pao-La Balsa
*Colapso de la infraestructura vial y eléctrica regional
El informe recomienda la rehabilitación de las plantas de tratamiento Alejo Zuloaga, Lucio Baldó, La Mariposa, Los Guayos y Taiguayguay, todas las cuales requieren trabajos urgentes, así como la construcción de nuevas plantas de potabilización en Suata, Trincheras y en el lago de Valencia propiamente dicho. Que sepamos, ninguno de estos trabajos han sido llevados a cabo. Esta inacción llevará a un déficit de agua potable de un 40% en la región adyacente al lago a partir del año 2036 o, si no se amplia la planta Lucio Baldó, a un défivit del 80%,
El desastre en el lago de Maracaibo
El Lago de Maracaibo es el más grande de América Latina aunque, geográficamente hablando, es más bien una bahía semi-cerrada de aguas salobres. Sus aguas son ricas en nitrógeno y fósforo, los cuales promueven el crecimiento de algas. Al descomponerse, estas algas generan ambientes pobres en oxígeno. A medida que aguas más salinas del mar entran al lago, las aguas pobres en oxígeno de las zonas más profundas no se mezclan con las aguas más ricas en oxígeno de la superficie, lo cuál ha generado un ambiente denominado Eutrofización, el cual degrada la calidad del agua para consumo humano e inhibe el desarrollo de la vida acuática. En paralelo, el lago de Maracaibo sufre de altos niveles de coliformes, en gran medida fecales, generados por las descargas directas de material de desecho humano no tratado a las aguas del lago, algo que ha sucedido durante muchos años. La actividad petrolera en el lago, comenzada en la década de 1930, ha contribuido a la contaminación de las aguas, debido a derrames que se han incrementado durante los últimos 20 años, debido al progresivo colapso operacional de la empresa petrolera estatal PDVSA.
Como resultado de esta combinación de condiciones desfavorables el lago no es hoy una fuente de agua sana, capaz de suplir las necesidades de las poblaciones adyacentes. Recuperar su condición original para que pueda servir de fuente importante de agua dulce para toda la región se convierte, por lo tanto, en una alta prioridad para Venezuela.
Un estudio llevado a cabo por Bechtel en 2001 tuvo el objetivo de identificar opciones para restaurar la situación del lago a condiciones deseables de calidad de las aguas. El estudio consideró dos grandes opciones:
1- Reducir la salinidad del lago, cerrando actividades de dragado y llevando a cabo diversas obras de ingeniería,
2- Reducir las descargas al lago que provienen de los ríos tributarios, a fin de mejorar el contenido de nutrientes y minimizar las descargas contaminantes
Los costos de cada opción son diferentes. Si se decidiese eliminar la entrada de agua salada al lago y remplazar las facilidades de producción y transporte de hidrocarburos que se encuentran en el lago y sus riberas, el costo estaría en el orden de los miles de millones de dólares. Sería necesario rehabilitar las plantas de tratamiento de aguas residuales que ya no funcionan y construir otras nuevas. También sería necesario planificar la reforestación de los afluentes del lago para impedir la descarga de excesiva sedimentación s fines de minimizar la eutrofización.
Nada de esto se ha hecho durante los últimos 20 años. Peor aún, todo lo que existía en materia de infraestructura ha sido progresivamente abandonado o destruido. La empresa petrolera PDVSA ha sido aniquilada por los bárbaros. Los derrames en el lago se han multiplicado. Las plantas de tratamiento de aguas negras no funcionan. Lo único medio positivo (de manera involuntaria) es que, con el colapso de PDVSA, no se ha seguido haciendo debidamente el dragado de la barra del lago, por lo que la salinidad promedio de las aguas del lago debe haber disminuido, aunque ciertamente lejos de lo necesario para revertir la actual tragedia.
Las medidas necesarias para salvar lo que puede salvarse del lago (nunca ya será posible restituirlo a su estado original) incluyen:
*Cooperación entre Venezuela y Colombia para manejar racionalmente las cabeceras de aguas que entran al lago desde ambos países
*La operación eficiente de las plantas de tratamiento de aguas negras domesticas e industriales y la construcción de nuevas plantas
*Minimizar los derrames de petróleo en el lago mediante mejor mantenimiento
*Sistemas de medición constantes para corregir cualquiera situación anormal
Terminar con el dragado del lago a fin de interrumpir la creciente salinidad del lago es considerada por el estudio Bechtel como una medida muy costosa e insuficiente, por lo cual no la recomiendan. Pero, pensamos nosotros que es necesario analizar esto de nuevo, a la luz de todo lo que ha sucedido en los últimos 20 años.
Durante el régimen criminal del chavismo/madurismo estas decisiones y/o acciones han sido aplazadas indefinidamente. El país es hoy un desastre ambiental de incalculables proporciones, gracias a la ignorancia, negligencia y corrupción de Hugo Chávez y Nicolás Maduro y sus pandillas cívico-militares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario