Tuberculosis, escabiosis y forúnculos, lo que abunda en calabozos del Cicpc en Maturín
Un grupo de familiares de detenidos en el Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc) Delegación Maturín, denunciaron las condiciones infrahumanas en las que se encuentran sus parientes en esos calabozos.
Corresponsalía lapatilla.com
Manifestaron que existe hacinamiento total en este centro de detención temporal, ya que aseguraron que hay más de 400 detenidos, muchos de ellos se han enfermado de tuberculosis, escabiosis y forúnculos, conocidos popularmente como “nacidos”. Señalan que hay privados de libertad que tienen hasta tres años esperando ser trasladados o que inicie el proceso judicial.
“Todos están metidos en una celda, hay muchos que están enfermos y no reciben ningún tratamiento médico. Cuando los llevan al hospital es porque se está muriendo. Hace un mes vinieron unos diputados con una jornada especial y prometieron hacer los traslados, y nada de eso se ha cumplido. Hay presos que no pueden caminar de los nacidos que le han salido. En mi caso, a mi familiar le han diferido la audiencia 11 veces desde hace más de un año, por cosas que si el fiscal le duele la uña, al juez le duele la muela”, expresó Rixcy Girott.
En este sentido, hacen un llamado a la ministra chavista de Servicios Penitenciarios, Myrelis Contreras, para que se aboque a atender esta situación que califican de crítica, reiterando las condiciones inhumanas en las que se encuentran los detenidos. Aseguran que el hacinamiento es tal que los aprehendidos se turnan para dormir debido al poco espacio en el lugar.
“Allá adentro se están muriendo por enfermedades y el retardo procesal es muy grande, siempre suspenden las presentaciones o los juicios en tribunales por cosas insignificantes. En el Cicpc lo que nos dicen que no son culpables, sino los tribunales”, dijo Rudy Brito.
Yaritza Véliz, quien tiene a un hijo detenido desde hace cinco meses, manifestó su preocupación por el estado de salud de su pariente. Además, desconoce sus condiciones, debido a que solo cada 15 días le permiten verlo por cinco minutos.
“Uno no puede quedarse callado y no tenerle miedo a los PTJ, porque en mi caso a mí me duele mi hijo y son seres humanos. Casi al mediodía todavía no han comido. Queremos que la ministra atienda esta situación, especialmente por la cuestión de los traslados”, añadió Veliz.
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